De muertos y corridos tumbados
Por Jorge Andrés López Espinosa
A propósito del Festival de Viña del Mar, en la hermana República de Chile, se desató una polémica que no puede ni debe pasar desapercibida. Sucede que en tan importante Festival se tiene contemplada la participación de un joven cantante mexicano cuyo nombre artístico es “Peso Pluma”, con millones de seguidores que le escuchan en las diversas plataformas musicales a nivel mundial, este joven de 23 años oriundo de Zapopan, se asume como exponente dentro del incipiente género: “corridos tumbados”, (cualquier cosa que eso signifique). Con independencia del buen o mal gusto musical que cada persona tenga en pleno ejercicio de su libertad, el centro de la polémica del debate iniciado en Chile va más allá de la música y se centra esencialmente en el contenido explícito de sus letras que hacen alusión directa al ensalzamiento a la forma de vida relacionada con el crimen organizado y la narco cultura mexicana. El gobierno chileno que encabeza el social demócrata Gabriel Boric, ha sido claro al sostener que no censura la invitación a Peso Pluma al escenario de la Quinta Vergara, lo que le preocupa es que un Festival tan importante catapulte aún más a un artista que le canta a un estilo de vida, que es precisamente contrario a la vida. La empresa que organiza el Festival en un reto abierto al gobierno chileno ha expresado que en Viña del Mar prevalece la libertad de expresión y no se discrimina. Este argumento, -el de los organizadores del festival-, resulta tan falaz como pretender retirar las prohibiciones vigentes en Alemania de hacer propaganda en favor de los nazis, bajo el argumento a la libre expresión o la no discriminación. El problema con los “corridos tumbados”, no está en la música sino en sus letras cargadas de diversas formas de violencia, “endulzadas” con notas de banda interpretadas por voces carrasposas y hasta desafinadas. El periodista Juan Pablo Arredondo, especialista en temas de género contabilizó que el 77,27% de las letras del emplumado cantante están relacionadas con el consumo de drogas o la venta de sustancias, lo grave es que esas canciones son tarareadas por niños y jóvenes en una época donde el fentanilo ha causado la muerte en Estados Unidos a más de 71, 000 personas por sobredosis tan solo en el 2021, sin olvidar por supuesto a las miles de familias cuyos hogares se han visto enlutados en México desde 2006 y hasta el día de hoy, donde mujeres, hombres, madres, padres, hijos, hermanos, han sido privados de la vida por temas relacionados de alguna u otra manera con el crimen organizado, sin dejar de contar desde luego a las y los miles de desaparecidos, todas personas importantes para sus familias, con nombres y apellidos. Es cierto que el corrido ha sido una forma de expresión musical, que desde el siglo pasado viene contando historias de personas y de momentos, sin embargo los adjetivizados como: “tumbados”, se alejan mucho de las historias y asemejan más a una campaña de medios tendiente a trivializar lo que no puede ser trivial, porque asesinar, ejecutar, levantar, torturar, drogar no es normal, ni lo podemos normalizar, pues matar personas con substancias o con armas no es ni debe ser divertido. Como padres, no podemos evitar que nuestros hijos los escuchen, pero si estamos obligados a explicarles a detalle lo que está detrás de esa música, que ese estilo de vida no debería ser una aspiración para ninguna persona, al margen de la estela de muerte que ha significado para México, Estados Unidos y Latinoamerica la narco cultura; y, aunque para los gobiernos no es deseable la censura, también sería imperdonable su promoción, de ahí, que es digna de aplaudir la firme posición asumida por el gobierno chileno, que tal vez no podrá evitar la presencia del tapatío en Valparaiso, pero ha iniciado una discusión que va más allá de la simple prohibición y apela a la conciencia social. Ojalá, Hassan Emilio Kabande Laija alias Peso Pluma, hiciera un ejercicio de reflexión por las miles de víctimas asesinadas y desaparecidas en este que también es su país, en ocasiones tan surrealista donde el éxito de un cantante como él y de un género como lo “tumbado”, esta ligado de alguna u otra forma a la tragedia que significa cada muerte y/o desaparición. ¿De verdad es la música que nos representa como mexicanos?, a mi definitivamente No, y a Usted. Los sigo leyendo en este correo: jorgeandres7826@hotmail.com.
MANO IZQUIERDA
