“Se ve mal que el gobierno de Estados Unidos utilice el bloqueo para impedir el bienestar del pueblo de Cuba con el propósito de que éste, obligado por la necesidad, tenga que enfrentar a su propio gobierno.
“Si esta perversa estrategia lograse tener éxito —algo que no parece probable por la dignidad a que nos hemos referido—, se convertiría en un triunfo pírrico, vil y canallesco. En una mancha de ésas que no se borran ni con toda el agua de los océanos…
“Podemos estar de acuerdo o no con la Revolución Cubana y con su gobierno, pero el haber resistido 62 años sin sometimiento es una indiscutible hazaña histórica”.
Esto fue lo que López Obrador dijo frente al heredero de la dictadura cubana, Miguel Día-Canel, en un mensaje dirigido al presidente de los Estados Unidos Joe Biden.
Pero López Obrador no recordó, no sabe, o se hizo como “Lolo”, que desde 1948 en la isla no existen elecciones reales, plurales, competidas, en equidad de condiciones entre opositores y mucho menos respeto a las decisiones del “pueblo bueno”.
Por cierto que en aquellas elecciones uno de los participantes- simpatizantes de uno de los partidos que competían, el Chibás, era un joven llamado Fidel Castro.
En 1959 ése mismo joven ingresaba a la Habana y se convertiría en su gobernante, en su dictador. Fue en 1960 cuando decreta expropiaciones, nacionalizaciones y confiscaciones de bienes. Así acaba con la propiedad privada.
En 1962 John F. Kennedy decreta la “perversa estrategia” a través del embargo económico y comercial contra Cuba.
Horas antes del discurso de elogio al represor de la democracia, Díaz-Canel, el Parlamento Europeo votaba una resolución contra la represión del gobierno cubano contra sus ciudadanos el 11 de julio, acusándolo de haber violado los derechos humanos, en particular la libertad de expresión.
En Cuba el Estado dirige, regula y controla la actividad económica, pero también la vida política y, con ello, diversos aspectos de la vida social, su constitución establece que es un Estado socialista y no permite modificación alguna a ese régimen.
Extraño (?)que un autodenominado “demócrata”, como López Obrador no le dijera a Díaz-Canel que en su país no existe la libertad ni la democracia, que no hay partidos opositores, elecciones libres, medios de comunicación libres, como tampoco libertad para la manifestación de las ideas, abuso a los derechos humanos de los ciudadanos opositores al régimen, entre otras carencias.
Por qué no le reclama que para crecer una economía se requiere Libertad de Mercado, que para el crecimiento de su producto interno bruto los medios de producción deberá existir la propiedad privada, que se deben garantizar los Derechos Humanos, la Libertad de prensa, que el camino no es la represión a quienes disienten del régimen.
Pero resulta que Andrés López Obrador no puede hacer un reclamo, exhorto al heredero de la dictadura castrista, Miguel Díaz-Canel, porque él desea, quisiera, le urge, y camina hacia un gobierno dictatorial, autoritario.
En algo tiene razón, “No al Embargo”, pero le faltó “Sí a las libertades en Cuba”
Medias Tintas SLP 