ES TERRORISMO

Por Claudio García.

El país vivió la semana que terminó lo que debemos llamar terrorismo. La noche del martes pasado las ciudades del corredor industrial del estado de Guanajuato y un municipio de Jalisco padecieron el terror de grupos bien organizados. Pero la violencia continuó el jueves y parte de la madrugada del viernes en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde se suscitaron ataques de grupos armados a civiles.

En Guanajuato fueron 13 los municipios atacados que dejaron dos víctimas mortales  y 11 detenidos y al menos 25 Oxxos dañados, vehículos incendiados. En Jalisco bloqueos y carreteras bloquedas. En Ciudad Juárez, Chihuahua fueron 11 muertos y seis detenidos, así como a vehículos y comercios les prendieron fuego.

El orígen de los ataques en Guanajuato y Jalisco fue, según autoridades, provocado por un operativo de la Fuerzas Federales en el cual pretendían detener a dos cabecillas del Cartel Jalisco Nueva Generación, no se sabe con certeza si lo lograron o no, pero esa acción desató el ataque de la delincuencia, ataque bien coordinado.

Y en Ciudad Juárez las agresiones a civiles se derivaron por el enfrentamiento entre dos grupos criminales, los “Chapos» y los “Mexicles”, en el Cereso estatal número 3, riña que dejó 20 internos lesionados. Fue a partir de estos hechos que los “Mexicles” ordenaron disturbios y agresiones contra la población.

El miércoles pasado, por la mañana, los habitantes de ciudades como Celaya, Irapuato, Silao, Guanajuato, León y los llamados Pueblos del Rincón, entre otras, amanecieron con temor de salir a las calles, comercios cerrados, clases suspendidas y el transporte de las líneas que recorren el llamado corredor industrial, también se cancelaron.

El viernes por la mañana desde Juárez se reportaba que las calles estaban desiertas y los comercios cerrados. En esta ciudad los actos de violencia cobraron la vida a cuatro trabajadores que realizaban una transmisión para una radiodifusora.

Antecedentes de ataques como los sucedidos la semana pasada existen desde hace varios años,  citamos dos a manera de ejemplo: el del 2015, la llamada “Operación Jalisco” que se desplegó contra el CJNG, que derivó en 39 bloqueos en esa entidad, y ataques a los elementos del ejército. La violencia se extendió hasta Colima, Michoacán y a los municipios de San Francisco del Rincón, Purísima y León.

Y cómo no recordar el de octubre de 2019, cuando las Fuerzas Federales detuvieron a Ovidio Guzmán López  y frente a los actos de violencia que provocaron miembros del Cártel de Sinaloa, recibieron la orden de liberarlo.

Todos estos hechos se viven cuando se detiene o se pretende apresar a quienes infringen la ley, que causan terror, pero ellos demuestran lo organizados que se encuentran para repeler cualquier acto que busque aprenderlos.

Estos acontecimientos que han sucedido y se reproducen con mayor frecuencia son los que dejan en claro que la estrategia de “abrazos no balazos” ha sido un fracaso absoluto, que no han desarticulado las estructuras de estas bandas criminales, terroristas. Y por el contrario cada una de estas organizaciones van demostrando su capacidad operativa, estructura firme, disciplinada y su armamento.

En gran parte del territorio nacional los criminales organizados en bandas actúan contra la población, pues lo mismo la masacran que la extorsionan, como un impuesto más cobran el “derecho de piso”; secuestran; cometen feminicidios; así como trata de blancas y de migrantes; y no se diga el robo de combustible – el huachicol-; crean gobiernos paralelos y así se podría seguir la lista de lo que han creado y que muestran la incapacidad de un gobierno, de un Estado, cuando estos, los Estados, tienen la obligación y el derecho de defender a sus ciudadanos contra estos actos terroristas. 

Es terrorismo porque amenaza a la nación, a la seguridad nacional, a las estructuras sociales, económicas, políticas, jurídicas y dejar de mencionarlos y no aceptar que son actos terroristas es confirmar que no existe una estrategia general para combatirlas o prevenirlas.  Se ataca a la población a la población civil y se ocasiona terror, pánico, por eso hay que aceptarlo, son terroristas y como tales se les debe tratar, no con “abrazos no balazos”. O siguiendo la definición de Bobbio debemos pensar que es una estrategia para que un gobierno se mantenga en el poder. Aunque también se puede pensar que es la justificación para que la GN pase al ejército.

P.D. En Baja California también se suscitó la violencia y el terror.

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