Por Daniela Lozoya Reina.
El actual ciclo escolar prácticamente agoniza, y con ello se abren las inquietudes acerca de lo que tienen planeado las autoridades educativas federales para el nuevo año, los cambios, ajustes y adecuaciones; pero a todo esto se le suma el factor pandemia, que, aunque sigue siendo de incertidumbre, ya se puede vislumbrar un panorama un poco más claro en cuanto al retorno presencial a las aulas.
Lo más importante es conocer cómo harán las autoridades para recuperar el tiempo que estuvieron los alumnos con el aprendizaje a distancia, que estrategias se van a implementar para recuperar y reinsertar a los alumnos que desertaron por diversos factores, tanto económicos, como sociales o familiares.
En días pasados la Secretaria de Educación anunció la propuesta de calendario escolar para el ciclo 2021 – 2022. Lo que más llamó la atención entre la sociedad fue que el cierre de ciclo escolar se extenderá prácticamente todo el mes de julio; esto de igual forma levantó ámpula entre el magisterio, quienes manifestaron su inconformidad y desacuerdo con dicha medida.
A la propuesta de nuevo calendario se le agregaron diez días más, es decir, pasó de 190 días a 200 días de clases (estos sin contar los asuetos o días festivos). Ésta medida se podría considerar efectiva para contrarrestar un poco el atraso que se anticipa habrá en algunos alumnos.
No obstante, habrá que considerar la opinión de quienes están al frente del grupo y de los padres de familia, ya que son los docentes quienes conocen a la perfección el comportamiento y desenvolvimiento de sus alumnos; la mejor opinión es la de quien trabaja día a día con los estados de ánimo y emociones de diferentes niños y niñas.
Si bien, el calendario escolar presentado en días pasados fue una propuesta, es probable que quede tal cual se anunció; será el tiempo el que determine si fue un acierto o no y si la medida realmente ayude a resarcir el revés que sufrió la educación por la culpa pandemia de Covid 19.
