«ANOMALÍAS» DEL 3I/ATLAS

        A Amador Murillo Chagolla

«No hemos de cesar de explorar y
el fin de nuestra exploración,
será regresar a donde empezamos
y conocer el lugar —la Tierra—   por primera vez».     
T.S. Eliot

Marco Antonio Zárate Mancha   

Algo extraordinario está pasando en la Tierra y en nuestro vecindario solar en este traumático año 2025. A la vorágine diaria de malas noticias: guerras y genocidios; narcotráfico y crimen organizado empoderados; corrupción gubernamental cínica a los más altos niveles; hambruna y migraciones forzadas; fenómenos meteorológicos extremos que destruyen grandes territorios con sus poblaciones; de reparto del pastel de naciones por los bloques más poderosos del planeta y otras calamidades…, ahora agregamos los desconcertantes fenómenos estelares e interestelares que estamos presenciando y de los cuales recientemente publicamos un escrito(1), el cual ahora actualizaremos. 

En menos de una década distintos países se han impuesto el objetivo de estudiar a fondo nuestro sistema solar y, como nunca, se tiene una enorme pluralidad de satélites avituallados con una batería de equipos, instrumentos y cámaras que permiten analizar a detalle los objetos en el espacio. A ellos se suman los poderosos telescopios Hubble y Webb, además de sondas que orbitan Marte y Júpiter. 

Recordemos que en 2017 el observatorio estelar en Hawái detectó un «primer» cuerpo celeste interestelar que llamó «Oumuamua», que en hawaiano significa «Un mensajero de lejos que llega primero». Su avistamiento fue tardío ya que cuando se captó estaba saliendo del sistema solar. No obstante, llamó la atención su forma alargada como cigarro o pluma. Lo que los análisis revelaron fue que el objeto no era parte del sistema solar. Posiblemente haya alcanzado unos 400 metros de largo. Se observó que parecía acelerar por sí mismo al alejarse del sol. Nunca mostró cola de gas y polvo. Dado su comportamiento anómalo, es decir, distinto a la mayoría de cometas antes observados y estudiados, el astrofísico de Harvard, Avi Loeb, sugirió que, dadas las “anomalías observadas”, no se descartara la posibilidad de un objeto artificial fabricado por inteligencia alienígena, un tipo de sonda exploratoria… 

En 2019, Gennady Borisov, un entusiasta astrónomo de Crimea, detectó un segundo objeto interestelar, al que la comunidad astronómica denominó “2I / Borisov”, en reconocimiento a su descubridor. 2I / Borisov se desintegró al aproximarse al astro rey.

Recientemente, apenas el pasado 1 de julio de 2025, el observatorio chileno Deep Random Survey, DRS, del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System, ATLAS), registró un tercer cuerpo interestelar en menos de una década. Se trata del colosal 3I/ATLAS. La velocidad de desplazamiento por el cosmos es superior a 66.23 kilómetros por segundo (238,428 kilómetros por hora). Su tamaño no ha podido determinarse con precisión y se calcula en 5.6 kilómetros, aunque otras estimaciones lo tasan en 15 km y una última valoración indica que pudiera medir ¡46 kilómetros!
3I/ATLAS es pues, el tercer objeto proveniente del exterior de nuestro sistema solar descubierto hasta ahora. Debido a la forma hiperbólica de su trayectoria orbital, se infiere que no pertenece a nuestro sistema solar. Procede del centro galáctico y de algún punto de la constelación de Sagitario. Su probable antigüedad es de 7 mil millones de años. Mucho más viejo que nuestro sistema solar (4.6 mil millones de años).

Desde que se hizo pública su detección, se volvió sensación. Las «anomalías» observadas se alejan del manual de los astrónomos y de su clasificación cometaria. Las primeras «anomalías» que observó Avi Loeb, astrofísico de Harvard, fue su gran velocidad de casi 67 kilómetros por segundo. Cuando se detectó, se desplazaba en un punto entre las órbitas de Saturno y Júpiter. También llamó la atención su gran luminosidad, pues a esa distancia del sol no “debiera” brillar tanto, a no ser que fuera un objeto muy masivo y con una superficie altamente reflectante. Una primera medición de Avi Loeb calculó su tamaño en 20 kilómetros.

Una «anomalía» más: El pasado 7 de septiembre se registró un eclipse lunar y los astrofotógrafos Michael Jäger y Gerald Rhemann, viajaron a Namibia para aprovechar la excepcional oscuridad y fotografiar al visitante cósmico 3I/ATLAS, y justo en el momento de mayor oscuridad, el objeto interestelar cambió su color rojo-amarillento por verde esmeralda; además de mostrar un chorro frontal —una anti-cola—, como si hubiera encendido un faro delantero dirigido al sol, en lugar de lucir la conocida cola de los cometas formada por polvo estelar y agua congelada sublimada en gas, empujada por el viento y radiación solar. 

Una singularidad más: El rastro de 3I/ATLAS pareciera ser más la huella de un motor de plasma: “su escape es un denso plasma de níquel y cobalto de hierro, mezclado con dióxido de carbono y monóxido de carbono”, ´de acuerdo con Avi Loeb, un rastro «imposible» sin un motor de plasma.
Cuando los astrónomos escanearon por primera vez el 3I/ATLAS en infrarrojo, este liberaba casi 10 gigavatios de calor, una potencia 100 veces superior a la de Chernóbil. Pero ahora, nuevas lecturas muestran que superó los 50 gigavatios. Esa cantidad de energía es imposible para cualquier cometa natural. Ya no refleja la luz solar. La genera como si algo en su interior se hubiera despertado; nadie puede explicarlo.

