¿Y DÓNDE QUEDARÁN LOS ABUELOS?  EN EL ASILO O EN CASA

Por Claudia Gómez Montealvo.

En las anteriores colaboraciones he tratado algunos temas con relación a las personas adultas mayores como son el acceso a la salud, percepciones económicas y empleo. Derivado de estos análisis viene a la mente lo que es el tema de la vivienda, los cuidados y atención a la salud que requieren estas personas.

La inquietud reside en el hecho de asistir a nuestros padres o abuelos a través de terceras personas, ya sea en casa o en un asilo. Es un tema que para las familias suele ser tema de desencuentros, si bien nuestros padres o abuelos pueden tener una propiedad y ser asistidos en su casa, existen otros que no la tienen o por sus condiciones de salud viven con los hijos o con cualquier otro familiar.

Además, hay familias que económicamente pueden costear sin ningún problema estos gastos en casa como son; enfermeros, doctores, asistentes, medicinas etc., o de igual manera pueden pagar un asilo donde cuenten con todas las atenciones, sin embargo, la mayoría de la población en México no cuenta con los recursos económicos.

Y peor aún, existen familias que abandonan a su suerte a las personas de la tercera edad porque no pueden, no les interesa y/o no cuentan con el capital suficiente para brindar las atenciones que este sector requiere.

Además, nos encontramos con otras situaciones como lo son el maltrato por parte de los familiares o cuidadores e incluso el despojo de sus pertenencias.

El mantenerlos en un asilo, albergue o estancia tiene un costo que depende de los servicios que se requieran los cuales van desde los 8 mil a los 100 mil pesos, pueden ser particulares o de instancias gubernamentales o asociaciones civiles. Algunos cuentan con todas las facilidades y cuidados y otros llegan a ser deprimentes.

Asimismo, tenerlos en casa implica el apoyo de varios miembros de la familia, porque algunas de estas personas requieren cuidados especiales, donde necesitan el traslado al sanitario o la asistencia para ducharse o para tomar los alimentos, entre otros menesteres porque la autonomía de estas personas depende de su edad, de su condición física y de salud.

Bajo este panorama, la decisión de tenerlos en casa o llevarlos a un asilo depende mucho de las familias, de sus ingresos, contexto y necesidades, no es una decisión simple. Pero debe de ser en aras de que las personas adultas mayores vivan con dignidad y respeto, porque hoy ellas requieren de nuestra paciencia, compañía y apoyo y el día de mañana si la vida nos permite llegaremos a la vejez con las mismas necesidades de este sector.


Claudia Gómez Montealvo
Estudios de Postgrado en Ciencia Política,  Universidad de Oxford, Inglaterra.
Maestra en Administración y Políticas Públicas por el Colegio de San Luis, A.C. 
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. 
Estudios en Derecho por la Universidad del Centro de México.
Asesora de Gobiernos federales, estatales y municipales.
Consultora de diversas legislaturas del Congreso del Estado de San Luis Potosí.
Activista de diversos colectivos y asociaciones civiles, con enfoque en derechos humanos, prevención del delito, mujeres, cultura y educación. 


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