Por Redacción.
Se sentó sobre su cama y con voz firme dijo “no voy a tomar clases ya, no quiero entrar, no quiero clases por computadora, quiero ir a la escuela, maldita pandemia”.
Así fue la expresión de una pequeña de una estudiante de primaria después de casi un año de no ir a la escuela de manera presencial, fue una de sus crisis, como muchas y muchos más que han sufrido estos momentos de desesperación por estar encerrados en sus casas.
Un año sin ir a su escuela, desde marzo del año pasado se cambió el salón de clase, el pupitre, por una mesa de comedor, un banco en la cocina y en ocasiones un espacio en la recámara.
Cada mañana antes de las 8 AM, narra un padre, “mi hija se enfunda en una sudadera, un gorro y con el pantalón de la pijama se sienta frente a la computadora, como sus compañeros y compañeras, para escuchar la voz de un maestro que después del saludo les pide hacer movimientos de cuello, estiramiento de brazos y algunos otros más, de los cuales mi hija simula hacerlo, aparenta obedecer la indicación, pero en sentido estricto no lo realiza”.
Igual pueden apagar la imagen y dejar el sonido mientras se distraen en otra cosa. Para el maestro o la maestra es difícil controlar a 20 o 25 niños, cuando menos, a través de una pantalla, el contacto, el cara a cara es básico.
En el mundo más de mil 500 millones de estudiantes dejaron de asistir a las aulas por el Coronavirus, en México, de acuerdo a la matrícula de la SEP, alcanzó los 36 millones y medio de alumnos atendidos en 265. 2 mil escuelas y por 2.1 millones de profesores.
En muchos el refugio para el aprendizaje fue la casa si contaban con las posibilidades de una computadora o un celular y la conexión a internet, para otros una gran mayoría las clases fueron a través de la televisión y otros ninguna de estas opciones, simplemente fue el abandono de los estudios.
Hoy después de un año del cierre de las escuelas hay un movimiento que pretende abrirlas y convencer a las autoridades que siguiendo una serie de protocolos y la responsabilidad de padres, madres, maestros, maestras y personal administrativo se pueden abrir los espacios educativos.
El Movimiento “#Abre mi Escuela”, a través de Goñis Borbolla considera que se pueden abrir las escuelas de manera responsable, sin afectar y sumar a la pandemia. La potosina ha dicho que los niños sí pueden regresar a clases bajo estrictas medidas sanitarias.
En diversas entrevistas que ha concedido a medios de comunicación, la directora del Centro Educativo Semillas, ha pedido que se respete el derecho fundamental de los niños a la educación, el cual no está peleado con el de la vida y la salud.
Con el periodista Joaquín López Dóriga, la dirigente del movimiento que se ha extendido por todo el país, dijo “en las escuelas también se pueden implementar medidas de prevención que evitan esos contagios. Por ejemplo, el distanciamiento social, para mantenernos seguros a nosotros mismos; el uso del cubrebocas, lavado de manos, la ventilación en el lugar, donde si el aire cambia cinco veces el contagio por aerosoles lo puedes controlar; puedes hacer filtros de entrada, empezando desde casa”.
“Las maneras son muchas y variadas (medidas sanitarias), la mayoría las conocemos y aplicamos para nuestra vida propia. Hoy muchísima gente está saliendo a trabajar, haciendo una vida económicamente activa y aun así conocemos cuáles son las estrategias para estar seguros, lo mismo se pediría para las escuelas”, afirmó.
Consideró que al regreso al salón de clases ya no podrá ser con los 40 o más niños, se tendrán que hacer grupos pequeños de 9 o 10 y los horarios cambiarán, así como los días de asistencia, no volverían a ser como antes, sería una nueva normalidad. Además se mantendrían las clases virtuales por aquellos padres de familia que decidan no enviar a sus hijos a la escuela.
La vocera también ha dicho que hay países que han abierto las instituciones educativas de manera parcial, por lo menos una vez a la semana asiste el alumno y tiene contacto con algunos compañeros y con su maestra.
Por otra parte hoy han abierto algunas instancias de manera parcial, algunas se han denominado “burbujas educativas”, otras lo han hecho para dar asesorías presenciales para aquellos alumnos que van atrasados, siempre con medidas sanitarias, con protocolos con los que cuentas algunas instituciones, en estados del norte del país, principalmente en Coahuila cuentas con un cuaderno de más de 80 páginas que muestra cada paso para abrir la escuela.
Goñis Borbolla considera que hay fórmulas para abrir los centros educativos, que hoy se conoce más del virus que hace un año y si en otros países lo han hecho, por qué en México no.
Por lo pronto el movimiento que ella dirige “#ABRE mi ESCUELA” y otros dos “#PresencialEsEsencial” y “#VOZDENIÑO”, convocan a una intervención que realizarán en cada estado que han titulado “¡México DESPIERTA! ES MOMENTO DE REGRESAR A LAS AULAS”, la fecha será el 20 de marzo y avisarán en su momento el espacio en donde se realizará.
El estado deberá entablar un diálogo y bajo el principio de un bien superior como es la educación de los niños y frente al vacío que existe más el rezago educativo, realizar un esfuerzo para dotar a las escuelas oficiales de mascarillas, termómetros, gel, implementos de limpieza y efectuar un monitoreo constante.
La vacuna es la mejor alternativa, sin duda, pero al paso que va el proceso tardará mucho tiempo en que la totalidad de los docentes y personal administrativo de las escuelas reciban la dosis, por eso hay que apelar al diálogo y la responsabilidad de padres, madres y autoridades educativas.
¿Se logrará, podremos, tendremos la capacidad y la responsabilidad frente a la necesidad y derechos de las niñas y niños?, ya está abril muy cercano, es el reto. HAGÁMOSLO.
Medias Tintas SLP 