Por Armando Adolfo Martínez Meneces
Víctor Alonso Tapia Miranda
Flavio González Ayala

Introducción.-
Hay que ver donde estamos parados, para entender las circunstancias a la que nos enfrentamos, sí, México ha logrado triunfos como el posicionarse como el noveno país en mayor percepción de Inversión Extranjera Directa, o una mejora en la perspectiva económica para este año, según datos del Banco Mundial, pero no se debe olvidar que se está en tiempos de crisis y que COVID – 19 continúa arrebatando la vida de las víctimas inclusive con personas que ya han tenido la aplicación completa de la vacuna, este último mermando los avances de los escenarios que se tienen.

Si, el mexicano se ha caracterizado por ser “el compadre de todos”, aquel que tenga esta nacionalidad tendrá la habilidad de ser optimista y extender el mismo por el entorno en el que se desarrolle, pero también suele reinar la espontaneidad, antes siquiera de ver, “donde estamos parados”, pues bien, cuando el mundo voltea a ver al mexicano, le suelen decir que es un talento andante, pero que le hace falta disciplina para lograr lo que se propone, son palabras que hieren, pero que deben de tomarse en cuenta, pues el mundo entero no puede estar equivocado (o por lo menos no en este punto tan especifico).
Entonces, ¿entré a esta redacción para recibir halagos acompañados de regaños? Si, pero no con el afán de ofender, más bien el de comprender. Día a día vemos noticias del virus que ha golpeado al mundo, que se ha agravado y que a cada variante que va llegando a la plana de noticias parece ser una desgracia global cada vez más difícil de lidiar. Ahora que la variante delta, la más reciente y preocupante, ha salido a naufragar por el globo terráqueo aumenta la preocupación de que surja una tercera ola en todos los rincones del planeta como ha sucedido a lo largo de la historia de la pandemia, y como es costumbre, varios aspectos de nuestra vida (por poco decir que todos) se han complicado por la presencia de este virus.
Prolíferamente han surgido teorías del porqué del coronavirus, muchos apuntando al laboratorio de Wuhan, otros argumentando que la vacuna es una herramienta de manipulación del gobierno, y un sin fin de argumentos conspirativos, terminado por alterar la zona zen del ser humano, una zona que se ha debilitado bastante en el encierro, quizá la solución no sea solo enfocarnos en ver el origen de los problemas, se debe visualizar todo el escenario para contemplar la obra teatral a la que nos hemos sentado a presenciar. Para demostrarlo mejor, ejemplifico:
México ha tenido una mejora en las perspectivas de crecimiento económico para el 2021, y mejoró a niveles impresionantes en el ranking de IED al grado de llegar como el noveno. Captador de capital extranjero a nivel internacional.
Lo que no se ve en primera plana es que la mejora del crecimiento económico depende del control de la pandemia, que ha sido complejo a nivel global, y esta condición se agudiza al tener las cuatro variantes alfa del Reino Unido, Beta de Sudáfrica, Gamma de Brasil y delta de la India, circulando en México, y que como todo el mundo, la nación teme una tercera ola, por el incremento de casos nuevos diarios en al menos 10 entidades federativas (Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Nuevo León, Jalisco, Puebla, Sonora, Tabasco, Querétaro y Coahuila, que representan más de dos tercios todos los casos acumulados registrados en el país), aunado a ello, la logística que se tiene respecto a la vacuna empeora el panorama, pues pocos son los que saben o quieren entender que la vacuna es un tratamiento que inhibirá de la muerte derivada de esta enfermedad y no que los exentará de ello (pues 4 profesores de Guerrero y un medico de Sonora fallecieron aun cuando se tenia la dosis completa de la vacunación contra el SARS – CoV2), y para agravar aún más la situación, las escuelas que tanto desean mantener o comenzar las clases de manera presencial, es una condición insostenible, por tener unos cuantos días presenciales y presentar brotes en las instituciones académicas.
Por otro lado la IED, es solo una ilusión pues como comenta Jesuswaldo Martínez, investigador económico del Instituto Belisario Domínguez, “México supo contener mejor la situación que otros países”, de ahí se deriva su avance en el ranking global, pues incluso hubo perdidas de inversión en comparación a años anteriores, pero se avanzó por tener decrementos a menor cuantía que otras naciones. Sin embargo, gran parte de la contención de capital se derivó a que las empresas tuvieron que introducir capital de su lugar de origen por los altos costos crediticios que se tenían aquí en México.
Pero también se tiene una parte considerable de la población adulta vacunada, lo cual mitiga los efectos de la pandemia, se tiene un control hospitalario, lo que ha mantenido en verde algunos estados y que a pesar de tener variantes cada vez más efectivas para su propagación, el avance científico, cultural y social ha mejorado mucho o poco, con respecto a hace un año.
El entrar en el top ten de los países con mayor IED no deja de ser una buena señal (sin importar el porqué), pues influenciara de manera positiva al crecimiento económico mexicano en los años venideros, y la retención de capital no le quita la importancia de su origen: la estabilidad jurídica derivada del T-MEC a los inversionistas.

Esta nota es para exhortar a tener un equilibrio de las situaciones, mismas que de nuestra pupila dependerá verlas como buenas, malas o normales; al final debemos de visualizar íntegramente para entender dónde estamos parados, para poder avanzar en el mejor de los caminos, las leyes morales podrán decir que se sigue un buen o mal camino, pero la intuición y el equilibrio de nuestro ser nos dirán que tan benéficos o no son los caminos que tomamos, mismos que se conformaran de toma de decisiones que realizamos día a día. Debemos de ver más allá de las portadas de las noticias para ver el contenido de estas y entender la nota completamente y a profundidad, así como ver más allá de la situación, entenderla y ver cómo podemos solucionarlo.
Si el país junto con el mundo teme una tercera ola, quizá se pueda modificar la conducta de salir el fin de semana por estar en casa viendo tus series preferidas, al final se obtiene el mismo beneficio.
Si para ganar más a cambio de mi trabajo en la oficina, el escritorio, de ambulante, etc. Debo entender que la economía en general debe de mejorar, y que esta condición depende concretamente del control de la pandemia, ¿Por qué no ser más consciente de no salir de casa, o en caso de ser necesario, ser más consciente con las medidas sanitarias?
Si tienes el poder de modificar pequeños actos para lograr grandes cosas, ¿Te imaginas el potencial que tendrías si modificas el punto central de tu conducta para modificar cosas que ni siquiera te puedes imaginar? Quizá, el mexicano logre cumplir sus sueños sin recibir criticas duras y realistas del mundo, ¿Lo intentamos?
Flavio González Ayala.
Internacionalista. Candidato a Doctor en Relaciones Internacionales, Negocios y Diplomacia por la UANL.
Profesor Investigador de la Facultad de Economía de la UASLP.
Maestro en Estudios de Asia y África por El Colegio de México.
