Por Adolfo García
Por más que en el discurso se quiera contener el aumento de los alimentos, la realidad nos va pintando otra cosa y los mexicanos lo vamos resintiendo en los bolsillos cada día que se va al mercado para adquirir los alimentos y es que la inflación no se detiene desde un templete. México cerró diciembre de 2022 con una inflación del 7.82%, la más alta, reportada para un fin de año, desde hace más de 20, de acuerdo con los datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Todo parecía que mejoraría debido a las cifras reportadas por quincena desde el mes de octubre y entonces en la mañanera iniciaron a echar las campanas al vuelo presumiendo el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), cuyo propósito era estabilizar los precios de los principales productos de alimentos y algunos artículos considerados de primera necesidad.
Sin embargo fueron los precios de los alimentos de la canasta básica los que más influyeron en este histórico récord inflacionario. Fue el índice subyacente, el cual elimina de su cálculo los bienes y servicios con precios más volátiles como los agropecuarios o los energéticos, registró un aumento de 8,35% a tasa anual, su punto más alto desde diciembre de 1999.
La Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) reportó que al menos 13 productos, nueve correspondientes a la canasta básica (huevo, aceite, pan, tortilla, cebolla, carne de pollo, papa, jitomate, manzana) y tres
artículos de consumo común (naranja, aguacate y harina de trigo) fueron los que registraron alzas de precio con mayor impacto durante el 2022.
Según datos del portal México Cómo Vamos, artículos indispensables en la dieta de muchos mexicanos presentaron variaciones en el precio de manera considerable, por ejemplo el chile serrano refleja una variación anual de 70%, seguido del huevo con 25.6%, aceite vegetal con 21% y el pan de caja 19.5 por ciento.
Y para el último mes del año aparecen, nuevamente del chile serrano, el jitomate fresco y los alimentos cocinados, como los productos que más aumentaron. También en las mercancías se presentaron diversos incrementos, el 11.09% anual y en las bebidas, alimentos y tabaco llegó al 14.14 por ciento.
En cuanto a la tasa de interés en febrero se espera que Banco de México determine un con un aumento que podría ser de 25 puntos base para quedar en el 10.75 por ciento. Sin embargo hay expertos que apuntan a los 50 puntos para llegar a los 11 y terminar con los incrementos en un 11.50.
Esta es la realidad de los aumentos que los mexicanos resentimos día con día y no la de la mañanera que ya descarta nuevas medidas gubernamentales para atajar el incremento de los precios. La realidad de la economía vence la palabrería.
