ETERNO PRESENTE

De Marco Antonio Zárate Mancha.

Un eterno presente que va más rápido que la mirada

Una Tierra que involuntariamente nos hace trashumantes cósmicos

Todo está en movimiento
Todo arde de vida

Pero si caminas y no entiendes lo que dicen los caminos
Lo que susurra el viento que se mece entre las hojas
El suave rumor del agua que brota de entre las rocas
Las electrizantes vibraciones de los insectos
La energía de los animales

Las caricias de la lluvia humedeciendo tu piel
Si no te subyuga el enervante perfume de las flores
—Tengo licencia de mi abuelo Netzahualcóyotl—
Si no te mueves con la cadencia de los tules mecidos por la brisa
Si no te detienes a leer el tenue reflejo de la luna en un humilde charco callejero

Todo será en vano si no sueltas las amarras
Si no confías en la sabiduría de la vida
Al final recalarás en playas ignotas donde te redescubrirás
Sin importar los años vividos
Porque siempre estamos en un perpetuo presente
Porque lo que siempre tenemos sólo es el infinito presente:

Un instante, absoluto, fluyendo desde el inagotable manantial del tiempo.

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