TRATA DE BLANCAS: LO MÁS DESPRECIABLE DEL SER HUMANO

¡No soy tu títere, ni tú eres mi amo, no a la trata de personas! 
(Red Departamental contra la Trata y Tráfico de Personas de La Paz)

Por Claudia Gómez Montealvo.

Uno de los negocios más redituables y despreciables de la humanidad, es la trata de blancas, entendiéndose por esta actividad como el comercio ilegal de personas con fines sexuales, de servidumbre e inclusive  de venta de órganos. 

El origen viene desde la esclavitud, pero es la misma humanidad la que perpetúa esta práctica e innova nuevas formas de ejercerla. Existe el mercado porque se crea la necesidad, por vil y deshumanizada que sea. 

Día con día mujeres, hombres, niñas y niñas se convierten en víctimas de uno de los peores delitos que trascienden barreras locales y se vuelve en un asunto la mayoría de las veces de carácter internacional. 

A nivel mundial se han realizado acciones para evitar la trata de personas, organismos como las Naciones Unidas a través de la Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacional a emitido instrumentos jurídicos como el Protocolo de Palermo y el Protocolo Contra el Tráfico Ilícito de Migrantes por Tierra, Mar y Aire. 

De acuerdo al Diagnóstico sobre la Situación de Trata de Personas en México 2019, realizado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la ciudad de México cuenta con el mayor número de víctimas identificadas por la Procuraduría y Fiscalía General en un periodo de 2012 a 2017, entre un rango de 1, 000 a 1,999 se ubica con 1, 506 víctimas aproximadamente, continuando con la entidad de Chiapas que se encuentra en un rango de 500 a 999 víctimas. 

Estas cifras son las oficiales, sin embargo sabemos que este delito es uno de los más complejos y por lo general se encuentran implicadas redes perfectamente interconectadas con actores claves para el desarrollo de este ilícito. 

La situación es complicada y compleja pero como ciudadanos, padres de familia, hijos, vecinos podemos aportar alguna acción. La erradicación y sanción de estas prácticas,  dependen de la evolución de nosotros mismos, donde el respeto a nuestra especie, el conocimiento y ejercicio de los derechos humanos sean una manera de conducirnos día con día.

Corresponde como seres humanos transmitir a nuestras familias valores firmes, independientemente de la religión, sea cual sea, si se profesa o no, es nuestro deber respetar a nuestros semejantes, no promover ni ejercer estas prácticas tan inhumanas. 

No concibo como un ser humano puede abusar, someter, violentar a otro ser humano, incluso muchas de las víctimas son enganchadas por sus propios familiares. Es un comercio muy redituable, que genera múltiples ganancias y que actualmente se extiende con las redes sociales y los sitios web

Los retos son grandes, pero nos toca aportar un granito de arena para transitar a un mejor mundo. No promovamos la pornografía, no fomentemos la esclavitud disfrazada de servidumbre, denunciemos la explotación laboral, sexual…seamos activos no pasivos, y ante todo respetuosos de los derechos humanos. 


Claudia Gómez Montealvo
Estudios de Postgrado en Ciencia Política,  Universidad de Oxford, Inglaterra.
Maestra en Administración y Políticas Públicas por el Colegio de San Luis, A.C. 
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. 
Estudios en Derecho por la Universidad del Centro de México.
Asesora de Gobiernos federales, estatales y municipales.
Consultora de diversas legislaturas del Congreso del Estado de San Luis Potosí.
Activista de diversos colectivos y asociaciones civiles, con enfoque en derechos humanos, prevención del delito, mujeres, cultura y educación. 


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