Por Lesly Ita Andehui Meléndez.
@ita_lesly
En dos ocasiones en los últimos meses he tenido la oportunidad de escuchar a la orquesta sinfónica de San Luis Potosí, la cual siempre sorprende gratamente. En esta ocasión el pasado 15 de mayo se presentó Rodolfo Ritter Arenas, Roger Ritter y Vladimir Sagaydo en un concierto enmarcado por la hermosa arquitectura del Teatro de la paz, con el concierto 1 para piano y orquesta “romántico de Manuel M. Ponce, la música del Número 2 de Ludwing van Bethoven y la cereza del pastel “Bolero” de Ravel sobra decir una de mis favoritas. La ejecución magistral de cada uno de los instrumentos integrantes de la orquesta deja cuenta de su profesionalismo y pasión por la música clásica.
No obstante el comportamiento de algunos de los asistentes así como su organización al ingreso al teatro dejaron mucho que desear. La orquesta sinfónica fiel a la etiqueta de la música clásica inició su interpretación puntualmente a las 12:00 como marcaba la programación, sin embargo el ingreso al recinto sobre paso más allá de las 12:45, entre balbuceos, personas que buscaban sus asientos (ya que no se observó apoyo por parte de los organizadores para encaminar a los rezagados) el crujir de las sillas, el constante abrir de las puertas y el taconeo de quienes ingresaron a más de la mitad del concierto limitaron a los asistentes escuchar las primeras piezas del concierto con el respeto que se merece la ejecución.
Sin embargo, el piano y la orquesta hicieron su magia en el recinto otorgándoles por parte de los asistentes un largo aplauso al terminar las magníficas ejecuciones. Así como la desbordada entrega del público al finalizar la pieza de Bolero, lo cual da cuenta de la maestría de nuestra orquesta sinfónica.
El código de ingreso al teatro en cuanto a la música clásica se trata, se debe seguir con pulcritud, lo cual da énfasis a la dignidad a los ejecutantes, su aprecio dentro de la sociedad, así como el respeto a los demás asistentes. No es casualidad que se emitan tres llamados previos al inicio del programa.
Para impulsar una sociedad más cercana a la música también debemos educarla en cuanto las directrices de cada una de las disciplinas del arte y la cultura y en este caso no es la excepción, es adecuado que se emita en las invitaciones la recomendación de llegar 10 o 5 minutos antes de la hora señalada. Además guiar a los rezagados hasta sus asientos por parte de los organizadores y no sobre pasar los 15 minutos después de iniciado el programa el ingreso.
Lo anterior no es la propuesta de limitar la música a toda la población, al contrario es concientizar la valía de la música clásica, de nuestros ejecutantes y del valor histórico del Teatro de la Paz. Ya que en algunas ocasiones no cuidamos lo que no conocemos y/o no lo cuidamos, porque no sabemos cómo hacerlo.
Pequeñas acciones hace un mundo más consciente y humano.
