Por redacción.
Como aberrante y que marcaría un retroceso histórico para México entre otros graves riesgos que ocasionaría de aprobarse, fue calificada por analistas y organizaciones del sector privado la iniciativa de reforma constitucional en materia energética que envió el presidente López Obrador a la Cámara Legislativa, que pretende darle el poder a la Comisión Federal de Electricidad para ser el único actor que pueda abastecer de energía eléctrica a todo el país “sin importar los sucia, cara e ineficiente que sea”.
Esta propuesta presidencial limita la competencia y excede los costos de producción hasta en un 252% pues a producción de energía renovable que genera la iniciativa privada tuvo un costo de 401 pesos por megawat-hora la de la CFE fue de mil 413 pesos.
México tiene el compromiso de generar el 35% de energía eléctrica limpia para 2024, conforme lo firmado en el Acuerdo de París, lo cual al desaparecer los Certificado de Energía Limpia será muy difícil que cumpla con lo pactado, pues la producción de CFE se realiza en plantas obsoletas y contaminantes que funcionan a base de carbón, diésel y combustóleo.
Al desaparecer la Comisión de energía y la comisión Nacional de Hidrocarburos será CFE la que regule los precios, como juez y parte, así como la calidad y cantidad que se produzca y además decidirá las compras de la energía que a quienes son o queden del sector privado.
En cuanto a la explotación del litio como actividad exclusiva del Estado los analistas del Instituto Mexicano para la Competitividad consideran que habrá una reducción en el desarrollo tecnológico.
La iniciativa reforma los artículos 25,27 y 28 de la Constitución y de darse dañaría el medio ambiente, subiría los costos y por tanto pegaría a la economía de los ciudadanos o se aumentaría el subsidio, esto en lo nacional.
En el plano internacional se enfrentarían litigios internacionales ante el daño que provocaría el emitir una ley que va contra el principio de retroactividad y además se considera que sería una expropiación de facto de miles de millones de dólares, pues hay un transitorio en la propuesta que cancela los permisos de generación eléctrica otorgados y los contratos de compraventa de electricidad con el sector privado.
De acuerdo con los cálculos de afectación del gobierno, la pérdida por la energía no despachada de la CFE por priorizar la de los privados es de 215,000 millones de pesos y de casi 223,000 millones por la energía que les tiene que comprar a éstos.
En el documento en todo momento se hace alusión en varias ocasiones a los “monopolios de privados” que se crearon a partir de la reforma energética del sexenio pasado, los cuales dejaron a la CFE sólo 38% de la participación en generación del consumo eléctrico nacional, por lo que ahora se busca elevarla a 54%.
“Las actuales inversiones en generación eléctrica legítimas del sector privado podrán participar en la generación hasta con el 46% del consumo eléctrico nacional, sujetas a la planeación y control del sistema eléctrico nacional, a través de la CFE”, señala la iniciativa.
Qué va a pasar al final de cuentas, si los diputados de oposición detienen esta iniciativa de reforma aberrante, todo queda igual que hasta hoy y Manuel Bartlett tendrá que hacerse a un lado o bien hacer de CFE una empresa moderna, competitiva.
De darse los cambios propuestos el gobierno tendrá que meterle recursos, dinero subsidiado para que no suba el costo de la energía al consumidor, por lo menos en un principio, a la larga seremos los clientes los afectados.
La Comisión Federal de Electricidad tendrá que generar un plan de inversión en líneas de generación de transmisión, transformadores, con lo que hoy tiene no podrá satisfacer la demanda y hay cambios de voltaje que provocarían apagones.
Así que de lograr morena y su líder moral que habita palacio nacional que se sumen diputados de oposición a la iniciativa y ésta pase, entonces preparemos nuestras velitas porque nos van a apagar la luz.
Con información de Forbes, Expansión, El universal y Financiero.
