«Podemos perdonar fácilmente a un niño que tiene miedo de la oscuridad; la verdadera tragedia de la vida es cuando los hombres tienen miedo de la luz».
Platón
«No pretendo derribar al Gobierno estadounidense, eso ya lo ha hecho el Estado Corporativo».
John Trudell
(Activista Siux Santee)
«Debemos iniciar rápidamente el giro de una sociedad centrada en las cosas a otra centrada en las personas. Cuando las máquinas y los ordenadores, el lucro y los derechos de propiedad se consideran más importantes que las personas, se hace imposible derrotar a los trillizos titánicos del racismo, el materialismo y el militarismo».
Martin Luther King Jr.
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Por Marco Antonio Zárate Mancha
En la entrega anterior concluimos que en EEUU no es propiamente el Estado quien imprime o acuña la moneda, de acuerdo al mandato y atribución que le confiere su Constitución[i] (Capítulo I, Sección 8), sino que existe un cartel de bancos autodenominado Reserva Federal, Fed, que se arrogó esa atribución.
La Fed está constituida por 12 sedes ubicadas en los EEUU: 1) Boston, MA; 2) New York, NY; 3) Filadelfia, PA; 4) Cleveland, OH; 5) Richmond, VA; 6) Atlanta, GA; 7) Chicago, IL; 8) San Louis, MO; 9) Mineápolis, MN; 10) Kansas City, MO; 11) Dallas, TX y 12) San Francisco, CA. De esas 12 sedes, muchas tienen sucursales en estados aledaños que cubren por entero al país vecino.
Se sabe que en EEUU la Fed es la que vigila la oferta monetaria; a su vez controla el tipo de interés y determina los coeficientes legales de reservas. Tenemos entonces un sistema financiero que, no es broma, dizque “se autorregula”. Pero el mundo debiera comenzar a dudar de ese engañoso, chapucero esquema financiero que se quiere vender como «sólido», fuerte, seguro. Ese es otro mito que hay que desmantelar. Vayamos por partes.
Ya dijimos que en 1971 Nixon abandonó el “patrón oro”, pues de Gaulle, presidente de Francia, en 1965 decidió cambiar 150 millones de dólares de sus reservas por oro de la Fed. Otros países europeos y Japón intentarían la misma convertibilidad de sus reservas (papel verde) por oro, pero la Fed y Nixon se adelantaron[ii].Así pues, lo que queda en evidencia es que previo al abandono del acordado “patrón oro”, EEUU ya había violado ese acuerdo de Bretton Woods, imprimiendo ad libitum, a su entera voluntad, dólares sin el debido respaldo en oro. Este simple hecho debiera hacer dudar al más ferviente creyente del autodenominado «sólido sistema financiero estadounidense».
El mito es insostenible. Vayamos un poco más a fondo. Si el sistema financiero estadounidense fuera «sólido» como afirman sus férreos defensores (sus cada vez menos beneficiarios); el gobierno del presidente Barack Obama no hubiera destinado, a principios de su mandato (2009), más de 700 mil millones de dólares al «Plan de Estabilización Financiera». Aunque la cifra del rescate del sólido «sistema financiero estadounidense» posiblemente nunca se sepa con exactitud, en su oportunidad «El líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Steni Hoyer, informó que el monto del plan podría ser hasta de 1 billón de dólares[iii]». ¡Nomás! Y este no ha sido ni el primer ni el último rescate de no cambiarse las reglas del juego…
El casino en que el sistema financiero internacional ha convertido al mundo, creó un laberíntico esquema harto intrincado para conocer en detalle sus mecanismos e instrumentos. Así, la crisis estadounidense que el corrupto y falaz Baby Bush legó a Obama, se llamó «Crisis por Créditos Subprime». Originada porque el «sólido sistema financiero estadounidense» comenzó a entregar préstamos hipotecarios indiscriminadamente a solicitantes a los que exigían mínimos requisitos. Esto es, créditos hipotecarios entregados a personas que no requerían demostrar que trabajaban, ni que tenían ingresos, y tampoco bienes para respaldar el financiamiento. Una total irresponsabilidad del sistema bancario (incluida la Fed y calificadoras). A esas hipotecas se les llamo «Ninja», acrónimo de «No income, no job, no assets».
