“El público en general no puede comprender esta arma (el virus),
y entonces no puede creer que en realidad es atacado
y sometido por esta arma”[i] .
“El principal engaño que se valora en las operaciones militares
no se dirige solo a los enemigos,
sino que empieza por las propias tropas,
para hacer que le sigan a uno sin saber adónde van”.
Sun Tzu, El arte de la guerra.
seamos sinceros, esta no es una «cuarentena», porque no es un prudente lapso temporal de observación para aquellas personas contagiadas, sintomáticas o sospechosas de contagio, verbigracia, los viajeros. No, esto es otra cosa, es un experimento
–un «ensayo general» de control y vigilancia estatal– que consiste en un encierro forzoso domiciliario para todo el mundo, tenga o no síntomas o condiciones de riesgo, con la consiguiente y letal paralización de actividades económicas. Y como tantas otras políticas represivas, propias del estatismo, esta es inefectiva o contraproducente a sus fines declarados, con el agravante que estamos validando el modelo de gestión de crisis chino[ii].
Por Marco Antonio Zárate Mancha.
El ataque mediático con información del SARS-CoV2, causante de la COVID-19, al que se sometió a la población no tiene parangón en la historia. El miedo al minúsculo virus paralizó las economías del mundo. El turismo y las empresas ligadas a él fueron los primeros sectores en sentir el confinamiento. Otros sectores y ramas de la economía también se afectarían, como la industria automotriz. El sector educativo sufrió una severa caída en su matrícula…
Durante los primeros días y semanas, decíamos, se machacó hasta la náusea la información. Se podía —y se puede— consultar el tablero[iii] con información en tiempo real sobre los casos de personas contagiadas en el mundo y por país. Asimismo, número de pruebas aplicadas y de muertos, cifras globales y por nación. Así, el tablero se movía vertiginosamente. Todo alentaba terror e incertidumbre. Los encerrados, contagiados y sanos por igual, sólo tenían la ventana de la televisión para informarse del panorama de holocausto planetario (más adelante hablaremos sobre los miedos de información, digo medios). Un virus nuevo que en pocos días o semanas se había diseminado por varios países, y cuya aparente contagiosidad estaba fuera de duda y de letalidad avasallante —al menos así nos lo vendieron en el comienzo—.
Es importante detenerse aquí para revisar, con el cedazo del lingüista Noam Chomsky: “Las 10 Estrategias de Manipulación Mediática” —manipulación para el control, obviamente— a través de los medios de comunicación de masas. A continuación veremos en qué consisten y trataremos de constatar si es que en medio del desastre informativo de la pandemia del Covid-19, han sido empleadas para manipular las masas.
- La estrategia de la distracción. El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción. Desviar la atención del público de problemas importantes mediante la técnica del diluvio o inundación de distracciones continuas e información insignificante. Esta estrategia es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, economía, psicología, neurobiología y cibernética. “Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales[iv]”.
Revisemos si esta estrategia se aplicó o no, mediante la revisión de los supuestos que enuncia el lingüista:
Desacostumbrados a estar confinados y sin poder reunirse con amigos y/o familiares, la mayoría de la gente no está preparada para aprovechar de forma creativa el tiempo libre en casa, así que el recurso más socorrido es enchufarse a la televisión, a los videojuegos y pocos sociabilizan en juegos de mesa. En un país con bajo índice de lectores, es complicado en la mayoría de los hogares encontrar un lugar silencioso que invite a la lectura. Así que las televisoras del país en este lapso, han dado mucho espacio a noticias sobre la pandemia. Además del pobre contenido de la programación de las televisoras nacionales, encontramos grandes similitudes en sus diversas “barras”. Citaré el caso de las trasmisiones matutinas plagadas de noticias insulsas, chismes de la farándula; grupos de “conductores y comentaristas” que penosamente buscan llenar las horas de transmisión con videos virales, insidias, horóscopos, recetas de cocina, anuncios de productos milagro… pura chatarra informativa. Es común ver que se arrebaten la palabra y la mayor parte de las veces los mañaneros son verdaderas cacofonías. Nada de sustancia, la superficialidad campea y la estulticia se enseñorea. Es un amplio catálogo de nimiedades, meros distractores, para mantener a la gente ignorante, ajena de lo realmente importante.
