Por redacción.
Por decreto se crea el IMSS-Bienestar para atender a la población que no cuenta con servicios de salud, que es lo mismo para lo cual fue creado el Instituto de Salud para el Bienestar, el famoso INSABI, que sustituyó al Seguro Popular, dejando a 15 millones de mexicanos sin el servicio.
Ahora los estados e la república se suman al nuevo proyecto que encabeza Zoé Robledo, pero hasta el momento no ha desaparecido formalmente el INSABI, con lo cual se cuenta con dos instituciones que hacen los mismo, o aparentan hacerlo.
Tampoco se ha dicho de donde saldrán los recursos y con cuánto será con lo que contará el IMSS-Bienestar, solo que en donde los ejecutivos estatales han aceptado adherirse y dejar la salud de sus habitantes en manos del gobierno federal, los pensionados seguirán a cargo de los gobiernos de los estados.
Para el doctor Éctor Jaime Ramírez, diputado federal por el PAN, lo grave del decreto es que no garantiza atención de tercer nivel, esto es para enfermedades de alto costo, tampoco resuelve la atención médica ni la carencia de medicamentos, solo pasa el control de la salud del Insabi a cargo de Juan Ferrer al terreno del IMSS de Zoé Robledo.
Las mentiras de López Obrador y el fracaso que en materia de salud lleva en cuatro años de gobierno quedan demostrados con este cambio y sobretodo con la desaparición, por lo menos en funciones, de lo que creo, el Insabi.
Decir que ahora que ya pasó la pandemia se va a levantar el sistema de salud. Primero porque la pandemia no ha terminado, no ha pasado y solo basta recordar cuando dijo que ya estaba domada y se presentaron la mayoría de las muertes por Covid en el país, después de esa frase que forma parte de las más de 40 mil, mentiras que ha pronunciado durante su gobierno.
En su informa ha dicho que está por convertirse en realidad el principio de que la y la salud no son privilegios, sino derechos del pueblo, en materia de salud su propuesta dejó 15 millones de mexicanos sin el servicio, como lo tenían con el Seguro Popular. Y ahora cree que en lo que queda del sexenio, dos años, va a lograr incorporar a la salud a los más de entre 35 y 50 millones que en el país carecen de este servicio como derecho que exige la Constitución, pero es un texto que no le interesa respetar a López Obrador.
Lo cierto es que el Insabi del que tanto ponderó que a través de éste se lograrían un servicio de salud como en Dinamarca, fue un fracaso, ahora quiere que entre al quite lo que llamó IMSS-Bienestar, muestra absoluta de que su instituto no sirvió y probablemente fue una más de las instancias donde la corrupción permeo. También es corrupción no cumplir con la función encomendada, para lo que supuestamente fue creada una institución y corruptos quienes la manejaron o estuvieron al frente de ella, así como el jefe de estos, el sr. López Obrador.
