RESONANCIAS DEL 26 DE FEBRERO DE 2023

(Marchas y concentraciones en defensa del INE)

«[Deben conocer] la cita de Freud[i]: “Acheronta movebo”. Pues bien, querría poner el curso de este año bajo el signo de otra cita no tan conocida y perteneciente a […] un hombre de Estado Inglés, Walpole, que decía lo siguiente acerca de su propia manera de gobernar: “Quieta non movere”. “No hay que tocar lo que está tranquilo”. En cierto sentido, es lo contrario de Freud».

Michel Foucault. Nacimiento de la biopolítica

«Quien se enfada con las críticas, reconoce que las tenía bien merecidas». Tácito

Por Marco A. Zárate Mancha

Como hizo el 13 de noviembre pasado, este domingo 26 de febrero la ciudadanía de libre y sosegado pensamiento, tomó las calles y plazas principales de más de 100 ciudades en el país y en el extranjero dejando clara su demanda: ¡El INE no se toca! Algo por demás interesante es que las multitudinarias manifestaciones han tenido saldo blanco. El comportamiento de la sociedad consciente ha sido por demás ejemplar y con firme decisión.

La marcha del 13 de noviembre del año pasado dejó en claro que buena parte de la sociedad se oponía a cambios en la constitución para avalar la propuesta del «plan A presidencial» que pretendía reformar la Constitución para trastocar al INE. Al bloquear dicho plan, el de Tepetitán, Macuspana, y sus corifeos armaron a la pura trompatalega, al aventón, al ahí se va… el «plan B» que casi pasó de noche por ambas cámaras. Se sabe que en las dos representaciones, baja y alta, las hordas morenistas y sus sirimiques[i] (partido Verde y PT) son mansos lacayos del inquilino de palacio: siguen ciegamente sus instrucciones sin cambiar ni una coma a sus iniciativas. ¡Ahora sí, faltaba más que los representantes del pueblo bueno y sabio quisieran opinar!

Así las cosas, a lo desaseado de la votación en que ni tiempo hubo de leer —además, para qué leen si no pueden opinar, sólo obedecer—, el «plan B» se habrá de publicar por el Ejecutivo en el Diario Oficial de la Federación para que partidos, ciudadanos y el propio INE presenten un alud de controversias constitucionales, amparos y todo lo que sirva para detener el desmantelamiento e inanición del INE pretendido a ultranza por el gobierno de la 4T.

La transformación del INE actual ha llevado décadas y se ha ido perfeccionado[ii]. Un poco de historia. El INE surgió del Instituto Federal Electoral, IFE, su antecesor. Esta última institución nació a raíz del despojo del triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas en las elecciones presidenciales de 1988, a manos de la temible dupla: Carlos Salinas de Gortari y Manuel Bartlett.

En esas elecciones cruciales para México, Manuel Bartlett se desempeñaba como secretario de gobernación con la responsabilidad de llevar a cabo el proceso electoral. Como se sabe, en el conteo de votos Cuauhtémoc Cárdenas adelantaba a Salinas de Gortari y cuando la votación lo alejó cada vez más del triunfo, vino la famosa «caída del sistema». Bajaron el switch… Horas de incertidumbre se convirtieron en días de zozobra en que el «sistema» colapsó y nunca más se reactivó… y, en el colmo del cinismo, se terminó dando el inverosímil veredicto favorable a Salinas de Gortari, primer presidente declaradamente neoliberal. Bartlett fue quien operó el sistema electoral a favor de Salinas y en contra de Cárdenas. El mismo que tiene López Obrador como director de la CFE y traidor a la democracia. Verdadero hombre de la mafia poder…

En apretada síntesis ese es el origen del ayer INE. Como queda claro, se arrancó al gobierno federal el proceso electoral y se ha venido blindando con una exhaustiva legislación para evitar tentaciones de cambiarlo. Es importante señalar que muchos demócratas vieron su trabajo político culminado con ese importante logro de buena parte de la sociedad mexicana que no quiso ser nuevamente atropellada, vejada, robada por el Poder. Cuauhtémoc Cárdenas, Heberto Castillo, Arnoldo Martínez Verdugo, Rosario Espinoza de la Piedra, Ifigenia Martínez, Porfirio Muñoz Ledo, Valentín Campa, Amalia García, José Woldenberg, Pablo Gómez, entre otros, así como muchos hombres y mujeres anónimos vieron coronada su lucha con la creación de IFE, hoy INE.

