TRUMP, EL OUTSIDER QUE PUSO EN JAQUE A SU PAÍS Y AL MUNDO.

Flavio González Ayala

Armando Adolfo Martínez Meneces

Víctor Alfonso Tapia Miranda

El expresidente Donald Trump, asumió la Presidencia de Estados Unidos en 2017, desde su llegada amenazo, cambio, estructuras globales y nacionales. Trump pasó a la historia, por ser un presidente inusual, uno que ha manejado al mundo a su antojo, que si bien es cierto, cualquier mandatario puede hacerlo, por lo menos Trump se ha dado la tarea de manifestarlo en la máxima expresión, múltiples motivos lo hacen peculiar, sin embargo, quizá los más influyentes sean: ser el primero en tener dos impeachment, uno al estar como presidente de los Estados Unidos, y otro fuera de la Casa blanca (el primero en tener un impeachment en esta condición); el ser partidario de agudizar una guerra comercial con China a pesar de los complicados tiempos para el comercio internacional, violentar varios derechos humanos y sociales, y quizá, el más escandaloso y reciente, así como su última acción como presidente de los EEUU, ser el detonante de la manifestación del capitolio el 6 de enero de 2021. Así Trump pasará a la historia, como el autor intelectual de cuatro años muy complicados para el planeta (Prasad, 2021):

Flavio González Ayala.

Internacionalista. Candidato a Doctor en Relaciones Internacionales, Negocios y Diplomacia por la UANL.

Profesor Investigador de la Facultad de Economía de la UASLP.

Maestro en Estudios de Asia y África por El Colegio de México.

       I.        El primer implicado en dos impeachment, por las revueltas ocasionadas por su impresionante habilidad de mover a las masas por medio de conspiraciones y desinformación, pero con el gran defecto de no ser una persona con voluntad unidireccional ni siquiera para un fin estratégico, como tener un segundo mandato presidencial de los Estados Unidos.

     II.        El hombre que tuvo la capacidad de atentar y demostrar la fragilidad de los Estados Unidos de América, pues evidenció que, con el poder de la desinformación, junto con la capacidad de difundir desinformación para crear realidades alternas a su conveniencia y los medios necesarios (como las redes sociales) a su disposición, pueden mover las masas al grado de flaquear uno de los valores más importantes e influyentes de la nación americana, la democracia.

    III.        El hombre ingenioso que mantendrá el poder por lo menos, en las décadas posteriores, pues logró modificar la corte suprema a la conveniencia del partido republicano y mover un sector muy importante y olvidada en la nación americana: los afro americanos, pues les brindó varias oportunidades para emprender, sin embargo, comienzan las áreas de contradicción, pues a las personas afro americanas y la sociedad en general, les hizo pasar un mal sabor de boca,  con el caso de George Floyd, que paso a ser escandalo internacional.

   IV.        La manifestación de la destitución entre el gobierno y las instituciones, que llevaban medio siglo de historia, y para dar mayor protagonismo, el primero en ocupar el cargo presidencial sin tener un cargo político.

     V.        Un mandatario influyente que jugó con el mayor fuego de oriente, pues el conflicto con el gigante asiático fue responsable de modificar las relaciones, direcciones y pronósticos globales del comercio internacional desde el inicio de su mandato, donde demostró ser el pecado americano de otorgarle mucho poder a una sola persona, al grado de que un populista sin fundamento puede cambiar la estructura global.

Un proceso muy complicado, para un hombre igual de complicado (News, 2020), como se ha comentado Donald J. Trump, es un hombre muy influyente que tiene grandes dotes para obtener lo que se propone, además de ello, es importante recordar que hay indulgencias hasta en la constitución estadounidense, pues en este tema es muy básica, permitiendo el sesgo del proceso de “imputación o impeachment” del presidente al cual se le va a juzgar. Es importante comentar que Trump fue impuesto a juicio por el abuso de poder y por medio de este acto influir en la reputación de Biden, al tener influencia sobre el gobierno ucraniano por el  apoyo militar para que el gobierno de Ucrania, mismo que comentaría que se comenzaba una investigación contra Biden, pero por desgracia para él, la segunda eventualidad de su estrategia política no funcionó, nos encontramos ante un proceso muy complicado, y no sería raro imaginar que Trump previa y fríamente calculo las oportunidades y riesgos al realizar una acción de tal magnitud, pues con un riesgo realmente mínimo, de ser destituido a cambio de reelegirse para gobernar el país más poderoso del globo, parece valer la pena pero, ¿Por qué riesgo tan bajo?.

Es importante saber que el segundo impeachment de 2021 se realizó en el senado, conformado por 100 senadores, de los cuales 48 son demócratas, 2 son independientes (vinculados a los demócratas) y 50 republicanos, como bien se sospecha, la mayoría de la influencia en un solo partido pertenece al partido de Trump, por lo que las cosas comenzaron muy complicadas para el proceso de destitución hacia Trump, sin embargo, la esperanza se visualizaba al ver que 7 republicanos se opusieron con Trump, junto con la oposición total de los demócratas y los partidos independientes, donde estadísticamente, o por lo menos democráticamente, todos festejarían pues se obtuvieron 57 votos a favor de enjuiciar a Trump (Mars, 2021), pero parte de la complejidad de dicho proceso es que se requiere de más de dos terceras partes de todos los senadores para enjuiciar a un presidente, por lo que los votos mínimos son 67, si bien no sorprende mucho ver que la democracia americana queda muy comprometida ante un requisito de enjuiciamiento tan complicado, lo que realmente sorprendió fue que la nación que se hace llamar como la más democrática, como la nación inquebrantable y la que inclusive, aconseja fuera de sus fronteras para hacer las cosas correctamente, ha incumplido sus propios ideales, pues la gran nación del mundo no es inmune al interés particular.

