EL GAS, ¿UN PROBLEMA RESUELTO?

Por Armando Adolfo Martínez Meneces
Víctor Alonso Tapia Miranda
Flavio González Ayala

No soy muy fan del café, pero admito que a más de uno le encanta tomar una taza de ese placentero liquido negro por las mañanas para rendir la rutina del día a día, y más, cuando de él emerge ese delicioso vapor que persuade a cualquiera que lo perciba o, ¿Qué tal un baño caliente? Para relajar el cuerpo, y disfrutarlo, sobre todo en los días fríos del invierno. ¿Qué sería de nosotros sin esos pequeños placeres? que, si bien podemos vivir con agua fría en la regadera, el no calentar esa preciada taza de café o cocinar de una manera diferente, parece ya, alertar a más de uno, y más cuando ese escenario no está lejos de la actualidad, pues el recurso que utilizamos para hacer posible esos deleites, ha tenido problemas, ¿Cómo, ósea que no puedo ser feliz con mi límite de precio máximo del gas?,  ¿El Estado está detrás de esto?,¿Comenzaríamos a percibir en nuestro hogar la escasez de recursos que tanto profeta la biblia?.

Si bien el reciente conflicto en la distribución del gas Licuado de Petróleo ha ocasionado algunos estragos, parece que no todos lo han percibido, ya sea por que no han necesitado recargar el tanque, no les ha llegado la factura del gas, o no han visto las noticias, pero si, es un problema que requiere atención. No, no es tan fácil como darle a cada parte involucrada de la distribución lo que le corresponde y más (digo una de las pocas ventajas de tener un gobierno de izquierda), se trata de algo más serio, la escasez del petróleo y el reauge de su demanda pospandemia.

No, la pandemia no ha terminado, pero la demanda si ha tenido una recuperación a comparación del año pasado (aunque esté sujeta al avance que vaya teniendo el SARS CoV-2), por lo que explicaría el incremento de los precios en semanas recientes y la problemática de la escasez de la producción de los mismos (lo que a los economistas les encanta llamar como oferta del mercado).

Específicamente el gas, es de los recursos que padece ambas sintomatologías a mayor medida, por ser un derivado de un recurso limitado que va teniendo una producción en picada; por tener un incremento en su demanda por parte de la industria y los hogares y, para ponerle cereza al pastel recientemente la política de “los precios máximos del  gas”, que han avidado las llamas del caos.

La producción del petróleo ha estado decayendo en los últimos años en base a su ciclo natural, pues las reservas del petróleo van decayendo a  nivel global por ser un recurso irrenovable que padece una gran demanda. Estas señales parecen ser paupérrimas para ser la principal fuente de ingresos para una de las empresas más importantes de México, y PEMEX lo sabe, llegando a aplicar estrategias, como  el alterar sus niveles de producción por medio del aumento de la temperatura en sus conductos de producción, para “inflar” el petróleo y así “inflar” los valores fabricados (Bloomberg, 2021), ¿Hay un objetivo adicional para hacer este tipo de actos además de incrementar sus ingresos? Si, atraer la muy necesaria inversión privada para poder lograr los objetivos de producción de petróleo planteados por el presidente Andrés Manuel López Obrador para los próximos años (hasta 2024 (Guzmán, 2021)), y los actos parecen haber obtenido resultados, pues empresas extranjeras como BHP, han aprobado la inversión en PEMEX para la exploración y claramente la explotación en un futuro, de yacimientos en el océano profundo del golfo de México, dicha inversión, está planeada para mediados del año 2022 (Cervantes, 2021), y aunque no le guste al presidente de México, para lograr sus objetivos requiere ayuda extranjera (Redacción, 2021), en este contexto, deberá enfrentar su resentimiento al sector privado, con la ambición de sus objetivos; y lo que preocupa es que el desarrollo de la nación depende de esa decisión emocional, aunque claramente su gobierno ha demostrado buscar de manera desesperada concentrar el mayor poder posible al Estado, bajo pseudonimos como la corrupción, el interés ajeno al del pueblo, o los expresidentes y su pésima administración.

Las políticas públicas para ayudar a la sociedad mexicana en un recurso tan importante como el gas es una buena implementación para contener la pobreza generada por la crisis, así como el crecimiento de la misma, sin embargo, también esta debe ser una clara señal de que la fuerte dependencia que tiene México hacia el petróleo es una debilidad muy grave, que se va ir agudizando con el paso del tiempo, la clave no esta en economizar  recursos que al final de la década dejarán de existir, la solución se concentra en buscar nuevas fuentes de energía, direccionas a ser renovables y más rentables.


Flavio González Ayala.

Internacionalista. Candidato a Doctor en Relaciones Internacionales, Negocios y Diplomacia por la UANL.
Profesor Investigador de la Facultad de Economía de la UASLP.
Maestro en Estudios de Asia y África por El Colegio de México.


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