DISQUISICIONES SOBRE LA NECESIDAD DE UN NUEVO MODELO ECONÓMICO (5a Parte)

Muchas son las leyes en un Estado corrompido.

Tácito

Muchos jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia.

Bertolt Brecht

“Muchos de ellos, por complacer a tiranos, por un puñado de monedas, o por cohecho

 o soborno están traicionando y derramando la sangre de sus hermanos.”

Emiliano Zapata

Puedes esconder la mano que roba, pero no la que gasta.

Por Marco Antonio Zárate Mancha

La corrupción, la otra pinza opresora

No hay corrupción en el sistema. El sistema es la corrupción. Esa es la otra pinza opresora de la humanidad. Existe corrupción porque en la mayor parte del planeta hay impunidad para la criminalidad de los gobernantes. Rara vez se ejerce acción penal en contra de ellos y, cuando ocasionalmente se les acusa, tardan más en entrar a prisión que en salir.

En no pocas ocasiones se debe más a revanchas políticas y bravuconadas de los nuevos gobernantes, que a un auténtico propósito de acabar con la corrupción tope donde tope…, hasta sus últimas consecuencias…, como suelen amenazar a los que les precedieron en los cargos. Y es que existe una máxima atribuida a los priistas: “Tapaos los unos a los otros”, y es muy probable que en realidad en ese “Instituto” haya tenido su origen ese refrán; pero una muy buena parte de los políticos que ahora militan en otros partidos abrevaron de ese caudaloso, longevo y desaseado venero político. Comenzando por el actual presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, su primo Adán Augusto López, Manuel Bartlett y una carretonada de funcionarios de los tres órdenes de gobierno. Así que en estos cuatro años morenistas hemos sido testigos de acusaciones de corruptelas, y no obstante que su divisa más emblemática es de lucha frontal contra la corrupción, no son pocos los casos en que se han tapado unos a otros, como veremos más adelante.

Para todos los que seguimos el acontecer político del país, sabemos que el sexenio del “bombón te quiero en mi colchón”, Enrique Peña Nieto, y del “vicepresidente” Luis Videgaray Caso, álter ego del de Atlacomulco, fue un período señalado por la enorme corrupción registrada a lo largo de toda su administración, que incluso canceló obras “pactadas”, como la construcción del Tren de Alta Velocidad Ciudad de México – Santiago de Querétaro. La anulación de esa urgente y necesaria obra se debió a que le agarraron los dedos en la puerta al consorcio de empresas que ganarían el mega proyecto, encabezados por la China Railway Construction Corporation (CRCC) y la Constructora Teya del famosísimo Grupo Higa, esta última, empresa favorita de Peña Nieto y su operador en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, el abogado Gerardo Ruiz Esparza, “providencialmente fallecido” el primer cuatrimestre del 2020. Ese fue uno de tantos escándalos de corrupción del sexenio peñanietista. No obstante, los casos abundan: la Casa Blanca, la Estafa Maestra, la estafa de Grupo Fertinal y de Etileno XXI, Agronitrogenados; el fraude de Oceanografía a Pemex, los contratos arreglados, así como pagos anticipados a una buena cantidad de obras que estaban en proceso como el Viaducto Elevado Bicentenario[i], tal y como se reconoce en la grabación de llamadas telefónicas entre altos ejecutivos de OHL. Uno de ellos, José Andrés de Oteyza, presidente del Consejo de Administración de OHL México, y Pablo Wallentin Crawford, Representante de OHL México, exhibe las presuntas trampas con que la empresa (OHL) de Juan-Miguel Villar Mir aumentó unilateralmente tarifas del Viaducto Elevado Bicentenario y cobró anticipadamente estimaciones de obras y etapas futuras (es decir, cobraron obras aún no construidas), lo que constituye fraude, tal y como airadamente expresa Andrés de Oteyza al representante de OHL México.

La anterior no pretende ser una nómina exhaustiva de las mega trapacerías conocidas de la pésima y desaseada administración de Peña Nieto y gran parte de su gabinete, por decir lo menos. Bueno, pues el gobierno de la autoproclamada 4ª Transformación, cuyo discurso es la lucha contra la anticorrupción, no ha molestado[ii] con ninguna investigación, aclaración, declaración o explicación al expresidente copetón que viviendo a todo lujo se pasea campante por el mundo con su nueva novia.

