¿POR QUÉ ES MEJOR QUEDARNOS EN EL NUEVO MODELO DE TRABAJO?

Adriana García Kuri.

Tiempo: coronavirus y aún antes que eso;

Ir a una oficina diario. Levantarse, bañarse, desayunar lo que se pueda, subirse al coche o al transporte y checar en la oficina. Trabajar o hacer como que trabaja hasta la salida, checar salida, irse a casa… y así diariamente.  Este escenario es probablemente en el que la mayoría vivíamos, antes del coronavirus. Pero no solo eso, sino antes de que la tecnología se desarrollara y fuera tan cambiante como hoy. Los avances antes no eran ni tan rápidos ni tan obvios ni tampoco estaban tan al alcance de todo el mundo.

Tiempo: coronavirus y en adelante;

Esto ha cambiado por completo. No solo por la llegada del virus, sino porque ya existían grandes avances tecnológicos que consiguen día a día acercarnos más, hacer el mundo más pequeño, tenerlo todo al alcance, rápido, de inmediato.

Por eso, hoy en día para generaciones que están terminando de estudiar y empezando a hacerlo, trabajar en una organización de tiempo completo y 100% presencial ha quedado fuera de su entendimiento, ya no digamos ideales, porque ya ni siquiera es que quieran o no, sino que de seguro ya no será común trabajar como en el pasado.   

Hoy el sólo pensar en conseguir un trabajo que te haga ir todos los días al mismo lugar, misma oficina, mismo cubículo y mismas tareas resulta muy poco interesante para las generaciones desde los x hasta los z que ya estarán por graduarse vía zoom quizá y para la generación de nuevo nombre: pandemials, que son nacidos en 2020 o que andan en sus primeros añitos en estos tiempos.

En artículos y blogs se habla del futuro del trabajo o de cómo serán los trabajos en el futuro, sin embargo, ese concepto ya no existe, el futuro ya llegó y la forma de trabajar o la forma de concebir el trabajo tanto para profesionales nuevos (25 a 35) como profesionales experimentados (36 a 60) ha dado un giro de 360°.

No digo que no existan profesionistas que busquen un puesto en una organización que les dé un salario fijo, seguro, afore y otras prestaciones. Lo que digo es que cada vez somos más los que preferimos conseguir varios salarios por hacer diferentes cosas que nos apasionen, trabajar por proyectos con objetivos muy claros, asegurarnos a nosotros mismos, ahorrar para nuestro retiro de manera voluntaria y darnos nuestras  propias prestaciones, por ejemplo:

Un joven de 28 años quizá prefiere saber que en su puesto estará trabajando con el objetivo específico de conseguir la certificación como empresa socialmente responsable durante todo el siguiente ejercicio fiscal, definiendo su tiempo de trabajo, los días presenciales, los días desde el café de enfrente y las noches desde su sala de estar y que podrá organizarse para hacerlo y al mismo tiempo pertenecer a un proyecto con una startup de papillas orgánicas para bebés; pero también planear cuándo se irá a la playa con sus amigos y plantearse la meta de entrenar para un maratón; Todo esto en lugar de permanecer sedentario en una oficina, sin tiempo para hacer ejercicio debido al horario impuesto esperando a que le toquen 6 días de vacaciones por ley y estas no coincidan con las de su familia y amigos.

O por ejemplo, una mujer de 40 años que quiere volver al mercado laboral sin descuidar lo que construyó en su casa con sus hijos, su esposo, sus amistades y sus proyectos personales, (desde la dieta hasta el negocio de joyería hecha a mano) seguramente prefiere un trabajo en el que planteará a su jefe un programa de entregables y podrá organizarse para el trabajo presencial, las reuniones de trabajo y al mismo tiempo recoger a sus hijos de la escuela y llevarlos a natación para volver a casa y establecer un tiempo de estudio para ellos y de cierre del día para ella, todo al mismo tiempo, justo para cenar.

El blog de la empresa Servicenow (blogs.servicenow.com) dio a conocer en octubre de 2020 su encuesta sobre como el COVID-19 está cambiando la forma en que trabajamos. Se encuestó a ejecutivos y empleados de 11 países en múltiples industrias. Según el CEO Bill McDermott, “el trabajo digital es la forma en que se hacen negocios en el S.XXI; no hay vuelta atrás y se irá acelerando su transformación, vendrán nuevas formas de trabajar y estas se volverán la norma…”.

Ejecutada en Septiembre por Wakefield Research a nombre de ServiceNow, dicha encuesta sobre el trabajo, incluyó a 9000 ejecutivos y empleados y los resultados clave incluyeron los siguientes:

  • 92% de los executivos dicen que la pandemia hizo a su compañía repensar la forma en que trabajan, 87% de empelados dicen que es una mejora.
  • 91% de ejecutivos y 87% de empleados dicen que su compañía transitó a nuevas y más rápidas formas de trabajar de lo que alguna vez pensaron era posible.
  • 88% de las empresas encuestadas dijeron que la pandemia ha reducido los gastos de operación convirtiéndolas en oportunidades para invertir en transformación digital, investigación y desarrollo, mercadotecnia y crecimiento.

Por más maravilloso que suenen las cifras anteriores, existe la otra cara de la moneda que refiere a que las compañías tendrán que seguirle el paso al avance tecnológico y esto será uno de los más grandes retos que enfrenten ya que en la misma encuesta se da a conocer que 9 de cada 10 ejecutivos admiten que aún tienen una buena cantidad de flujos de trabajo manuales incluyendo aprobación de documentos, reportes de incidencias de seguridad, soporte tecnológico, entre otros. Aunque quizá, con este ritmo tan acelerado, esto ya haya cambiado.

Con todo esto, el 8 de diciembre de 2020 la cámara de diputados de México aprobó modificaciones y adiciones a la Ley Federal del Trabajo en materia de teletrabajo, reconociéndolo como forma válida utilizando las tecnologías de la información y comunicación con ciertas reglas para llevarlo a cabo, entre ellas las condiciones del contrato tales como; jornada laboral, derecho a la desconexión, obligación de la empresa a pagar el internet, el equipo de cómputo y el mobiliario, entre otros elementos; sin claridad en su instrumentación, claro.

En México se ha progresado, sí, pero aún falta mucho por avanzar; de aquí que varios ejecutivos, socios y dueños de empresas, no pueden ya esperar a que estemos en semáforo verde para volver a llevar a sus empleados a la oficina y poner las cosas en orden. La mitad de los ejecutivos está preocupado por los resultados en la modalidad a distancia.

En mi opinión, sería muy arriesgado ser un ejecutivo o empresario que prefiere volver a los gastos de operación (inclúyase rentas, servicios de mantenimiento, entre otros) que reinvertir ese recurso en investigación y desarrollo tecnológico de cara no solo esta nueva normalidad que el COVID-19 nos ha traído, sino a que el mundo no para, el avance tecnológico no se detiene y la mente humana siempre busca y quiere más.

Adriana García Kuri

Master in Management por Oregon University, consultora de negocios, empresaria y mamá de tiempo completo.

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