MANO IZQUIERDA

Año del Conejo    

Por Jorge Andrés López Espinosa

Este 21 de enero en la República Popular China se celebra el inicio del Año Nuevo, en esta ocasión de sus doce representaciones animales, la cuarta esta dedicada al Conejo de Agua como no ocurría desde el 2011 gregoriano.  Para los chinos en su contabilidad del tiempo lunar ha comenzado el año 4721, en este año el Conejo simboliza para ellos y para el mundo esperanza, paz y prosperidad, más aún considerando lo difícil que ha sido para esa nación ser el origen de la mayor pandemia de la era moderna. Esta celebración, ademas de lo interesante que resulta ser la civilización china, nos deja en claro también lo relativo que es la medición de tiempo y como es el tiempo un mecanismo de control social. La inexistencia del tiempo desde una perspectiva ilusoria fue planteada por Einstein, quien consideraba que esa idea de temporalidad es más parecida a un placebo ampliamente aceptado por los seres humanos para sentir que, la idea de tiempo discurra hacia delante a partir de un punto, aunque en realidad sólo se trate de un contar infinito respecto a las vueltas de la tierra alrededor del sol, esos giros que al completarse denominamos años, que han ocurrido cada 365 días y que aumentan la “edad” del planeta azul, desde hace millones de años.  Si por alguna razón toda la humanidad coincidiera en decretar la inexistencia de la medición del tiempo desde aspectos religiosos, quizá de una manera más científica se pudiera llegar a establecer una coincidencia respecto a la edad del planeta. Pero como el cálculo del tiempo es un acto eminentemente humano, el tiempo ha pretendido medir el transcurso de la vida desde el nacimiento hasta la muerte, es decir, de la cuna a la tumba y entonces, los años en realidad resultan ser ese periodo de tiempo contabilizable en que se permanece con vida. Por eso, no deberían pasar desapercibidas para ningún ser humano las otras formas de medir el tiempo que existen en el mundo,  asumiendo que “nuestro tiempo 2022” no es el único y que en el reconocimiento de la otredad, está la posibilidad de lograr una fraterna empatía entre las civilizaciones humanas. De modo que, la invitación es a conmemorar como nuestro el inicio del Año del Conejo, pero también los inicios otros ciclos como el judaico, el musmulman, los de pueblos indígenas  etc; pues si Albert Einstein tenía razón, el tiempo es una bendita ilusión que tiene el poder de tranquilizarnos pensando la vida como un proceso evolutivo; sin dejar de reflexionar de que cada día y cada año nuevo transcurrido, en realidad nos acerca más a la finitud de la vida terrenal. Recibamos entonces al Conejo como símbolo de esperanza de una humanidad más solidaria y que este año que comienza desde China sea una oportunidad más de renovación. Nuevamente Feliz y Próspero Año Nuevo 4721. Excelente inicio de semana. Los sigo leyendo en este correo: jorgeandres7826@hotmail.com

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