El descomunal agujero en el «sólido sistema financiero estadounidense» se tapó traspasando a la población la pesada deuda. Lo que hizo Obama fue “socializar las pérdidas y privatizar las ganancias«. Lamentablemente la población estadounidense es una de las más manipuladas y por tanto de las peor informadas. Ya Maurizio Lazzarato[iv] nos dice que «La población debe tomar a su cargo todo lo que las empresas y el Estado benefactor “externalizan” en la sociedad, y en primer lugar la deuda». Recordemos que el término «externalidades» es uno de los tantos neologismos que crean los intelectuales financieros orgánicos para tergiversar o enredar las cosas y hacerle creer a la población en general que el mundo de las finanzas solo es para grandes iniciados. Así pues, una “externalidad[v]” no es otra cosa que un costo que debiera asumir, en este caso el «sólido sistema financiero estadounidense», y que olímpicamente se traspasa a la población sin tomarle ningún parecer. Cabe señalar que en las diferentes crisis del sistema financiero estadounidense la sociedad de ese país ha llevado la peor parte[vi].
Así pues tenemos que un cartel de bancos dirige la economía de los EEUU, en realidad son los dueños del control de ese país. Naomi Wolf, citada por Carlos Fazio[vii] así lo describe:
Estados Unidos transita ya el ‘décimo’ de los 10 pasos hacia el fascismo: el Estado ha fusionado al gobierno con las megacorporaciones financieras, tecnológicas y farmacéuticas de una manera similar al fascismo italiano, utilizando la crisis sanitaria como vehículo para justificar la supresión/abolición de los derechos humanos inalienables y civiles; pero no es sólo una guerra contra la libertad sino contra los seres humanos.
Esa fusión que señala Naomi Wolf ha sido posible por lo que describe la canadiense Naomi Klein[viii]:
“[…] décadas de desregulación en las que, en definitiva, se legalizó el soborno, con torrentes de dinero de las corporaciones inundando la política.
“Es absolutamente cierto que el sistema está corrupto. […] Y la gente lo sabe. Sabe que la reescritura de las reglas en favor de un reducido grupo de intereses corporativos y del 1% ha sido un proceso bipartidista; que fue Bill Clinton quien desreguló la banca, preparando el escenario para el colapso financiero de 2008, y que fue Obama quien decidió no procesar a los banqueros (verdaderos culpables de la crisis Subprime), y que, con casi total seguridad, la candidata demócrata (Hillary Clinton) que compitió con Trump no habría actuado de otra forma”.
En los párrafos anteriores vemos con claridad que los presidentes de los EEUU, trátese de republicanos y/o demócratas, obedecen de igual forma a lo que se conoce como Deep State, el Estado Profundo al que es casi imposible llegar, toda vez que controlan todo el aparato burocrático del Estado, así como a la clase política gobernante que son sus fieles cancerberos. La plutocracia mundial que con dinero fiat o basado en la confianza (háganme el favor), ha comprado al mundo. Es decir, con papeles sin ningún respaldo, salvo el de su palabra que vale menos que una corcholata. Ese es el mayor engaño o ilusión que vivimos los habitantes de este atribulado planeta.
En próximas entregas continuaremos ahondando en esta trabajo exploratorio y revisaremos los últimos informes anuales de Oxfam y constataremos cómo en estos años pospandémicos la riqueza de los más ricos se ha concentrado de forma acelerada. También revisaremos la desgravación fiscal de los más ricos perpetrada por Donald Trump…
[i] https://mediastintasslp.com.mx/2023/02/05/plutocracia-rampante-siglo-xxi-primera-parte/
[ii] https://www.bbc.com/mundo/noticias-62772564
[iii] https://www.eleconomista.com.mx/sectorfinanciero/En-febrero-plan-de-rescate-financiero-de-Obama-20090104-0013.html
[iv] Maurizio Lazzarato. La fábrica del hombre endeudado. Amorrortu. 2013. P. 11.
[v] Ejemplos de externalidades son todos los gastos que hace la sociedad mexicana para protegerse de la inseguridad. Por ejemplo: alzar una barda, meter circuitos cerrados de TV, comprar chapas de alta seguridad, meter mallas electrificadas, concertinas, dobles rejas, y un amplio etc. Hace 30 o 40 años todos esos gastos en seguridad eran impensables. Otra externalidad es la Coca Cola que no produce refrescos, sino botellas de plástico que contaminan ciudades, ríos, lagos, mares… y la sociedad pagando por la limpieza de la basura que diariamente genera esta empresa que bien pudiera tener envases de vidrio como lo hacía en décadas pasadas.
[vi]https://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:V6i0R6lBf7YJ:https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3819462.pdf&cd=12&hl=es-419&ct=clnk&gl=mx
[vii] https://www.jornada.com.mx/2021/05/03/opinion/015a1pol
[viii] Naomi Klein. DECIR NO NO BASTA. Contra las nuevas políticas del shock por el mundo que queremos. Paidós. 2017. Pág. 58.
