SE INCENDIA KAZAJISTÁN

Por redacción.

Kazajistán, país que tenía fama de ser una autocracia estable y moderada, se enfrenta a la mayor crisis política de su historia. Es posible que las consecuencias de estas protestas se observen mucho más allá de sus fronteras, su presidente de Kazajistán, Kassym Jomart Tokayev dijo que «Desde el exterior se han hecho llamados a negociar una solución pacífica al problema. Una estupidez. ¿Qué tipo de negociaciones puede haber con criminales, con asesinos? Y autorizó a las fuerzas del orden a abrir fuego «sin aviso previo» contra los manifestantes.

Y es que El Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, pidió a los implicados a actuar con responsabilidad y evitar cualquier acción que pueda llevar a una escalada de violencia. Añadió que: “Reconocemos el derecho a la manifestación pacífica, pero esperamos que se evite cualquier acto de violencia”. Y que se respete el derecho a manifestarse, derecho fundamental y hagan uso de la fuerza de forma proporcionada a la hora de defender sus intereses legítimos en materia de seguridad, dijo en un comunicado.

El conflicto inició el  pasado domingo, en la ciudad kazaja de Zhanaozen, cuando cientos de personas salieron a protestar a las calles contra el alza del precio del combustible, aunque también contra un régimen que gobierna con mano dura desde 1990. Desde el domingo los disturbios se extendieron rápidamente por todo el país, llegando a la ciudad más grande y antigua capital.  Almaty.

El dirigente Kassym Jomart Tokayev  dijo que están lidiando con bandidos armados y entrenados que deben ser destruidos. “Lo haremos en breve», aseguró el mandatario, quien a través de un discurso difundido por televisión expresó: «Di la orden a los órganos de la policía y el Ejército de disparar a matar sin previo aviso» y añadió que los «terroristas siguen dañando los bienes del Estado y usando armas contra los ciudadanos». A su juicio, la principal ciudad del país, Almaty, fue atacada por unos 20.000 hombres «tanto locales como extranjeros”, entrenados y con «un plan claro”.

Tokayev, gobierna desde 2019 tras la renuncia de Nursultan Nazarbayev (quien sigue siendo el poder en las sombras y lideró el país desde 1990), indicó que las fuerzas de paz enviadas por la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, una alianza militar liderada por Rusia e integrada por otras cinco exrepúblicas soviéticas, ya llegaron a Kazajistán y permanecerán en el país de manera temporal para ayudar a restablecer el orden.

Nada hacía presagiar una crisis profunda, sobretodo en medio de una transición política. Este país, que alguna vez fue la segunda república soviética más grande en superficie, pero que fue gobernado durante casi treinta años por su primer presidente, Nursultán Nazarbáyev. El antiguo líder del partido y la república comunista dejó una fuerte huella en el país y aseguró una relativa prosperidad, también con la ayuda de inversores occidentales en el sector del petróleo y el gas.

 Entre otras cosas que dejó Nazarbáyev fue el traslado de la antigua capital Almaty, hasta la recién fundada ciudad de Astana, que fue rebautizada como Nur-Sultan en su honor. Este viejo líder  anunció su retirada en marzo de 2019, entre otras cosas, por problemas de salud y porque quería evitar luchas de poder por sucederlo. 

Cuando Kassym-Jomart Tokayev se convirtió en el nuevo presidente, Nazarbáyev mantuvo algo de poder, pero manifestó su intención de cederle la dirección del partido gobernante Nur-Otan y la jefatura del Consejo de Seguridad.

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