Marco Antonio Zárate Mancha.
“Quiero recordar a Groussac y su admirable estudio […] ‘Entre sueños’ Groussac, al final de este estudio que está en el ‘Viaje intelectual’, […] dice que es asombroso el hecho de que cada mañana nos despertemos cuerdos —o relativamente cuerdos, digamos—, después de haber pasado por esa zona de sombras, por esos laberintos de sueños”. Siete Noches. J.L. Borges
Apenas desperté busqué mi calzón.
Después de sumergirme en las cobijas, lo encontré hecho nudo entre el doblez de la sábana y el colchón.
Me pregunto: —¿cómo fue a parar a ese recóndito lugar?
Y es que por las noches tengo extravagantes pesadillas. ¿Pero cuál no la es?
—El nombre en inglés es más fuerte y, al igual que Borges, prefiero nightmare: la yegua de la noche—.
Y entonces esa poderosa yegua oscura visita mis abismos nocturnos y me pierdo en sus intrincados e infinitos laberintos.
Lo que recuerdo en forma vaga es haber galopado y haberme estremecido violentamente en el sudado y perfumado lomo de esa extraña, indómita bestia.
Los saldos matinales son, entre otros, sábanas estrujadas y chones extraviados en el fragor de esa febril demencia nocturna.
Marco Antonio Zárate Mancha
Estudió ingeniería mecánica en la Universidad Michoacana. En sus inicios trabajó en el Grupo ICA. Posteriormente colaboró en la Secretaría de Programación y Presupuesto, en el Sistema Alimentario Mexicano de la Presidencia de la República. A su paso también se ha desempeñado en la Canacintra México, en el programa TIPS de Bancomext, en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, en el Gobierno de Michoacán y en el municipal de San Luis Potosí. Ha sido y es empresario y esporádicamente ha colaborado en diversas publicaciones impresas y electrónicas, como: Quadratín, Homozapping, revista AM Blues, Alternauta, Revista Transformación de Canacintra y Fórum Financiero, entre otros.
