Por Tinta Obscura
México se mantiene como el país con mayor riesgo para el ejercicio periodístico, ya son cuatro años continuos que nuestro país encabeza la lista de peligrosidad para los periodistas, d acuerdo a la organización Reporteros Sin Fronteras.
Para mediados del mes de diciembre el país se ubicó con el mayor número de periodistas asesinados, por encima de Ucrania, donde se contabilizan 8 mientras en México alcanzó el número de 12, tan solo en el año que termina., porque en lo que va de su gobierno ya suma 40.
Es desde las denominadas “mañaneras” con el titular del ejecutivo desde donde se han realizado los mayores ataques verbales para quienes ejercen el ejercicio periodístico y que difieren de la 4T o de los dichos de López Obrador.
Este mes que ya termina en unos cuantos días, se cumplieron mil “mañaneras” y de acuerdo con la contabilidad que realiza la consultora SPIN de Luis Estrada los periodistas más atacados han sido Carlos Loret de Mola, Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín.
El espacio utilizado por el habitante de palacio nacional es ocupado para agredir, denostar, atacar a todos aquellos que lo incomodan o que él considera que forman parte de los “conservadores”, entre otros epítetos con los cual los califica, mostrándose como el censor que decide lo bueno y lo malo.
En el análisis realizado por SPIN López Obrador ha mencionado y atacado más veces a Carlos Loret de Mola, con 302 menciones; le sigue Krauze con 249, y Héctor Aguilar Camín con 193.
Pero también han sido blanco de los ataques de López Obrador Ciro Gómez Leyva con 110; Carmen Aristegui, 101; Joaquín López Dóriga en 97 ocasiones y Raymundo Rivapalacio con 34 menciones.
Sin dejar a un lado los ataques que provocan la división que hoy vive el país desde aquello de “chairos” y “fifís” hasta “ y las mentiras que emite desde su pulpito, López Obrador es cuestionado para que deje de hacerlo por un grupo de periodistas en una carta que le enviaron y que en un párrafo se lee: “La difamación, que sustituye al debate de ideas, es una convocatoria a la violencia física contra los periodistas estigmatizados por el presidente”.
A esa publicación López respondió: «Ahora sacan un manifiesto, son los mismos, cuánto tiempo llevan cuestionándonos. Vean el manifiesto y vean los nombres, y vean si uno de ellos en los 4 años que llevamos ha escrito algo, no a favor, sino equilibrado con relación a nosotros, ¡ninguno!».
Y afirmó que existe una campaña en su contra dirigida por los medios de comunicación que solían crear alianzas con gobiernos pasados. Dentro de esta campaña también incluyó a periodistas que según afirma, se resisten a aceptar que los tiempos cambiaron y mencionó a Joaquín López Dóriga, Carlos Loret de Mola, Denise Dresser, Jorge Ramos y Raymundo Riva Palacio. El personaje seguirá porque el tirano ataca a quienes no están de acuerdo con él, no se le acusa de ordenar el atentado contra Ciro Gómez Leyva, ni contra ningún otro de lo periodistas asesinados, pero sí de incitar con sus palabras a la violencia. Están los datos y los dichos como testigos, por tanto suma culpabilidad, guste o no.
