Por Claudia Gómez Montealvo.
“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos, como hermanos” (Mahatma Gandhi)
San Luis Potosí es un estado hermoso, distribuido en 4 regiones muy diversas: la centro, media, altiplano y huasteca, con economías, culturas y tradiciones propias de cada región y muy diversas entre sí.
Sin embargo, en este estado, que abarca desde territorios áridos hasta de vegetación exuberante, el deseado “estado del bienestar”, en donde los gobiernos realizan la distribución de la riqueza en aras de mejorar las condiciones socioeconómicas de la población, ¡No existe!
La pobreza prevalece, se mide, cuantifica y observa.
No es necesario el uso de metodologías precisas para determinar que existe, con el solo andar por la capital o recorriendo alguno de los municipios del estado, se puede observar con un poco de “sentido común”, los nulos o pocos esfuerzos por mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
El rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, acceso a los servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación, indicadores para una medición multidimensional de la pobreza, no representan una mejora significativa.
Estos derechos sociales, sin duda, no han sido cubiertos de manera que permitan incidir considerablemente en la calidad de vida de las personas.
Como dijo algún día el físico-matemático William Thomson Kelvin “lo que no se mide, no se puede mejorar”, analizando cifras presentadas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en su informe de evaluación de la pobreza 2020 con los resultados de la medición de la pobreza de 2018, el 43.4% de la población de la entidad vivía en situación de pobreza, es decir, 1 millón 229 mil 000 personas, aproximadamente.
De este universo, el 36.1% (cerca de 1, millón 021,400 personas) estaba en situación de pobreza moderada, mientras que el 7.3% de la población se encontraba en situación de pobreza extrema (alrededor de 207 mil 600 personas).
El porcentaje de pobreza en San Luis Potosí es 1.5 puntos porcentuales mayor que el porcentaje nacional (41.9%).
De 2008 al 2018, la pobreza en San Luis Potosí disminuyó 7.5 puntos porcentuales al pasar de 50.9% a 43.4%
Sin embargo, estos datos no son muy alentadores, otras cifras descritas en el informe del CONEVAL muestran que en 2015, San Luis Potosí, Ciudad Valles, Soledad de Graciano Sánchez, Tamazunchale y Rioverde fueron nuevamente los municipios con más personas en pobreza en la entidad y concentraban el 38.3% de la población en situación de pobreza del estado.
Los municipios con mayor número de personas en pobreza extrema en 2015 también fueron Tamazunchale, San Luis Potosí, Aquismón, Ciudad Valles y Xilitla, en los cuales se concentró el 31.2% de la población en pobreza extrema del estado.
Estos son algunos datos que demuestran la existencia de personas que no pueden cubrir sus necesidades básicas. El panorama no es alentador, entra en debate si los programas gubernamentales para el desarrollo social en verdad han disminuido considerablemente esta situación en el estado.
Nos encontramos un San Luis Potosí con personas en una situación muy desfavorables, pero también somos testigos de que existe otro sector, otro mundo…muy ajeno a ese otro San Luis. “El de la opulencia”.
Da la sensación de que en un solo territorio convergen 2 mundos: el de la pobreza y la opulencia. El de las grandes familias dueñas de constructoras, medios de comunicación, plazas comerciales, restaurantes, hoteles, etc., y vemos aquellas personas únicamente dueñas de su cuerpo y alma.
Si, aquellas familias que viven en una esfera llena de privilegios y que por su estatus social, evade impuestos, solicita condonaciones, y hace uso indebido de su posición social y económica para ganar privilegios.
Existen personas que tienen que recorrer largos caminos para llegar a su centro educativo, y existen personas que se despliegan día a día en un helicóptero.
Estás diferencias tan marcadas, deben de hacer repensar a las autoridades gubernamentales que el acceso a las oportunidades son pocas, debe y tiene que generar mayores alternativas y estrategias que en verdad permitan cambiar las circunstancias de los que menos tienen.
Los programas sociales deben de cambiar, las despensas quitan el hambre 1 día, pero no dan los elementos para contar con una canasta básica concurrente. Se necesita el acceso a la educación, el apoyo a economías locales, la generación de fuentes de empleo bien remunerado.
Se requieren estrategias muy puntuales para brindar el bienestar a la infancia y a la adolescencia, porque vivir en una situación de pobreza durante esta etapa, limita la posibilidad de desarrollar su potencial en el futuro.
Para disminuir la pobreza en el estado se necesita voluntad y compromiso, empatía por aquellos que nada o poco tienen, porque en este San Luis de pocos, el ser pobre cuesta y cuesta mucho.
Claudia Gómez Montealvo
Estudios de Postgrado en Ciencia Política, Universidad de Oxford, Inglaterra.
Maestra en Administración y Políticas Públicas por el Colegio de San Luis, A.C.
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Estudios en Derecho por la Universidad del Centro de México.
Asesora de Gobiernos federales, estatales y municipales.
Consultora de diversas legislaturas del Congreso del Estado de San Luis Potosí.
Activista de diversos colectivos y asociaciones civiles, con enfoque en derechos humanos, prevención del delito, mujeres, cultura y educación.
