Por Claudia Gómez Montealvo.
El fin de semana pasado en la madrugada del domingo se presentaron unos hechos lamentables en el Centro Histórico Potosino, bajo los influjos de sustancias enervantes se suscitaron algunos hechos violentos, por una parte una riña entre jóvenes y por otra una riña entre chicas, ambos grupos al ver los videos rondaban entre los 20-30 años.
En la riña de los chicos, llegaron hasta el punto de destrozar un coche, saltando arriba de éste y rompiendo sus cristales. El de las chicas fue igual de lamentable, más de 6 de ellas golpeando de manera salvaje a una de ellas.
Estas escenas son muy lamentables en cualquier parte del mundo, no es una cuestión de estatus social, es una cuestión de educación y civilidad.
Recuerdo en mis tiempos de adolescencia y juventud, los cuales disfrute en la capital potosina, los chicos éramos más tranquilos, durante la semana hacíamos el esfuerzo de portarnos bien, ayudar en alguna labor en la casa, cumplir con las tareas de la escuela y lograr buenas calificaciones, todo ello para merecer disfrutar un fin de semana con los amigos.
Los padres siempre estaban ahí, al pendiente de con quién nos reuníamos, quienes eran nuestras amistades, independientemente si se provenía de familias monoparentales, ya sea la mamá, papá o los abuelos a cargo de la familia, siempre había alguien que te indicaba el camino o te reprendía por conducirte como persona de bien.
El respeto y la obediencia hacia los padres eran fundamentales en la familia, no importaba si ellos tenían la calidad moral de llamar la atención o no. Eran los padres y se les obedecía. ¡Así de fácil!
Del San Luis del “no pasa nada” de hace décadas pasamos al San Luis donde pasa todo. ¿Dónde quedó la tranquilidad de la ciudad donde podías pasear, salir a cenar o ir a bailar a una discoteca y regresar sanos y salvos a casa?
¿Dónde están esos padres y madres de familia que nos guiaban para ser hombres y mujeres de bien?
¿Por qué los jóvenes y adolescentes adoptan estas actitudes, son tan violentos y agresivos hacia sus semejantes?
No es el primer caso en San Luis, donde jóvenes realizan actos delictivos, incluso entre amigos y conocidos perpetran homicidios y secuestros, casos como el de Cinthia Martínez Arellano suscitado en Santa María del Río y el de Karla N agredida a golpes y quemada en diferentes partes del cuerpo por sus propios amigos y abandonada por los rumbos de la Avenida Muñoz.
Como olvidar el tan sonado caso de Eduardo Hernández, alias “el Cayeyo Jr” quien disparó a su amigo de la infancia Eugenio Castañón privándolo de la vida y ambos de familias muy prominentes y relacionadas en las altas esferas de la sociedad potosina.
Otro caso, igual de preocupante el suscitado en Ciudad Valles donde el niño Rodolfo fue atado a la fuerza a un caballo por sus unos jóvenes en estado etílico con la finalidad de gravar en sus celulares su hazaña.
Estos son algunos ejemplos de la sociedad tan violenta en la que vivimos, donde jóvenes y adolescentes no muestran ni el más mínimo respeto por lo que significa la vida, si esta es la generación del hoy y del mañana en verdad, estamos muy jodidos.
Claudia Gómez Montealvo
Estudios de Postgrado en Ciencia Política, Universidad de Oxford, Inglaterra.
Maestra en Administración y Políticas Públicas por el Colegio de San Luis, A.C.
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Estudios en Derecho por la Universidad del Centro de México.
Asesora de Gobiernos federales, estatales y municipales.
Consultora de diversas legislaturas del Congreso del Estado de San Luis Potosí.
Activista de diversos colectivos y asociaciones civiles, con enfoque en derechos humanos, prevención del delito, mujeres, cultura y educación.