Por otro lado, en canales de televisión por cable se programan, hasta el hartazgo, películas viejas. No se diga los canales de cine nacional. La oferta televisiva, además de ser reciclada, en su inmensa mayoría es poco edificante, y ya no digamos las transmisiones deportivas… Esto es, los supuestos de la estrategia de la distracción descrita por Chomsky se cumplen.
- Crear problemas y después ofrecer soluciones. También se le llama “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: permitir o dejar que la violencia urbana escale, u organizar atentados sangrientos, esto hará que la ciudadanía sea la demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. Otra forma de actuar es crear una crisis para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.
Aunque el origen del SARS-CoV2 no es claro aún, la línea de investigación que supone ser resultado de manipulaciones genéticas en laboratorio cada día se fortalece más entre la comunidad médica y científica de muchos países. Mientras la OMS no haga públicas las investigaciones que soporten su declaración de que el virus es de origen natural, la sospecha seguirá siendo válida.
En el entramado de situaciones, “casualmente” está la predicción en 2015 de Bill Gates[v] en Vancouver, anunciando que el próximo gran riesgo de catástrofe planetaria sería una pandemia causada por un virus muy contagioso que se diseminaría velozmente por todo el mundo y para el cual no estaríamos preparados. Ahora suena conocido y también que Billy ha dedicado ingentes cantidades de dólares para financiar investigaciones y desarrollo de vacunas. Muy altruistas, él, Melinda su esposa y su fundación.
Asimismo, están las investigaciones con coronavirus de murciélagos en EEUU (ver 1 de 5[vi]) y la necesidad de frenar la poderosa economía China. Así pues, en esta trama de cosas, no es descabellado pensar que se creó un problema para el cual, se dijo en un principio, no había medicamento probado y “autorizado” que pudiera funcionar y que la vacuna estaría muy lejos de llegar. La reacción de gobiernos y población fue “pedir” una vacuna a los laboratorios más grandes del planeta y éstos se pusieron a fabricar, en tiempo récord y sin pruebas en humanos, vacunas que, en al menos un caso, se han proscrito en varios países (AstraZeneca) y se están mandando a países “emergentes” que mendigan en el mercado mundial las vacunas y las aplican sin ton ni son a una población ávida de una supuesta “protección”. Ergo, este segundo postulado de Chomsky pasa la prueba.
- La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
A un año de pandemia recordemos que inicialmente nuestras autoridades declararon que el encierro duraría una cuarentena. En nuestro país inició el 21 de marzo del 2020, por tanto debía terminar el último día de abril. Ya llevamos un año y aunque los protocolos apenas se han relajado, la eficacia de las medidas sanitarias nunca ha quedado clara, como el uso de cubrebocas. A rajatabla se dijo debía guardarse la “sana distancia” de metro y medio, cuando en aviones y demás transporte público eso no es posible. Los fieros cancerberos instalados en puertas de tiendas, bancos y oficinas públicas, están armados con botellas de gel antibacterial, que no antiviral, termómetros láser y obligan a calzar el cubrebocas arriba de la nariz y debajo de la barbilla. Repiten como autómatas lo que les dijeron sus autoridades que tampoco dominan el tema y sólo repiten lo que la OMS ordena. Las autoridades sanitarias domaron la curva “n” veces y sus continuos dislates han sido objeto de innumerables memes. Tocante a la gradualidad referida por Chomsky, también se cumple, toda vez que las titubeantes e improvisadas medidas sanitarias iniciales (la imagen de Cristo, la autoridad moral y demás parafernalia) ahora son más amplias y generales y su observancia más vigilada. Una cosa es ostensible: hemos permutado “cierta seguridad sanitaria” a cambio muchas libertades.
- La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato.
Hemos escuchado muchas veces eso: “es una medida dolorosa, pero necesaria”. Considero necesario incluir una definición acerca de Crisis (espero la indulgencia del probable lector):
CRISIS: Cuando hablamos aquí de crisis estamos refiriéndonos a la que se abrió en 2007, a partir del hundimiento del mercado inmobiliario norteamericano. En realidad, esta es una definición restrictiva y limitada, porque padecemos la crisis desde 1973[vii]. Una crisis permanente, que sólo cambia de intensidad y de nombre. La gubernamentalidad liberal se ejerce pasando de la crisis económica a la crisis climática, la crisis demográfica, la crisis energética, la crisis alimentaria, etc. Al cambiar de nombre sólo se cambia el miedo. La crisis y el miedo constituyen el horizonte insuperable de la gubernamentalidad capitalista neoliberal. No saldremos de la crisis (a lo sumo, se modificará su intensidad) por la sencilla razón de que la crisis es la modalidad de gobierno del capitalismo contemporáneo[viii].