Los intereses personales quedan por mucho, en primer plano que la estabilidad o moral nacional, pues solo basta con ver el reflejo de la nación americana ante el mundo para demostrarlo, además el segundo impeachment dio varios componentes a considerar, como que, en promedio, un impeachment dura tres semanas, y este duró solo cinco días, ¿Era necesario extenderlo? Si se consideran los principios de democracia, honor y nacionalismo que caracterizan a la nación estadounidense, pues se analizaba el caso de la protesta en el capitolio, un evento que cualquiera comentaría sería un golpe muy delicado para la integridad americana, y por desgracia, este acto pasó desapercibido, así como su enjuiciamiento por fines personales y políticos, dejando de lado los intereses nacionales, y lo peor que fue por los dos partidos. El demócrata, por un lado, para evitar manchas en la administración de Biden, y en el republicano, por la gran ventaja que da quemar el libro y dar paso a la nueva historia para direccionarse al 2024 con menos dificultades. Si, los dos partidos que nos plantean en los libros e historia, noticias, informes, etc., como los opositores de uno del otro en busca del bienestar americano y mundial se han evidenciado, al trabajar juntos para favorecer sus intereses, sin importarle, dejar absuelto a una persona que representa un gran peligro para Estados Unidos y el mundo, pues tiene el ingenio, el poder y la habilidad de perjudicar la sociedad global, y lo más frustrante de la situación, es que tuvimos la prueba de 4 años y no hemos entendido, quizá con la prueba de ocho años… dudo mucho que lo entendamos, pues el sistema se ha creado de esa manera, y si el comandante del globo comete ese tipo de calamidades, ¿Qué le espera a los que siguen los pasos de la nación inquebrantable?

¿Realmente existen las naciones primermundistas? Ese concepto bajo el cual un reducido número de países presumen haber alcanzado un alto grado de desarrollo humano, bajo el mismo concepto en el que se presume tener un mayor avance en todos sus ámbitos y contextos, pero ¿de verdad lo son? Con esto no pretendo desestimar los esfuerzos y logros que han tenido estos países, pero si me interesa contextualizar el hecho bajo el cual se ha promocionado la nación más grande del mundo; la tierra de los sueños y oportunidades, el faro de la libertad con la democracia más consolidada del mundo, y dado a los acontecimientos de los últimos meses esto se pone en una gran duda.

Un expresidente republicano que sale “prácticamente ileso” de dos juicios políticos: el segundo situado en los últimos días de su gobierno en los que ya había un presidente electo demuestra lo dicho por el nuevo presidente de Estados Unidos Joe Biden: «Este triste capítulo de nuestra historia nos ha recordado que la democracia es frágil». Y no es que sea algo exclusivo del país de las barras y las estrellas, en gran parte de las naciones se cuestiona cada vez más la efectividad de las instituciones creadas por los humanos que sientan las bases de la democracia, pero que ocurran ese tipo de situaciones en una nación consolidada y considerada como la más fuerte del mundo es un reflejo de que posiblemente no se ha alcanzado ese nivel de desarrollo del que se habla.

Este juicio político ocurre por la incapacidad de un individuo de aceptar una derrota, de un Trump que disfruta dividir la población de su país, que alienta los discursos de odio en contra de millones de personas, que representa una amenaza a la sociedad y el ambiente a sabiendas de que sus acciones representan un peligro para todos, no sólo para los estadounidenses. Librándose de asumir las consecuencias de sus actos por el miedo del partido republicano de dividirse, que lo que podría generar otras repercusiones más grandes a futuro, aun cuando saben que el cargo de “incitación a la insurrección” es correcto e incluso miembros de este lo aceptan; por las “prisas” de un partido demócrata concentrado en la gestión de una nueva administración que enfrenta una crisis sanitaria y económica, y su conciencia de que no se lograría la cantidad de votos necesarios en la Cámara Alta. Dándole la oportunidad de aspirar a otros cargos públicos en un futuro: porque si bien afectó la percepción de aquellos ciudadanos independientes (que no están tan politizados) y de republicanos moderados, es un hecho que aún cuenta con un ejército de seguidores que creen y coinciden en con sus ideas y creencias.

Con esto solo nos queda reflexionar sobre el papel que tenemos los ciudadanos sobre nuestros representantes. El “trumpismo” no ha llegado a su fin, pero su ideología e influencia se puede frenar con una filosofía integral y sostenible, basada en la cooperación, unión y preocupación por el bienestar colectivo; aceptando y reconociendo nuestras diferencias, pero respetando y estando abiertos a los nuevos cambios que sí nos pueden llevar hacia el más alto nivel de desarrollo.

Lo triste de esta situación, que desafortunadamente no se observa y contrario a lo predicado por Trump, es que, si se sigue destruyendo y golpeando a las instituciones democráticas, se podrá ganar alguna vez, sin embargo, se simbra todo el edificio. Vale la pena observar que Roma entre los años 509 a.C y 27 a.C era una república considerada un ejemplo de democracia representativa, que se volvió una potencia dominante, que enfrentó de pronto retos internos como el deterioro de la convivencia política, la desigualdad económica o el surgimiento de un líder populista, la antigua república y su derrumbe ofrecen distintas lecciones para Estados Unidos.

Esperemos que Trump quede en el pasado, aunque desgraciadamente amenaza con regresar.

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