Por Tinterillo
Metido hasta los huesos bajo la cubierta de sus mentiras, de la manipulación a través de un discurso de fraudes imaginarios, el presidente de la república participa activamente en el proceso electoral, a sabiendas que no estará en la boleta pretende, donde se sabe perdido, buscar la anulación de las elecciones.
Con un descaro pocas veces visto por un gobernante, pero nunca por el presidente de nuestro país, ha dicho que está interviniendo en las elecciones con lo que manda “¡al carajo!” las leyes, la norma que le prohíbe intervenir, pero para el autócrata que gobierna México es lo de menos, solo le importa su proyecto autoritario.
De acuerdo a SPIN López Obrador ha alcanzado la cifra de 50 mil afirmaciones falsas o engañosas (así las define la consultora) y ataques a quienes llama sus enemigos. Y del 4 abril al 14 de mayo se ha referido 50 veces al proceso electoral de Guerrero, 28 al de Michoacán y 22 al de Nuevo León. Para estas tres entidades y para algunas otras ha emitido afirmaciones, dichos, suposiciones que podrían ser causa de anulación de elecciones para favorecer a su partido.
Para él, la llamada veda electoral es otro espacio para atacar a sus enemigos desde el templete matutino de palacio nacional y mantenerse en campaña, que es lo que le gusta sobre todo porque sabe que los números actuales no le favorecen.
Pero además en 608 conferencias de prensa Andrés se ha referido en 127 ocasiones a un tema que le ronda la cabeza, que le hace cosquillas y que sin duda desea fervientemente: la reelección.
Tan solo en días pasado el presidente informó, desde su mañanera, que en sus recorridos por los estados los ciudadanos no solo le agradecen por las acciones de su gobierno, también le solicitan que busque la reelección.
Sin embargo ha dicho que no buscará la reelección, “aunque los ciudadanos se lo pidan”, y ha repetido que “Además soy partidario de la no reelección, soy maderista, ya hasta el 24 y me jubilo”.
Pero ante la mentira y el engaño tan recurrente en su discurso ya sea placero o día a día en sus mañaneras y la facilidad con la que se burla de la ley y que además lo reconoce, se duda que vaya a respetar el artículo 83 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que establece que el mexicano que ejerza el cargo de presidente de la República no podrá repetir en el cargo.
Sin embargo el tema de la prolongación del mandato de Arturo Zaldívar al frente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por dos años más, y aprobado por el Congreso, se ha considerado como el “ensayo” para hacer lo mismo en el 2024 y que sea a través de una consulta a mano alzada con el “pueblo bueno” y éste se lo pida.
Así su recurrente violación a la ley electoral al entrometerse en el proceso y querer ser parte de este sin estar en la boleta, junto con el tema de su reelección, además de enturbiar los tiempos con la probable intención de anular algunos procesos electorales por la vía de que la diferencia entre uno y otro candidato sea menor al 5 por ciento y alegar inequidad en la contienda, también distrae la atención de lo que acontece en el país.
Como la desgracia de la línea 12 del metro de la Ciudad de México, los más de 220 mil fallecidos por la pandemia, el inoperante programa de vacunación, la inflación que supera el 6%, el nulo o bajo crecimiento económico, la carencia de medicamentos en clínicas y hospitales de salud pública y así podríamos seguir con el desempleo, con la falta de apoyos a la pequeña y mediana empresa durante esta crisis sanitaria, la militarización del país, la intromisión del ejecutivo en las decisiones del legislativo, etc.
Hoy las leyes, la Constitución, el estado de derecho, el respeto a las instituciones, la no intromisión en el proceso electoral, como dice Andrés “fuchi caca”.
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