EN NICARAGUA ORTEGA ASEDIA A LA IGLESIA CATÓLICA, A ÉSTA SÓLO LE QUEDA EL EXILIO, EXPULSIÓN, ARRESTO, ACOSO.

Por Redacción.

“La Policía nicaragüense ha detenido a mi hermano en el episcopado, Monseñor Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa, tras irrupción a su sede episcopal. Los hechos aberrantes que rodean esta detención son motivo de alarma y dolor en toda la Iglesia Latinoamericana”, se pronunció el Arzobispo de Panamá Monseñor José Domingo Ulloa y junto con el resto de los prelados de América Latina.

Acusado por el gobierno de Daniel Ortega de organizar grupos violentos para desestabilizar a su gobierno, ordenó, primero cercar por la policía el Palacio Episcopal de la diócesis de Matagalpa y el viernes pasado por la madrugada, los guardias irrumpieron la sede y se llevaron por la fuerza a Mons. Rolando Álvarez, algunos religiosos y un laico que se encontraban en el lugar, para meterlos a un convoy policial.

Días antes Ortega decretó el cierre de ocho radioemisoras católicas, la prohibición de la tradicional procesión de la Virgen de Fátima en la Arquidiócesis de Managua, y la expulsión del territorio nacional de las religiosas Misioneras de la Caridad, fundadas por la Madre Teresa de Calcuta, quienes encontraron asilo en Costa Rica.

También la voz del  cardenal y arzobispo de Tegucigalpa, Oscar Rodríguez Maradiaga, se dejó sentir al calificar la situación de acoso que desde hace semanas padece la Iglesia Católica en Nicaragua por parte del gobierno sandinista. El prelado hondureño afirmó durante la misa dominical del 14 de agosto que “esa guerra callada que están haciendo para perseguir a Jesús en su Iglesia en la hermana nación de Nicaragua, ese no es el fuego que Jesús ha venido a traer”. 

Al momento dela detención de Mons. Rolando, sonaron las campanas de la iglesia, lo que convocó a cientos de personas que intentaron evitar la detención, lo cual no lograron, pero si quedaron como testigos de como detuvieron al prelado y y ocho acompañantes.

La persecución de Ortega a miembros de la iglesia católica no es nueva, él y su esposa Rosario Murillo, la vicepresidenta, “la chaya”, han calificado a los sacerdotes en diferentes ocasiones de “terroristas”, «golpistas» y “demonios de sotana”.

Meses antes de la primera reelección de Ortega, en 2011, monseñor Silvio Báez señaló que Nicaragua podría ir rumbo a “un totalitarismo visible o encubierto”; posteriormente, varios obispos dijeron ser objeto de amenazas y después la persecución. Este año tres sacerdotes se encuentran encarcelados, los destierros de otros y religiosas, hasta la expulsión del Nuncio Apostólico.

Según un análisis del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (Cetcam), el silencio, la cárcel o el destierro es lo que ofrece el Gobierno del presidente Daniel Ortega a los sacerdotes de la Iglesia Católica de Nicaragua. Una iglesia que ha sido tradicionalmente defensora de los pobres, solo basta recordar los tiempos de Somoza, el dictador. Hoy Daniel Ortega y su esposa hacen lo mismo que aquel asesino. Hoy esa Nicaragua ante el gobierno totalitario de Ortega sigue siendo “…tan violentamente dulce”.


Deja un comentario