Por David Medrano.
BOMBA DE TIEMPO EN SUTSGE
A diferencia de lo que sucedía en elecciones pasadas, para definir la Mesa Directiva y la Secretaría General del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado, ahora hay una enorme inconformidad, molestia y encono, no se observa nada fácil que como antes, la líder por décadas Bernardina Lara, pueda lograr mantenerse al frente un periodo más.
Desde el inicio, no será sencillo, lo que se pudo indagar es que derivado de ese cúmulo de molestias, es muy probable que este próximo lunes, acuda más de una planilla a registrarse y contender en la elección.
El proceso en sí, ya lo es irregular, lo que ha acrecentado la inconformidad, la elección debió realizarse desde el año pasado, pero por efecto de la epidemia de COVID, tuvo que suspenderse, se pactó una prórroga, pero en diciembre tuvo que realizarse la votación, y no se hizo de esa manera, debido al control que tenía la Mesa Directiva en funciones.
La efervescencia ha escalado de tonos, la decepción de sindicalizados se transformó en un verdadero coraje, por eso es que haya mucho entusiasmo porque participe una planilla adicional, y que estaría respaldada por prominentes funcionarios que formarán parte de la próxima administración gubernamental.
Por cómo ha cerrado la administración 2015 – 2021, en la que la actual Mesa Directiva con líder de facto en la persona de Bernardina Lara, obtuvo acuerdos para sus más allegados, y no en un amplio a toda la clase sindical, es por lo que esa elección se antoja se convertirá en una bomba de tiempo.
A Lara quieren aplicarle el estatuto del sindicato mayoritario, no podría ser la titular de la planilla porque se establece que no deben tener ningún vínculo partidista o político.
Ella sin embargo fungió como diputada local por la vía de la plurinominal, en el primer trienio del gobierno de Fernando Toranzo.
Otro de los temores es que haya un albazo, y los que aún detentan el control en el SUTSGE, impidan el registro de otra planilla.
Por la molestia generalizada, hay amagos de que si así fuera, serían tomadas las instalaciones de la central sindical ubicada en las cercanías del parque de Morales.
O, también, invocar -es posible- el auxilio del Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, con la finalidad de que organicen la elección el 24 de septiembre. Para conjurar el riesgo de coacción al voto, invitar además al organismo estatal garante de la transparencia, y que apoye con observadores.
La situación es ya a un punto de quiebre, porque hay indicios de que operadores allegados a Lara Arguelles, intimidan a los sindicalizados con amenazas en las que les dicen que si no votan en favor de esa planilla, perderán todos los ofrecimientos o promesas relacionadas, con mejorías a las condiciones laborales.
El caso inédito, porque sería la primera ocasión en que es desafiado en forma tan abierta, el control que por décadas ha mantenido Bernardina Lara en el sindicato de burócratas más grande del gobierno.
La jornada electiva, será el próximo 24 de septiembre, en un horario de 9:00 a las 18:30, con urnas que se instalarán en los centros de trabajo: desde Palacio de Gobierno hasta la sede de las Secretarías, entre otros.
La última ocasión, se tuvo una participación de al menos 4 mil burócratas.
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Es la última semana que resta al gobierno de Juan Manuel Carreras López, las últimas han transcurrido entre el cierre de sexenio, y realizar con transparencia y legalidad, el proceso de Entrega – Recepción. Por lo que sabemos, hasta los últimos días, Carreras se esmeró en lo posible, por consolidar los proyectos de su gestión. Sin embargo, pese a todo, hubo malestar… Y algunos desaguisados.
Un prominente funcionario lo resolvió en una sentencia «faltó solidaridad con el jefe». Mientras los hubo titulares de Direcciones y Secretarías que se jugaron la ralea hasta el final, con el gobernador Juan Manuel Carreras López (SEFIN, JEC, SCT, SECTUR, SEDUVOP, CS, Secretaría General de Gobierno, Dirección de Pensiones, y un par más), los hubo otros que desde hace varias semanas literalmente desaparecieron y ni siquiera el teléfono contestaron más.
