Por Redacción.
Ante lo selecto, de lo selecto del empresariado mexicano, aglutinado en el Consejo Mexicano de Negocios, el titular del ejecutivo federal anunció tres reformas constitucionales, una de estas es la incorporación de la Guardia Nacional al Ejército, las otras fueron fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad y otra electoral.
El anuncio de que la guardia Nacional pasará a la Secretaría de la Defensa Nacional, realizado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, de lograrse sería un anhelo perseguido por los militares desde hace muchos años, ser ellos los que controlen el aparato de seguridad pública en el país, que ya lo hacen de hecho, pero ahora acabarían con la simulación.
En los hechos, la mayoría de los integrantes de la Guardia Nacional tienen una plaza y sueldo de la Defensa Nacional o de la Secretaría de Marina. Estos elementos solo se encuentran “prestados” hasta marzo del 2024, periodo en el que el presidente puede disponer de las fuerzas Armadas para tareas de seguridad pública.
En la actualidad de los 101 mil 257 elementos que conforman la Guardia Nacional solo 25 mil provienen de la extinta Policía Federal. El resto de los miembros de la Guardia Nacional provienen de las Fuerzas Armadas: 59 mil 549 son de la Policía Militar y 16 mil 351 de la Policía Naval.
Y es que no es nuevo para los militares formar parte de las fuerzas de seguridad pública, antes eran Fuerzas Federales de Apoyo, pagados por la Sedena y realizaban funciones de policía. Siempre bajo un mando militar, pero incorporados a la Secretaría de Seguridad Pública.
Desde los primeros años del presente siglo, cuando el hoy Fiscal de la República estaba al frente de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, Alejandro Hertz Manero, los mandos militares acusaban a los mandos civiles de la Policía Federal de corruptos, faltos de disciplina y preparación para enfrentar al crimen organizado.
Entonces “al carajo” con aquello de que los militares regresarían a sus cuarteles como lo había dicho en campaña el Andrés Manuel, con esto suma otra promesa incumplida, una mentira más a su record. La militarización continúa y los integrantes del Consejo Mexicano de Negocios parece que lo aceptan.
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