DE BRUJERÍA, SANTERÍA Y CHAMANISMO

 RELATO I    Doña Mary- la de Tlaxcala

Claudia Gómez Montealvo

Era un fin de semana de esos calurosos, iba a pasar un fin de semana con unas tías.  Recuerdo que tenía unos 16 años y me viene muy bien a la memoria por el estilo de ropa que vestía.  Si, a los 16 sería mi primer encuentro con lo mágico-espiritual por llamarlo así y sería por parte de mis tías.

Ese día sigue muy presente porque siempre nuestra memoria guarda o elimina aquellos eventos que no son tan cotidianos, aquellos que nos entristecen, nos llenan de emoción o nos sorprenden.

Ese día fuimos al mercado Revolución, yo las seguía sin preguntar, pero me sorprendió que en un puesto preguntaran por huevos de gallina, y en otros puestos ubicados en el andador conocido por el bulbo como el de las flores y el de brujas mis tías buscaban ramos, lociones, todo ese staff que acompaña estas prácticas.

Una de mis tías me dijo: “hija vamos a ir a un lado, no te vayas a asustar…” Llegamos al barrio de Tlaxcala, a una calle perpendicular a 20 de noviembre, la casa estaba cercana a las vías del tren.  Abrió la puerta una señora, que anunció a mis tías con doña Mary (la curandera).

Recuerdo a doña Mary, mujer entre unos 70 años, bajita, morena, de cabello entre canoso con permanente de salón, mostraba arrugas profundas. Muy amable pasó a mis tías a la mesa de lectura de cartas y posteriormente les realizó una limpia con un huevo y ramos de flores, les rezaba mientras sacudía las flores sobre los cuerpos,

De lo que les dijo o sobre lo que preguntaron mis tías, no lo recuerdo porque a esa edad me concentré más en el ambiente, en cómo era ese lugar, lo que había ahí. No sé si a mis tías las libro de un mal o les regresó el amor perdido o si buscaban que les llegará la fortuna, lo único que se actualmente es que están vivas y sanas, afortunadamente.

De doña Mary, no sé sí se encuentre viva porque ya era grande, algún día pase a saludarla porque me dijo que le prometiera que iría a verla, alguna vez me regalo unas plantas para mi casa y cuando iba con ella me platicaba de su don, que Dios se lo había regalado para curar a las personas, por eso ella no cobraba, con lo que le dieran la gente estaba bien, con eso ella comía.

Desde ese día comprendí que todos tenemos una misión en esta vida.


Claudia Gómez Montealvo
Estudios de Postgrado en Ciencia Política,  Universidad de Oxford, Inglaterra.
Maestra en Administración y Políticas Públicas por el Colegio de San Luis, A.C. 
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. 
Estudios en Derecho por la Universidad del Centro de México.
Asesora de Gobiernos federales, estatales y municipales.
Consultora de diversas legislaturas del Congreso del Estado de San Luis Potosí.
Activista de diversos colectivos y asociaciones civiles, con enfoque en derechos humanos, prevención del delito, mujeres, cultura y educación. 


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