La trayectoria hiperbólica denota su origen interestelar. Esto es, nunca más lo volveremos a ver. Otra «anomalía» es que su trayectoria tiene un desfasamiento de 5° con respecto de la eclíptica, plano donde orbitan los planetas. Según Avi Loeb, es casi improbable que un cuerpo interestelar siga de forma aleatoria ese curso, y más bien pareciera trazado con la finalidad de realizar un vuelo de “reconocimiento” a nuestro vecindario solar: el pasado 3 de octubre se encontró frente a Marte (a unos 29 mil millones de km), y en alineación con Venus y el sol. El 29 de octubre estará en perihelio —punto más próximo al sol— y el 3 de noviembre en la posición más cercana a Venus. A mediados de noviembre aparecería del otro lado del sol para seguir su trayectoria y encontrarse en marzo del 2026 con Júpiter.

A la inesperada presencia de 3I/ATLAS (1 de julio de 2025), que tiene a todos los astrónomos del mundo y sus observatorios enfocados en él, el pasado 11 de septiembre se sumaron el cometa C/2025 R2 (también llamado SWAN25B), y el cometa A6 (Lemmon), descubierto el 3 enero de este año por el astrónomo D. Carson Fuls del observatorio Mount Lemmon Survey.
Como podrá apreciarse hay mucha actividad observable en el espacio y es un gran infortunio que a dos días del encuentro entre 3I/ATLAS y Marte, buena parte del gobierno de EE.UU., haya entrado en suspensión de actividades el primer día de octubre debido a desencuentros presupuestales entre demócratas y republicanos. Días antes del cierre, en la NASA había gran efervescencia por el histórico encuentro y equipos como el Rover Perseverance que estudia el plano marciano, enfocaría sus instrumentos y cámara para fotografiar al «extraño» visitante. También los 8 satélites orbitando el cielo marciano pondrían su batería de instrumentos teniendo como objetivo a 3I/ATLAS: Tres satélites norteamericanos, uno de India, uno de Emiratos Árabes Unidos, uno de China y dos de la Agencia Espacial Europea (uno en colaboración con Rusia).

Pero, la atención y mayor esperanza para captar la fotografía más definida del objeto interestelar a su paso por Marte, se puso en la cámara HiRISE (High-Resolution Imaging Science Experiment) montada en la nave espacial Mars  Reconnaissance Orbiter, MRO, (Orbitador de Reconocimiento de Marte). La imagen de mayor resolución se obtendría por esta cámara con resolución angular de 30 kilómetros por píxel. El píxel más brillante de la imagen de HiRISE proporcionaría la mejor delimitación hasta la fecha del 3I/ATLAS. Esperamos que el equipo de HiRISE publique sus imágenes lo antes posible. Desafortunadamente para toda la comunidad astronómica del mundo y público interesado en el seguimiento del objeto interestelar, la NASA solo ha liberado una fotografía (captada por el Rover Perseverance) en que 3I/ATLAS asemeja una especie de cilindro. Avi Loeb señaló que el barrido de la imagen se debía al tiempo de exposición que deformaba la imagen y tamaño real. Al final del día, las fotografías únicamente podrán ser vistas una vez que la agencia espacial tenga definido el presupuesto que recibirá para el período 2025-2026 y reabra operaciones.

El vacío informativo oficial ha dado pie a que circulen en Internet toda clase de noticias falsas y alarmistas, como que 3I/ATLAS se habría estrellado en Marte; que había cambiado su trayectoria y se dirigía a la Tierra; que es una nave nodriza y la escoltan objetos más pequeños que no pueden verse con claridad debido a su gran luminosidad y nube de gas que lo envuelve… Hasta un supuesto hackeo de correos electrónicos de personal de la NASA circulando en la «Dark Web» que, entre otras noticias, revela que “3I/ATLAS está bajo control vectorial activo”, lo que significaría que tiene propulsión activa y realiza maniobras controladas. En resumidas cuentas, sería una nave de origen extraterrestre, lo que obligaba “Iniciar el Protocolo de Contención Narrativa 9.2” para no divulgar información que pudiera causar conmoción mundial, pavor y eventos incontrolables. Tales historias llenan los huecos noticiosos dejados por todas las agencias espaciales, ya que la información oficial ha salido a cuentagotas.  

Sin duda hay cosas extrañas en torno al objeto interestelar 3I/ATLAS, por el momento el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (debe haber un mínimo de personal trabajando) ha hecho un pequeño ajuste en el seguimiento de su trayectoria y velocidad, toda vez que el objeto interestelar ha reducido mínimamente la velocidad y llegaría al perihelio 3 minutos después del tiempo originalmente calculado.
Ahora que se aproxima al perihelio, lo ocultará el astro rey y no será posible observarlo hasta mediados de noviembre que aparezca del otro lado del sol. Solo entonces podremos saber si hubo o no cambios en su velocidad y trayectoria. Con suerte, sabremos más en las próximas semanas. Mantén la curiosidad. Como nos enseñó Galileo Galilei, la verdad científica se revela mediante datos, no mediante la autoridad.

Y como sentencia Avi Loeb: “En un universo donde los visitantes interestelares son raros y nuestras propias cadenas de datos son ‘políticas’, a veces la señal más silenciosa es la más reveladora”.

(1) https://mediastintasslp.com.mx/2025/09/11/3i-atlas-un-inesperado-y-primigenio-visitante/

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