CONSERVEMOS NUESTRAS TRADICIONES

Por Claudia Gómez Montealvo.

México es un país tan diverso en tradiciones y culturas que hace de este país una atracción para propios y extranjeros.

La festividad más importante es sin duda el día de muertos, el cual se celebra de forma diferente en diversos estados de la República. Celebración declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de México. 

Algunos relacionan esta festividad con la época prehispánica, cuando nuestros antepasados de los pueblos originarios guardaban los cráneos de los fallecidos para venerarlos mediante rituales donde honraba la muerte y se esperaba el renacimiento del difunto. 

Los mexicas celebraban a sus muertos durante los meses de septiembre a noviembre bajo la creencia que había otra vida después de la muerte. 

Entre sus deidades se veneraba a Mictlantecuhtli, el dios de la muerte, quien era el dueño y señor del inframundo o lugar de los muertos conocido como el Mictlán.  A esta deidad se le realizaban ofrendas como maíz, frijol y otros granos, así como piedras preciosas. 

Asimismo, los vivos acompañaban a sus difuntos en el trayecto de su alma hacia el inframundo por medio de rituales acompañados por llantos emitidos por las mujeres más antiguas del pueblo. 

Posteriormente amortajaban al fallecido con sus objetos personales y comida preferida para ser cremado o enterrado. Así el alma comenzaba su trayecto hacía el inframundo, acto que era acompañado anualmente por la celebración en el sitio donde era enterrado y cremado el cuerpo. 

Al llegar los españoles a la gran Tenochtitlán realizaron a esta celebración prehispánica modificaciones relacionadas a la religión católica, alterando algunos aspectos, así como la fecha, a fin de coincidir con el día de todos los santos y todas las almas correspondiente al 1º de noviembre, por lo que la celebración prehispánica sufrió un proceso de aculturación. 

Independientemente de este proceso de aculturación, la celebración por nuestros muertos sigue vigente, con procesos modificados y con elementos añadidos a los rituales, así como la preservación de tradiciones antiguas como la celebración del Xantolo en la huasteca potosina, las celebraciones en Oaxaca y en Michoacán por mencionar algunas. 

Tradiciones y celebraciones que como mexicanos debemos continuar, respetar, difundir y prevalecer y que nos ponen ante los ojos del mundo como un país único, vivo, colorido y lleno de amor por los nuestros. 


Claudia Gómez Montealvo
Estudios de Postgrado en Ciencia Política,  Universidad de Oxford, Inglaterra.
Maestra en Administración y Políticas Públicas por el Colegio de San Luis, A.C. 
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. 
Estudios en Derecho por la Universidad del Centro de México.
Asesora de Gobiernos federales, estatales y municipales.
Consultora de diversas legislaturas del Congreso del Estado de San Luis Potosí.
Activista de diversos colectivos y asociaciones civiles, con enfoque en derechos humanos, prevención del delito, mujeres, cultura y educación. 


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