El IFE permitió la alternancia en el poder por primera vez, al ganar el PAN las elecciones con Vicente Fox a la cabeza en el año 2000; en 2006 nuevamente el PAN con Felipe Calderón; en 2012 el regreso del PRI con Enrique Peña Nieto, y en 2018 dio a Morena el triunfo. Hay que recordar que el IFE en 2014 sufrió una transformación y se convirtió en el Instituto Nacional Electoral, INE, y este fue el que entregó a López Obrador el triunfo para ocupar la presidencia desde 2018.

Tenemos pues, que la “creación del Instituto Federal Electoral, IFE, representó una modificación fundamental en el sistema político mexicano para la construcción de la democracia en México”, tal cual reza el sitio del INE y ha sido garante de respetar la voluntad de la ciudadanía en las urnas.

En el epígrafe de este texto Foucault trae a cuento una sentencia de Robert Walpole: “Quieta non movere”. “No hay que tocar lo que está tranquilo”. ¿Para qué bajar el panal a escobazos? ¿Para qué reformar al INE si ha cumplido a cabalidad cuidando con elecciones limpias nuestra democracia? ¿No fue el INE quien avaló el triunfo de López Obrador y de 20 gobernadores de Morena…? ¿No está seguro López Obrador de su popularidad y “éxitos de su administración” para retener el poder? Pareciera que su enfermiza obsesión por trastocar al INE es para asegurar un triunfo a ultranza: o ganamos o arrebatamos, tal pareciera ser el mensaje último del tabasqueño.

López Obrador no leyó la advertencia de Walpole y tocó al INE; con ello despertó y unió al otro México profundo. El México profundo “pensante” que no sabe de servilismos ni sumisiones, como le encantaría que fuera. Quisiera ver en todos la servidumbre rastrera de varios de sus corifeos matinales. Como el repugnante periodista “Lord Molécula”. Un tipo de náusea.

El oriundo de Tepetitán, Macuspana, no solo no leyó a Walpole, tampoco a Freud y desde su flamígero púlpito matutino denuesta, critica, señala, juzga, lapida, se ensaña con viperina lengua en contra de la otredad, de la alteridad distinta a su irascible y maniquea forma de pensar y esa actitud pendenciera de alguna forma contribuye indiscutiblemente a mantener en llamas la pradera. Ya lo advertía Freud en su aforismo y estamos viendo que el psicoanalista andaba muy acertado en su sentencia: «Mientras más moral y rectitud deseas mostrar por fuera, más infiernos y demonios tienes por dentro».

López Obrador debe respetar su investidura que representa a todos los mexicanos y mostrar templanza, moderación… Si un día censuró a Fox con el «¡Cállate chachalaca!», debiera aplicárselo en un elemental juicio autocrítico.  

Por último: ¿Por qué tiene López Obrador esa obsesión por reformar el INE? ¿Por qué busca imponer a personajes identificados con Morena? ¿Por qué no dejar que los próximos funcionarios sean los más capacitados y de preferencia no estén identificados con ningún partido, además de conocer todos los ordenamientos legales, funcionamiento del INE y de los procesos electorales? ¿Por qué mover las cosas que están quietas?  

P.S.: El presente texto se terminó el jueves 2 de marzo por la noche.


[i] Flectere si nequeo superos, “Acheronta movebo”. Si no puedo persuadir a los dioses del cielo, moveré al de los infiernos. Verso de Virgilio en latín que aparece en la primera edición de “La interpretación de los sueños” de Sigmund Freud. Con esa metáfora Freud concibe una partición entre el mundo de arriba, —de la consciencia en que reina la razón y la claridad— y el mundo de abajo, es decir el inconsciente, la parte caótica, sombría e irracional que subyace debajo de la consciencia.

[i] Ayudante servil. 

[ii] Para tener una idea de la evolución del INE visitar el portal: https://portalanterior.ine.mx/archivos3/portal/historico/contenido/menuitem.cdd858023b32d5b7787e6910d08600a0/

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