SIN INVERSIÓN NO CRECEMOS, PERO LOS CAPITALES NO SIENTEN SEGURIDAD

Por redacción.

La economía entra a una recesión técnica. Guste o no la realidad es que el país se encuentra en un estancamiento, pues no ha crecido en dos trimestres consecutivos, el más reciente fue del 0.1% y del 0.4% en el inmediato anterior.

Si bien lo anterior es resultado de la pandemia, también es cierto que no es el único aspecto culpable, ya que en los últimos tres años México se ha caracterizado por una incertidumbre que escurre desde lo político y por tanto reduce la o inhibe la inversión, de acuerdo al INEGI la Inversión fija Bruta retrocedió en 1.6%. 

La reforma eléctrica mantiene a los inversionistas en estado de alerta, a esto hay que sumar el largo periodo de  inseguridad, que lejos de disminuir aumenta, sobretodo en muertes. Y la llamada revocación de mandato es otro aspecto que sumado a los anteriores aleja a los capitales del país.

Pero el problema no queda en eso hay expectativas bajas de crecimiento económico y la inflación más alta en 21 años. Con un crecimiento que si bien llegó al 5% no ha alcanzado a superar el menos 8.4% que disminuyó el 2020 y para éste año se calcula que el PIB podría llegar a los 2.27%, aún faltaría un punto para alcanzar a superar la caída y después regresar a como lo venía haciendo el país, por arriba del 2 por ciento.

Con una inflación que supera los 7.3 puntos, la  más elevada en más de 20 años y en diciembre, el valor de la canasta alimentaria subió 11% en su comparación anual, revelan  el deterioro del poder adquisitivo de los hogares, en específico de los hogares con menores ingresos, donde estos incrementos en el nivel de precios de la canasta alimentaria tienen un impacto muy significativo en su ingreso disponible.

Recesión o no México no camina por donde debería para lograr un crecimiento que proporcione satisfactores a sus ciudadanos, sobretodo a los de menos recursos.

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