CHINA EN EL OJO DEL HURACÁN

Por Armando Adolfo Martínez Meneces
Víctor Alonso Tapia Miranda
Flavio González Ayala

Desde la llegada de Trump al poder, EEUU ha demostrado a tonos mayores su desesperación por mantener el liderazgo global, mismo, que con el paso de los años ha sido comprometido por el gigante asiático, mismo que ha mostrado tener el potencial de encarar a los EEUU al tener lo suficiente para dar batalla al gigante americano, y con grandes probabilidades de vencer. Pero ¿Cuáles son las bases para determinar que una nación es potencia global? Las mismas que porta China para ser un enemigo estadounidense digno, el poderío político, militar y económico.

La carta bajo la manga que tiene EEUU frente al mundo, y que a su vez ha desempañado el papel de ser la base para convertirse en la potencia mundial desde la Segunda. Guerra mundial es la producción armamentista. Por otro lado, China tiene el comercio internacional, misma herramienta que ha potenciado en todos sus alcances, hasta llegar a la influencia militar, política y claramente económica. Aunque son herramientas clave, éstas son simultáneamente el talón de Aquiles de las naciones. Y el coronavirus ha frenado principalmente… ¿el intercambio internacional?

Entendiendo que el auge económico que está viviendo China se ha derivado del comercio internacional (que a su vez ha maximizado los saldos positivos la balanza comercial), parece mucha coincidencia que el mundo se haya sumergido en una pandemia (que a día de hoy es incierto el culmine de la misma) que compromete el fuerte de la economía China, que si bien todas las naciones han perdido, es importante considerar que el daño se habla en términos económicos (el talón de quiles chino) y no de la producción armamentista (el talón de Aquiles americano) en busca del dominio global, en donde, ya no se trata de ganar más, sino de ver quien pierde menos.

El coronavirus ha sido una herramienta eficiente, pues es el punto de partida del desprestigio chino (al menos en los últimos años) al fungir como el punto de partida del virus pandémico que ha tomado como anfitrión al mundo entero (ahí va en picada  el prestigio social y político), y los efectos que derivarían a la baja producción china y creciente demanda de bienes, parecen atentar la balanza comercial china, al menos para reducir considerablemente esos saldos positivos que ha manejado en los  últimos años. El problema comercial se agudiza con la reciente crisis de contenedores (derivado de las medidas sanitarias que se tiene para contener el COVID-19, pues en todo el mudo hay contenedores varados por las grandes dificultades que tienen para retornar a China, y para rematar una baja en la producción china por cada oleada pandémica y fuertes aprietos en el tráfico marítimo internacional), en la tragedia, ¿Qué falta? ¡Ah sí! El aspecto militar, el objetivo que se ha fijado EEUU en los últimos años.

En búsqueda del dominio militar, EEUU ha intervenido con las relaciones de Taiwán y China, en el área de océano pacifico; en medio oriente con los pakistaníes y ha aprendido a actuar en función del panorama internacional inclusive antes de la segunda guerra mundial; y no ha perdido el talento, pues recientemente  decidió pactar con países estratégicos, en el norte, con Reino Unido (mismo que busca relevancia en Asia y pacifico después de su retirada de la UE), y Australia en el sur (al ser una nación preocupada por el creciente poderío chino en la región Asia – pacifico). Sin duda el pacto “Aukus” (Tewari, 2021) es una parte de un plan avanzado compuesto de varios antecedentes que debilitarían a la nación china, ya que al tener un dominio más equilibrado en la zona geográfica en la que puede explotarse el potencial comercial de China, ocasionaría marcar un límite a la influencia China hacia el globo. Y parece demostrar una vez más la nación americana, que el momento de retirada (que recientemente sucedió en Afganistán) para dar ventaja a la nación asiática duró muy poco, mostrando las naciones prioritarias que requiere derribar. (Mark Lowen, 2021).

Es un hecho que con el paso de los días la sociedad internacional esta colapsando frente a las ideologías del coronavirus y cada vez, es más difícil seguir el planteamiento que ha surgido de manera “natural”, pues las consecuencias que ha tenido dicha pandemia han evidenciado que ha sido tomado como herramienta para agudizar las brechas sociales, implementar estrategias de batalla entre potencias y reducir la sobrepoblación para un mayor acceso a los bienes limitados.


Flavio González Ayala.

Internacionalista. Candidato a Doctor en Relaciones Internacionales, Negocios y Diplomacia por la UANL.
Profesor Investigador de la Facultad de Economía de la UASLP.
Maestro en Estudios de Asia y África por El Colegio de México.


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