TAN OXIDANTES EN LOS AÑOS
Por David Medrano.
Lo caótico que implica un transporte público urbano, sin innovaciones, obsoleto, muy limitado, y que además no haya alternativas sustentables de movilidad, en una área metropolitana como es la capitalina, por fuerza, genera molestias, enfado porque refleja el atavismo rampante de que por muchas promesas, no se le conceden soluciones a los problemas, y peor, transcurre el tiempo y nada, y se dilapidan los recursos en aproximaciones inservibles.
Con base al Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable de la ZM de SLP, elaborado por el despacho Felipe Ochoa y Asociados hace 10 años, se empezó a pensar que las opciones eran obligatorias, en una urbe dominada desde hace décadas por un transporte que sólo se adapta en condiciones operativas, pero no va más allá
En la ciudad con su crecimiento, necesita de otras modalidades de transporte eficientes y funcionales, para responder a la demanda de los usuarios, y romper con lo pernicioso que ha sido saturar las calles y vialidades con cientos de miles de carros que al día mueven una o dos personas, por unidad.
La hegemonía en las calles, es la de los automóviles particulares. Las opciones que empezaron a relevar al transporte urbano, se dieron a partir de la incursión de las apps que ahora regulan las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, como empresas de plataforma, pero que no tienen nada de sustentable. En la marca que sea, es un negocio y ya, no ayudan a mitigar los conflictos vehiculares, ni disminuir la huella de carbono, mitigar contaminación. Nada.
El transporte público, con un modelo de negocios ventajoso, es el que tiene mayor demanda, pero lo cierto es que un sector de la población amplio, no lo utiliza por feíto, porque no cumple con un mínimo estatus de calidad, mucho menos de expectativa social. Como colofón atrabiliario se le agrega críticas de toda índole: operadores mal encarados, las pueriles discusiones por los «cambios» y los pesos o centavos, hasta fallas en los horarios.
Un domingo por la noche, dificilísimo el esperar circule alguna de las unidades de las líneas más populares.
Con ese sistema por demás frustrante y obtuso, hace 10 años se pensó que con el PIMUS empezaría la modernidad en el servicio, con diseños de rutas que al estar articuladas mediante ejes troncales – alimentadores, conjuraba el riesgo de que las unidades circulen solas, como ocurre muchas veces, en varios de sus tramos. El que se conceptualizó de inicio como Metrobús, utilizaría vehículos más eficientes, mayores capacidades de traslado, menos contaminantes, y servicios incluidos que le dieran una nueva experiencia a los usuarios cansados frenones, o el ruidoso sonido de los gustos culposos de los operadores.
No sucedió así, ni siquiera en lo más mínimo. Pero desde entonces, millonarios recursos del tesoro empezaron a canalizarse hacia esas planeaciones y trabajos que a una década no existen, y tienen un servicio de transporte inoperante.
La cuenta hecha por la SCT en el gobierno de Ricardo Gallardo, es que por lo hecho en el sexenio pasado, para la primera ruta de un sistema que no funciona, hubo más de 180 millones de pesos.
No hay Red Metro, ni el dinero, solo una infraestructura muy controvertida, sobre la que ultiman detalles, y mucha otra inservible, y que sigue ahí como un estercolero claro de la función pública. Los tramos ejecutados en Eje Vial tuvieron que ser replanteados, el carril confinado ante la mohína de la SEDUVOP, era invadido sin miramientos. Y lo que se hizo en avenida Industrias, hacia la Zona Industrial, es una vía de mal chiste, carísima, igual de inútil.
Es muy entendible que por las anomalías variadas que tiene el proyecto de movilidad, llámele Metrobús o Red Metro, una de las denuncias más robustas y que involucra mayor cantidad de ex funcionarios, montos de dinero, y que tiene esa etiqueta muy a tono de maldita herencia, sea la que o está en desarrollo, o en etapa muy avanzada en la Fiscalía General del Estado. Por Ley, el fiscal general está amordazado, muy acotado, en sus pronunciamientos sobre las carpetas de investigación.
Pero no lo exime de que los avances sean comprobables, y a diferencia de su antecesor, tiene una mayor libertad, le puede dar a la alicaída Fiscalía, ese reconocimiento público de procesar a ex funcionarios, con base a una investigación sería, y enviar el mensaje de que no se tolerará más la omisión, corrupción o delitos que se finquen y comprueben en manera fehaciente.
Lo que es abominable y que alcanza lo absurdo, es que en 10 años, con una dizque planeación, una ruta, un PIMUS, y mesas de trabajo, el transporte masivo metropolitano es inexistente, no hay ni se ve que en poco, las unidades tipo BTR circulen por las calles de SLP. Lo que sí hay es un desvergonzado uso de recursos, presuntos involucrados en desaseo que optaron por no estar más en San Luis, y carpetas de investigación con varios delitos.
Felipe Ochoa y Asociados presumen el PIMUS como uno de sus trabajos acreditados, para el desarrollo urbano, pero ni de cerca lo que hay en mazacote, puede decirse que se parece a lo planeado hace 10 años.
Ojalá y el rescate de Red Metro sea en serio y ordenado, al tratarse de un proyecto muy amplio a varios años, y rutas en el área metropolitana, no le quedaría mal un comité de vigilancia, al menos que esté enterado de lo que se hace o no.
Diez años es mucho tiempo para no tener nada todavía.
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En el emecismo de SLP que espera la próxima visita de su coordinador nacional Dante Delgado, ya hay negociaciones, el grupo que encabeza la ex candidata a la gubernatura Marvelly Costanzo ya están en la mesa con Eugenio Govea.
Lo que nos dicen es que se trata de un armisticio político, entendimiento entre ellos, pero que deja casi completamente fuera de la contienda a otros interesados.
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El serial de ajustes en el equipo de colaboradores del gobernador Ricardo Gallardo prosigue en esta semana, serán hechos nombramientos de carteras pendientes, y, por importancia, la posibilidad del cambio en la Secretaría de Turismo.
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Medias Tintas SLP 