La pregunta es entonces: ¿Qué le sabe el expresidente Enrique Peña Nieto al inmaculado macuspano, que no lo ha tocado ni incomodado con la más mínima investigación? Vamos, ni la menor presunción cuando la estela de corrupción no es un elefante en la sala, sino una grandísima manada de elefantes que nadie quiere ver… Pareciera haber un tácito pacto de impunidad…  

En su interesante libro “La criminalidad de los gobernantes[iii]”, Luis María Díez-Picazo, analiza los rasgos distintivos de los delitos cometidos por los gobernantes. Sostiene que la <<criminalidad gubernativa>> es un término que tiene sentido acuñar, “porque el fenómeno de las conductas delictivas de los gobernantes suscita un problema jurídico y político con características propias”. Y al respecto expone dos órdenes de consideraciones que avalan su afirmación:

Por un lado, desde un punto de vista práctico, los gobernantes son personas que, por razón del cargo, disfrutan de una especial capacidad de información e influencia. Pueden poner a su propia disposición los principales resortes del aparato del Estado. De aquí, no solo que puedan hacer uso de medios delictivos con fines sectarios (espionaje a favor del propio partido, desviación de fondos públicos para objetivos espurios, etc.), sino sobre todo que estén en una condición particularmente propicia e inalcanzable para todas las demás personas, de encubrir o tratar con indulgencia los hechos delictivos cometidos por ellos mismos o por sus colaboradores. En otras palabras, la característica definitoria de la criminalidad gubernativa radica en que, bien para cometer el delito bien para evitar que sea investigado y perseguido, sus autores pueden disponer de medios jurídicos, económicos, humanos y tecnológicos que son privativos del Estado.

A lo largo de su trabajo, el autor nos revela la opacidad que hay en la mayoría de los cuerpos legales que debieran tipificar la criminalidad gubernativa. En nuestro país, por ejemplo, debiera retirarse el fuero del cual gozan los gobernantes, pues en la inmensa mayoría de los casos es un manto que los cubre para realizar todo tipo de trapacerías. Es muy probable que de retirárseles, serían más escrupulosos al observar el cabal cumplimiento de los ordenamientos jurídicos que les imponen límites y controles.

Así pues, tenemos que la opacidad, la falta de controles y el encubrimiento de los unos a los otros, hacen propicias las condiciones para delinquir. Hace poco un amigo, refiriendo la enorme corrupción de los gobernantes en nuestros días, comentaba: “Antes existía corrupción, pero se trabajaba, se hacían obras y aún había cierta ética profesional por tratar de hacer las cosas bien. Ahora no. Ahora se llega al cargo nada más a robar”. La persona que hizo este comentario ha sido funcionario de altos vuelos en los tres órdenes de gobierno y siempre en áreas financieras (tesorerías y auditorías). Es decir, sabía de lo que hablaba.    

En la “administración” de López Obrador, la indulgencia o tolerancia para los hechos delictivos de los propios ha quedado evidente con las múltiples propiedades Julia Abdala, pareja sentimental del director de CFE Manuel Bartlett; las trapacerías de su hijo León Manuel Bartlett Álvarez[iv] con ventiladores que en plena plandemia vendió con sobreprecio, medrando con la necesidad en medio del dolor y muerte causadas por la COVID-19; las casas de Irma Eréndira Sandoval[v], ex secretaria de la Función Pública; la Casa Gris de la nuera de López Obrador, que incómodo aclaró: “al parecer la señora tiene dinero”…

Por otra parte, hay fundadas sospechas de que las obras emblemáticas de la presente administración exhiben sobreprecios o sobrecostos, las cuales han reservado por 5 años o más la información de sus expedientes. Para ilustrar la falta de planeación, la obra más representativa del gobierno de López Obrador, la refinería de Dos Bocas[vi], impugnada desde un principio por carecer de estudios de impacto ambiental y por construirse en una zona proclive a inundarse, a empantanarse, no se suspendió. Como consecuencia, el presupuesto original de 8 mil millones de dólares se ha disparado más de 100% y parece que aún falta mucho por ver y saber…

También “reservados” son los millonarios contratos de compra de “inoculaciones”, mal llamadas vacunas contra la COVID-19. Y uno se pregunta ¿por qué la compra de las inoculaciones experimentales contra la enfermedad del siglo tendría que reservarse? Ah, pues porque es condición sine qua non de los laboratorios para vender sus “vacunas experimentales…” Esta condición fue imposición que la “Big Pharma” hizo a todos los Estados o países para poder venderles sus dizque vacunas. Los gobiernos acorralados y presionados por sus ciudadanos demandantes de protección contra la COVID-19, no tuvieron otra opción que aceptar las condiciones de las farmacéuticas. Y uno pregunta: no sería oportuno abrir esos expedientes ante la gran cantidad de efectos adversos reconocidos por las propias empresas, ¿pueden más las empresas farmacéuticas que un Estado…?

Por último, también es motivo de sospecha asignar al Ejército y Guardia Nacional la construcción de obras. El motivo de tal decisión podría ser justificar que en esta modalidad las obras califican para resguardarse bajo el oscuro argumento de “seguridad nacional”.  