Muchos hemos pasado por todas esas crisis a que hace referencia Lazzarato y perdido en el camino muchas libertades y derechos. Un solo ejemplo, las prestaciones sociales. Las pensiones sufren recortes, las paraestatales se vendieron para pagar deuda… Las nuevas generaciones no pueden soñar con una pensión digna, porque la mayoría de los trabajos son tipo McJobs (vendedores de hamburguesas) cuyos puestos no alcanzan prestaciones sociales o éstas son mínimas o escatimadas. Con la crisis sanitaria en turno, hemos perdido derecho a la asociación, a las reuniones, a la movilidad, a velar a nuestros muertos y un largo etcétera, en aras de mejorar en el futuro. Nada más lejano, porque de entre los defensores de la “Nueva Normalidad”, piensan que ésta llegó para quedarse. Chomsky vuelve acertar.
- Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad.
En esta estrategia están Su Sana distancia, el Quédate en casa (que solo debiera ser para los contagiados y no los sanos y, para salvar ese escollo, se sacó la mamarrachada de los “asintomáticos…” enfermos que no están enfermos, desafiando los principios y sentido común de la medicina). Quizá algunos lo recuerden. Cuando derribaron las Torres Gemelas con minibombas atómicas, la ciudadanía norteamericana sorprendida se preguntaba ¿Por qué…? Y antes de que saliera de su marasmo por ese brutal ataque que, de querer de veras hacer daño se hubiera hecho al mediodía en que estarían llenas las oficinas…, pero bueno… Baby Bush salió en cadena nacional contestando a esa pregunta. Dijo algo así, como: —No se pregunten ¿por qué?, yo les voy a decir porqué: Porque somos un gran país y los otros nos envidian… y bla, bla, bla… Y tan tán.
Ni la OMS, ni el gobierno del país ha instalado un panel de expertos en temas de epidemias y de crisis sanitaria para discutir cada una de las medidas que la OMS impulsa. No. Las voces disidentes son acalladas. Sus textos y videos son borrados de las plataformas de Internet. Solo hay una verdad, la de la OMS y sus obedientes cancerberos que son los gobiernos del mundo. Por cierto. La mayoría de la comunidad médica del país ha guardado un cómodo silencio. Nuevamente, Chomsky aplica.
[i] Armas silenciosas para guerras tranquilas. TM-SW7905.1. Mayo, 1979. Pág. 15. Entrecomillado mío.
[ii] Cristian David Gil del Toro. https://alponiente.com/del-miedo-a-la-muerte-a-la-esclavitud-voluntaria/
[iii] http://cvoed.imss.gob.mx/mapa_coronavirus/
[iv] Armas silenciosas para guerras tranquilas. TM-SW7905.1. Pág. 41
[v] https://www.youtube.com/watch?v=6Af6b_wyiwI
[vi] Menachery, V., Yount, B., Debbink, K. et al. Un grupo similar al SRAS de coronavirus murciélagos circulantes muestra potencial de aparición humana. Nat Med 21, 1508-1513 (2015). https://doi.org/10.1038/nm.3985
[vii] Nota mía: no olvidar que en 1971 Nixon, de manera unilateral —arbitraria— decidió suspender el patrón oro que obligaba al país a soportar cada dólar emitido con una cantidad equivalente en oro. Esto es, por cada dólar que EEUU ponía en circulación, tenía que respaldarlo en oro, al dejar de hacerlo inundó el mundo de papeles verdes sin mayor respaldo…, luego vendrían los petrodólares…)
[viii]Maurizio Lazzarato. Gobernar a través de la deuda, Amorrortu, 2013.
Marco Antonio Zárate Mancha
Estudió ingeniería mecánica en la Universidad Michoacana. En sus inicios trabajó en el Grupo ICA. Posteriormente colaboró en la Secretaría de Programación y Presupuesto, en el Sistema Alimentario Mexicano de la Presidencia de la República. A su paso también se ha desempeñado en la Canacintra México, en el programa TIPS de Bancomext, en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, en el Gobierno de Michoacán y en el municipal de San Luis Potosí. Ha sido y es empresario y esporádicamente ha colaborado en diversas publicaciones impresas y electrónicas, como: Quadratín, Homozapping, revista AM Blues, Alternauta, Revista Transformación de Canacintra y Fórum Financiero, entre otros.
