CARLOS CORTÉS GARCÍA
Vol.2
Este miércoles, el responsable, o irresponsable, de la estrategia del combate a la pandemia del COVID en México, Hugo López-Gatell Ramírez, estando en cuarentena por haberse contagiado de este padecimiento, salió a dar una vuelta por la colonia Condesa, de la Ciudad de México, acompañado de su pareja.
Hasta ahí, pues no parece nada anormal. Alguien se lo encontró y le tomó un par de fotos cuando salía de una cevichería. Hasta ahí tampoco nada anormal.
Lo anormal fue que, en la nocturna desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional, mismo lugar desde donde el presidente Andrés Manuel López Obrador emite su púlpito mañanero. Y desde su participación virtual, López-Gatell Ramírez se descoció contra la prensa y nos dijo, porque yo me considero, por supuesto, parte de la prensa mexicana, hasta del huevo y la gallina, mimetizándose con la narrativa presidencial contra los medios.
Todo ello ocurría mientras México sumaba más de 192.000 muertes por coronavirus, los que hace un año anunciaba que no ocurriría y que, en un escenario terrible y complicado, México tendría entre seis mil y ocho mil fallecimientos.
Las “inquietas cámaras ciudadanas” captaron a Hugo López-Gatell sin cubrebocas en uno de los parques más concurridos de la ciudad, en la colonia Condesa. Y a lo mejor no hubiera pasado a mayores si no fuera porque las recomendaciones en el uso del cubrebocas el mismo López-Gattel las había dado él mismo. Y en su participación en la conferencia de prensa nocturna el funcionario federal advertía que, a pesar de estar completamente recuperado, “seguía siendo contagioso”.
¿Por qué entonces, si tenía la capacidad de contagiar, salió a dar un paseo por una de las zonas más concurridas de la capital mexicana y por momentos sin el cubrebocas que él mismo ha recomendado así como “quedarse en casa”?
El mensaje que el responsable de la estrategia federal de combate a la pandemia es terrible, para un país que ronde los 200 mil muertos por contagios, cuando, reitero, el ofrecimiento del propio López-Gatell es que no pasaríamos los ocho mil, además de una terrible crisis económica que se ha desatado a partir de la crisis sanitaria.
Y por si fuera poco, el técnico venido a político se descoció contra la prensa, reitero, replicando la narrativa presidencial de desprecio y rencor contra los medios de comunicación. Nos acusó de que en lugar de ser “una prensa que se acerca a la población, a decirle la información que le puede ser útil”, nuestras informaciones están “basadas en el morbo, chisme, en la intriga, en la especulación”.
Además de que en algunos casos los medios “tienen agendas políticas, agendas de grupos de interés, sobre todo de algunos grupos de interés económico, que han sufrido pérdida de privilegios” bajo el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y arremetió con fuerza cuando aseguró que los medios sólo buscan “notoriedad por razones de lucro, para incrementar las tarifas de publicidad y “otras fuentes de ingresos”, sin especificar cuáles.
También nos acusó de estar muy enojados ante la “perdida de privilegios en la etapa de la 4T”; nos señaló de tener un bajo nivel en calidad técnica y periodística; y pidió subir “el nivel”, aunque no tengo en este momento ya la esperanza de que esto suceda. Y claro, le echó flores y más flores al gobierno federal, y por supuesto a su jefe, Andrés Manuel López Obrador.
Me parece que este señor “subsecretario” ya perdió la vertical. Y la perdió porque no tiene ni idea de lo que dice, porque mientras él no cumple con su trabajo, 200 mil muertos lo certifican, se siente con la “autoridad moral” de hablar de periodismo profesional, de acusar a los medios de especuladores, de intrigosos, de chismosos y de morbosos.
Y como se le puede llamar a un funcionario de primerísimo nivel que ha venido mintiendo reiteradamente, un día si y al otro también, hablando, señalando, acusando y excusándose por los pésimos resultados que ha entregado al pueblo de México al cual se debe.
Pero más grave es que López-Gatell ha conseguido engatusar a su jefe, con un lenguaje equivocado, con una posición con respecto a la pandemia que no concuerda con la realidad. López-Gatell dejó de ser necesario desde hace varios meses al ejecutivo federal, cuando las cifras empezaron a salirse de control y cuando la pandemia tomó dimensiones terribles por su equivocada y obstinada estrategia.
Y claro, Hugo López-Gatell ha escuchado el canto de las sirenas que le susurran muy quedito al oído, que ni Monreal, ni Ebrard, ni nadie más que él, será el candidato de MORENA a la Presidencia de la República, y él Hugo, lleno de una estúpida soberbia, ya se le creyó.
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