Por Redacción.
Sin duda el rechazo generalizado al llamado “bloqueo” de los Estados Unidos a Cuba es un acierto, porque limita de alguna manera el total desarrollo de la isla, pero aun así se puede invertir, comercializar y adquirir bienes y productos, porque la realidad es que el mayor enemigo de los cubanos es su gobierno.
Las primeras sanciones económicas fueron adoptadas en 1960 por el gobierno del presidente Dwight Eisenhower en respuesta a la decisión del gobierno cubano de estatizar los bienes de las empresas estadounidenses en la isla, subir los aranceles a la importación de productos estadounidenses y de establecer relaciones comerciales con la Unión Soviética.
Posteriormente se han dado diversas modificaciones pero siempre bajo un principio unilateral de los Estados Unidos, pero esto solo afecta e incide sobre el propio país norteamericano principalmente.
En relación con las medidas de EE.UU. que buscan restringir la capacidad de empresas de otros países para hacer negocios con Cuba, hay naciones de la Unión Europea y otras como Canadá que han desarrollado con éxito una serie de leyes que bloquean la aplicación extraterritorial de estas leyes estadounidenses.
Por ejemplo: Cuba puede comprar todo el combustible que quiera directamente siempre y cuando la transacción no sea en dólares ni se dé vía el sistema bancario estadounidense, ya que así el país de las barras y las estrellas no tiene injerencia en eso. Las empresas extranjeras que quieran hacer negocios con Cuba deben evitar utilizar el sistema financiero estadounidense y punto.
Cuba mantiene relaciones comerciales con 140 países entre estos Rusia, China, Venezuela, México, Brasil, España, el segundo país de los denominados “socios comerciales” es nada más que los Estados Unidos. El principal generador de divisas en la isla era el turismo, antes de la pandemia, pero el Covid lo “bloqueó”.
El 80% del consumo de carne y pollo de la isla proviene de Estados Unidos. John Kavulich, presidente del US-Cuba Trade and Economic Council, señaló a BBC Monitoring que este año las exportaciones de alimentos de EE.UU. a la isla han aumentado 60% en comparación con 2020 y que en lo que va de año suman unos US$140 millones, principalmente por la venta de pollo pero también por otros rubros, porque las empresas extranjeras ven cómo hacer negocio con la isla, bueno con su gobierno.
Las autoridades de la isla suelen atribuir la culpa de las dificultades económicas que enfrenta la población al efecto de las sanciones estadounidenses, señalando que les dificultan el comercio y la obtención de inversiones y de financiamiento.
El principal ingreso de divisas a la isla y que venía activando la economía era la hotelería y los trabajos que generaba, sin embargo con la pandemia, como sucedió en todo el mundo, una de las principales actividades que se detuvieron fue la del turismo, entonces Cuba no ha generado divisas suficientes por esta vía.
Sin embargo hay que entender que si bien el “bloqueo” afecta en gran proporción por dificultar, sobretodo, transacciones comerciales, las limita pero no las ha detenido.
Enlistamos una lista de elementos que desde diversos medios han sido publicados, pero sobretodo de algunas cuentas de twitter por diversos analistas:
El Bloqueo no prohíbe a los pescadores en Cuba pescar, la dictadura sí; no decomisa a los campesinos lo que cosechan, la dictadura sí; no prohíbe a los cubanos de la isla tener negocios libremente, la dictadura sí; no destruyó cada Central azucarera, Textilera, Zapatería, Fábrica de conserva, la dictadura sí; no es el culpable de que paguen con pesos sanitarios y vendan en las tiendas con dólares americanos; la dictadura sí; no es el culpable de que les den palos y encarcelen a los cubanos por pensar diferente, la dictadura sí; no es culpable de que no haya agua en las casas por no mantener el sistema de acueducto, la dictadura sí.
Y es que no es lo mismo vivir en un país capitalista y twittear desde un iPhone “viva la revolución”, a estar en Cuba y gritar “viva la revolución”.
Con información de BBC. El Financiero, El Universal
