EL BOOM DE LA INDUSTRIA DE LA BELLEZA

Por Claudia Gómez Montealvo.    

En el presente hay una gran preocupación por sentirse y verse bien. El cuerpo adquiere una importancia significativa, la búsqueda de la juventud y el temor a envejecer ha sido aprovechado por compañías farmacéuticos, médicos cirujanos y empresas dedicadas a la cosmetología. 

De acuerdo con Statista Research Department, en México en el año 2020 el mercado de cosméticos y cuidado se valoró en 9 mil 700 millones de dólares estadunidenses. 

En el rubro de las intervenciones quirúrgicas en un artículo publicado en Forbes en diciembre 20 de 2018 precisaba que solamente para el 2017 se habían realizado en nuestro país más de 957 mil procedimientos estéticos, por lo cual 5 de cada 10 mexicanos se había realizado una cirugía estética. 

Datos más actuales publicados por la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS, por sus siglas en inglés), para el 2020 México se ubicaba en el cuarto lugar dentro de los países con un mayor número de cirugías estéticas realizadas anualmente. 

Hace años era impensable que un hombre se sometiera a una cirugía plástica para mejorar su rostro o cualquier parte de su cuerpo. Ahora es tan cotidiano que tanto hombres como mujeres acudan con el nutriólogo, dermatólogo o cirujano plástico reconstructivo. 

En la última década se nos ha vendido una gran cantidad de artículos de esta índole, desde ropa reductiva o moldeadora, mascarillas, cosméticos, así como intervenciones quirúrgicas. Se estima que cada persona compra un producto de belleza cada que va al supermercado o si es posible las adquiere en línea. 

La cuestión es si ¿compramos estos artículos por qué el concepto de belleza se modifica de acuerdo con lo que está de moda o qué se impone como tal o simplemente porque   queremos estar bellos, o es una cuestión de autoestima?  Queda muy lejos lo que algún día expreso Oscar Wilde “La belleza está en el ojo del espectador”. 

Pero en mi particular punto de vista, si usted tiene el dinero para comprar y hacerse cuanta cirugía guste, esta en todo su derecho.  

Si gusta pagar 4 mil pesos por una sesión de botox y regresar cada 6 meses a otra sesión, o si gusta hacerse una liposucción o una rinoplastia y gastar entre 100 mil y 30 mil pesos respectivamente, respetuosamente es su dinero y si estas acciones le aumentan la autoestima hágalo.  El único consejo es que lo haga consciente de la decisión que toma.


Claudia Gómez Montealvo
Estudios de Postgrado en Ciencia Política,  Universidad de Oxford, Inglaterra.
Maestra en Administración y Políticas Públicas por el Colegio de San Luis, A.C. 
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. 
Estudios en Derecho por la Universidad del Centro de México.
Asesora de Gobiernos federales, estatales y municipales.
Consultora de diversas legislaturas del Congreso del Estado de San Luis Potosí.
Activista de diversos colectivos y asociaciones civiles, con enfoque en derechos humanos, prevención del delito, mujeres, cultura y educación. 


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