ESTATISMOS GRISÁCEOS
Por David Medrano
En un par de semanas más, Alejandro Zermeño cumple dos años al frente de la Universidad Autónoma de SLP, es la mitad del período para el que lo eligieron en el año 2020. Su triunfo supuso la derrota de un grupo hegemónico que dio por seguro una continuidad, basado en el antiquísimo sistema tradicionalista, en el que el rector en turno, decidía a su sucesor. La tradición universitaria era que la persona al frente de la Secretaría General se convertía en forma automática. Ni sucedió de esa manera, ni se trató de una circunstancia común en el Edificio Central.
Zermeño logró un consenso mayoritario a su favor, ahora es el rector de la UASLP ¿pero para qué? En los dos primeros años ha tenido al igual que todo el sistema educativo, en todos sus niveles, enfrentarse a la epidemia del virus C19; buscar cómo paliar la carestía de las finanzas, no hay Jauja en la Universidad; pero además atajar con más ahínco, los severos problemas de acoso sexual cometidos dentro de las aulas universitarias, y que han causado una furia, explotado con virulencia, ante una actitud institucional pasiva, bastante, quizá al punto de la ignominia.
A dos años de que inició su rectorado, tampoco se percibe que haya un ánimo punitivo, pese a que Zermeño al saberse ganador del proceso universitario, formuló como acusación directa, hubo menoscabo en recursos de la UASLP, y por ende, sanciones a los responsables.
La Contraloría Universitaria empezó a sudar la gota gorda, si es que no lo ha hecho, hay varias obras en las que queda claro que algo está mal, y que las irregularidades constructivas derivaron en que a dos años, el museo de sitio universitario siga inconcluso, o que el campus de Ciencias, esté observado y con fallas estructurales evidentes.
El dilema entre más de un asiento en el Consejo Directivo Universitario, es si el continuismo, no por fuerza tenía que estar vinculada a un perfil ligado a. No.
Es inercial que en el caso citado, no hay ningún funcionario universitario castigado. Muy pocos, ninguno casi, en los casos de acoso que han quedado debidamente acreditados, con una denuncia formal y la conclusión de una investigación científica.
No se observa a cómo se va, por dónde se vaya enderezar el barco, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, tiene años que no se le cita entre las primeras cinco instituciones de educación superior, con mayor prestigio, reconocimiento académico o calidad educativa, en todo el país.
La vorágine en la que está inmersa es la del escándalo y la impavidez, ahí tienen como recuerdo más reciente el que les hicieron grupos pro derechos de la mujer, en marzo pasado, cuando les incendiaron la puerta principal del Edificio Central, en muestra de repudio.
Es ese el mensaje de ellas, ese día: el de una institución repudiada.
Zermeño trata de atemperar sin mucho éxito, esas acometidas. En esas anda al cumplir dos años como rector de la UASLP.
Dista mucho de tener esa autoridad despótica de rectores recientes y un rigorismo desquiciado, o las ínfulas y enfermiza proclividad a lo fastuoso y los reflectores que se vio en otros más. Es muy de su persona por lo contrario, moverse con parsimonia, no desmedirse, mantener la compostura pese a que en situaciones específicas, lo rebasan y pierde balance.
Y patina, y feo.
Algo le sucede al doctor Zermeño, pero no logra consolidarse como rector de la UASLP, eso, desde luego incrementa el barullo de todos aquellos dentro de la estructura administrativa universitaria. Además, siempre habrá un director de entidad universitaria con inquietudes y que en el desempeño tibio, encuentre una oportunidad de grilla.
Y en la UASLP son expertos
En la facultad de Derecho sus grupos añoran desde hace años, el regreso de un abogado a la oficina de la rectoría. Lo mismo que en la de Ingeniería. O, como se vio antes de que empezara a desdibujarse con el rector actual, también la de Medicina.
En unos días más el rector presenta su segundo informe de los cuatro que le corresponden como jefe de la UASLP, muy probablemente, el mensaje central se sitúe otra vez en la prevención y gestión de la epidemia del virus C19. Es así porque no hay más. Ni una obra de infraestructura destacada, algún galardón o reconocimiento. La Universidad avanza como una institución monolítica, más extraviada en conflictos que como casa del saber.
Las lecciones son siempre importantes, si Zermeño demostró que es posible enfrentar a las infames imposiciones, también que en la UASLP hay, ahí sí, una voluntad por romper con los estatismos, con el interés que sea, pero la hay. En dos más, en el 2024, está la posibilidad de reelección por cuatro años más.
No hay nada escriturado.
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El gobierno de Ricardo Gallardo tiene seis meses en funciones, cumplidos en marzo 26 pasado. Y ha dejado en claro que los cambios visibles, son uno de los parámetros que tiene para demostrar que hay diferencias enormes con sus antecesores.
Los dos sexenios pasados, en su ruta de arranque, tuvieron una mohína muy caracterizante.
Para que no quede ninguna duda. Con un poderoso mensaje político, el cambio de RG alcanzó hasta la remodelación de los principales despachos de Palacio de Gobierno.
El ala norte y el despacho del C. Gobernador están en proceso de mejora, desde hace más de una semana. Y seguro es muy a fondo, por la cantidad de escombro que vimos acumulado hace poco.
Por la manera en que se cuentan las historias de pasillo, y el comportamiento de sus inquilinos recientes, bien pensado y no sobra ese feng shui político de las oficinas.
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Quizá no sean muchos los ex funcionarios del gobierno de Juan Manuel Carreras que optaron por escabullirse y mantener una distancia considerable, con respecto a SLP.
En las irregularidades más frecuentes, el gobierno de Gallardo acusa que hubo manejos irregulares, y que no aparece el dinero. Finalmente, sí se habrían alzado con él. O no del todo.
Un grupo de ex funcionarios en los últimos dos años del sexenio pasado -algunos otros creen que pudo suceder en el tercero y cuarto-, tuvieron un súbito interés por las propiedades y negocios en San Miguel de Allende, Guanajuato, desde fincas hasta supuestos hoteles boutique.
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No lo dijo en forma abierta, pero sí se sobreentendió cuando Alejandro Moreno «Alito» presidente del CEN del PRI, convierte al alcalde Enrique Galindo como el interlocutor válido del priismo potosino.
Galindo será el que comande al PRI, en lo sucesivo, como máximo exponente, consultado y quien llegado el momento, dará su consentimiento hacia la contienda de 2024.
@MEDCORP
Medias Tintas SLP 