Por Claudia Gómez Montealvo.
México es un país que se dice solidario, pero también es un país con un alto grado de racismo e intolerancia hacía sus semejantes. Nos desvivimos por los europeos o aquellas razas consideradas superiores, los recibimos como aquel día en que Moctezuma Xocoyotzin recibió a Hernán Cortés.
” Llegaron, pues a un patio grande, recamara de ídolos, que eran casas de Axaica. Ala puerta tomó Moctezuma de la mano a Cortés y lo metió dentro de una gran sala; lo puso en un rico estrado y le dijo: En vuestra casa estáis: comed, descansar y haced placer, que luego tono. Tal como habéis oído fue el recibimiento que a Hernán Cortés hizo Moctezuma, así lo describirá Francisco López de Gómara, en su libro “La Conquista de México”
Y así la historia…continuamos recibiendo en nuestro país a personas extranjeras ya sea como turistas o para radicar por cuestión laboral con bombo y platillo dirían en el lenguaje coloquial, siempre y cuando estos provengan de países considerados de primer mundo.
De forma contraria recibimos a las personas migrantes de países de América Latina como Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y el Salvador y Haití que por cuestiones políticas y económicas deciden radicar o estar en tránsito en nuestro país.
Muchos de ellos solo piden libre tránsito en condiciones dignas y con la seguridad de que se garantice la integridad de sus familias o compañeros.
Actualmente se ha dado un efecto migratorio sobre todo de haitianos que desean llegar a Estados Unidos, después de que este país sufriera un sismo devastador, además de la crisis política y económica como consecuencia del asesinato de su presidente Jovenel Moise, además de la apertura por parte del Estados Unidos del programa de protección temporal (TPS)
Lo que nos queda a nosotros como connacionales, como semejantes es apoyar esta ola migratoria a llegar a su destino en las mejores condiciones. No juzguemos, ni critiquemos, apoyemos y tratemos de entender lo difícil que es salir de su país, dejar tu casa, familia, amigos y costumbres en la búsqueda de la mejora de sus condiciones de vida.
Tratemos con respeto a los migrantes de estos países y como ciudadanos aportemos ya sea en especie, pecuniario o como voluntarios en algún refugio o albergue para que ellos logren su objetivo.
El reto tanto para los ciudadanos como para el gobierno es tratarlos con apego a los derechos humanos, mejorar las políticas públicas migratorias y contemplar mejores condiciones para brindar asilo y albergue temporal para casos como los que estamos viviendo, donde sin lugar a duda quedaron desfasadas las autoridades ante las olas masivas de migración del presente año.
Claudia Gómez Montealvo
Estudios de Postgrado en Ciencia Política, Universidad de Oxford, Inglaterra.
Maestra en Administración y Políticas Públicas por el Colegio de San Luis, A.C.
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Estudios en Derecho por la Universidad del Centro de México.
Asesora de Gobiernos federales, estatales y municipales.
Consultora de diversas legislaturas del Congreso del Estado de San Luis Potosí.
Activista de diversos colectivos y asociaciones civiles, con enfoque en derechos humanos, prevención del delito, mujeres, cultura y educación.