Como se ve, la corrupción sigue campeando en el país. Ahora bien, no es privativa del Estado mexicano, se da en todos los países. Lo cual no quiere decir que esté bien y que por tal razón, ser de carácter universal, haya que tolerarla. La cuestión es que entre una deuda crónica —y galopante— y la corrupción, el sistema nos tiene opresos.

Desde su origen el sistema que nos rige se basó en el despojo, en el robo, en la esclavitud, en el engaño… No podemos esperar que eso vaya a cambiar por mismo a través de reformas y regulaciones, por la simple y sencilla razón que sus beneficiarios no lo han permitido y no lo permitirán, está en su ADN y los avances tecnológicos y el poder económico que han logrado acumular en los últimos 30 años nos desafía a todos.

En la actualidad los Estados han cedido sus activos productivos por las deudas acumuladas debida a su rampante rapiña, a su rampante corrupción; han incrementado los precios de los pocos bienes y servicios que aún proveen; han recortado el gasto social, han claudicado a luchar contra la delincuencia y han traspasado al sector privado buena parte de bienes y servicios que por ley deben proveer a sus ciudadanos, como salud, educación, vivienda, seguridad y derecho a la alimentación, todo debido a su crónico déficit presupuestario. El estado endeudado cada vez tiene menos presupuestos para cubrir las crecientes demandas de sus ciudadanos y estos reciben servicios y obras precarias. Lo anterior ocurre en la mayor parte del mundo. Maurizio Lazzarato[vii] concluye así:     

La deuda se burla de las fronteras y las nacionalidades; a escala de la economía-mundo, no conoce otra cosa que acreedores y deudores. Por las mismas razones, también obliga a adoptar una mirada que no sea la del trabajo y el empleo para pensar una política a la altura del Capital como <<Acreedor Universal>>. La deuda supera las divisiones entre empleo y desempleo, activos e inactivos, productivos y asistidos, precarios y no precarios, que son las divisiones a partir de las cuales la izquierda construyó sus categorías de pensamiento y acción.

La figura del <<hombre endeudado>> es transversal a la sociedad en su conjunto y exige nuevas solidaridades y nuevas cooperaciones. Debemos pensar, asimismo, la transversalidad entre <<naturaleza y cultura>>, porque el neoliberalismo ha agravado aún más la deuda que hemos contraído con el planeta y con nosotros mismos en cuanto seres vivos.

[…] hay que luchar por la anulación de la deuda, que no es recordémoslo— un problema económico, sino un dispositivo de poder que no solo empobrece, sino que nos lleva a la catástrofe.


[i] https://www.youtube.com/watch?v=dNcsJUpBRv8

[ii] P.S.: (N. de la R.) Este artículo se escribió y recibió para ser publicado el pasado domingo 3 de julio de 2022, pero por razones de tiempo y espacio (qué filosófico), se pospuso para esta semana en que la noticia del jueves 7 de julio es que la Unidad de Inteligencia Financiera, la UIF, de Pablo Gómez, ha abierto una carpeta de investigación sobre transferencias millonarias al ex presidente Enrique Peña Nieto (poco más de 26 milloncejos de pesos. Cualquier baba de perico, pero, vamos, es un inicio y veremos hasta donde se llega). No obstante, es decisión de la Redacción publicar el escrito y mantenerlo en los términos en que originalmente se redactó.

[iii] Luis María Díez-Picazo. La criminalidad de los gobernantes. Crítica.

[iv] http://www5.diputados.gob.mx/index.php/esl/Comunicacion/Agencia-de-Noticias/2020/Mayo/03/5017-Solicita-PRD-a-la-SFP-investigar-venta-a-sobreprecio-de-ventiladores-al-IMSS-por-parte-del-hijo-de-Manuel-Bartlett

[v] https://elpais.com/mexico/2021-06-28/el-incomodo-despido-de-irma-erendira-sandoval.html

[vi] https://www.elfinanciero.com.mx/economia/2022/06/22/precio-de-dos-bocas-se-dispara-podria-costar-hasta-18-mil-mdd-el-doble-del-presupuesto-original/

[vii] Maurizio Lazzarato. La fábrica del hombre endeudado. Amorrortu. 2013. Pp. 186-187, 190.


Marco Antonio Zárate Mancha

Estudió ingeniería mecánica en la Universidad Michoacana. En sus inicios trabajó en el Grupo ICA. Posteriormente colaboró en la Secretaría de Programación y Presupuesto, en el Sistema Alimentario Mexicano de la Presidencia de la República. A su paso también se ha desempeñado en la Canacintra México, en el programa TIPS de Bancomext, en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, en el Gobierno de Michoacán y en el municipal de San Luis Potosí. Ha sido y es empresario y esporádicamente ha colaborado en diversas publicaciones impresas y electrónicas, como: Quadratín, Homozapping, revista AM Blues, Alternauta, Revista Transformación de Canacintra y Fórum Financiero, entre otros.

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