Por Tinterillo
VISITA QUE TRASCIENDE
Pues resulta que el macuzpano habitantes de palacio nacional se niega a hablar con la oposición, lleva más de 4 años con la palabrería del “no somos iguales “…y el “nosotros sí somos demócratas”, pero se niega a dialogar con quienes no piensan como él.
Pero hablar, buscar consensos no es lo suyo. El merolico matutino en cambio se puede reunir con autoritarios dictadores como el cubano Miguel Díaz Canel, a quien recibirá el próximo sábado en la capital de Campeche, en el espacio de su querida Layda Sansores, la de los nuevos cuates que reciben lana y nadie sabe para qué. Eso sí que salió de un gobierno del PRI, en aquel momento y cuyo gobernante es hoy embajador.
El motivo de la reunión con el dictador de la isla será para recorrer el tren Maya, bueno los destrozos ecológicos que ha provocado su construcción. Y la excusa para que venga Díaz Canel y su esposa es para que vea lo que se ha hecho con las 20 mil toneladas que México le ha comprado a Cuba de balasto, esas piedras que se ponen por las vías de los trenes.
Del por qué se compra el balasto cubano la justificación fue que es mejor y de mayor resistencia que el de bancos mexicanos y porque había problemas con las vías de comunicación para llevarlo de Veracruz. Además, de acuerdo a lo dicho por el macuzpano, el balasto nacional no pasó la prueba, los análisis que les realizó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Pero como es fin de semana y es la quinta ocasión en que se encuentran ambos dictadores -el cubano, porque el otro eso quisiera-, realmente quieren sentarse a charlar como buenos “cuates” y se van junto a sus esposas a “La Chingada”, rancho, hacienda, casita donde López Obrador dice que se irá (se ha tardado) cuando se retire y viva de su pensión del ISSSTE.
Entonces la pareja Díaz Canel y la López-Gutiérrez, se irán a echarse unos tamalitos de chipilín y se llevarán uno que otro paquetito de chocolates Rocío, del otro negocio de los hijos del parlanchín mañanero.
Así la visita de trascendente.
