¿REALMENTE ES BACALAO LO QUE CENARÁ ESTE FIN DE AÑO?

Por redacción.

“En la actualidad es común presenciar la sustitución en los productos del mar para consumo humano. Esto sucede ya que no existe información sobre cómo y dónde se obtienen, o bien porque los consumidores reciben información engañosa sobre la oferta de pescados y mariscos que consumen. La sustitución se puede dar de diversas maneras: puede ser que nos den una especie de menor valor bajo el nombre de una especie más cara, o que nos vendan una especie de importación y acuicultura en lugar de un pescado capturado en nuestras costas por pescadores mexicanos, o bien puede ser a través del consumo de especies en peligro o capturadas de manera ilegal sin que lo sepamos.”

Oceana ha  realizado diversos estudios sobre la sustitución de productos del mar desde el año 2018, en los cuales ha encontrado porcentajes de sustitución que oscilan entre el 31% y 48%.

En su quinto estudio el objetivo fue analizar la sustitución en la comida del mar. En esta ocasión recolectó, a través de diversas personas seleccionadas que denominó “científicos y científicas ciudadanas”, “muestras de pescado, recabar datos claves sobre ellas y enviarlas para su análisis genético. De las muestras analizadas encontramos que 1 de cada 3 veces, las personas que compraron pescado recibieron un producto completamente distinto al que supuestamente se les vendió.”

Lo anterior es la introducción del estudio realizado por la organización Oceana cuya misión es proteger los oceános del mundo y que alerta contra la aniquilación de especies en peligro y para que no nos den “GatoXLiebre”, como llama a su investigación realizada en esta ocasión y que MediasTintasSLP consideró una alerta para lo que cenaremos el próximo fin de año.

En el  caso el Tiburón que cita el estudio resulta que “…descubrimos que tres especies de tiburón son vendidas bajo otros nombres, a saber: tiburón puntas negras (Carcharhinus limbatus), tiburón gracil (Carcharhinus amblyrhynchoides) y tiburón azul (Prionace glauca). Estas especies de tiburón fueron vendidas bajo el nombre de “cazón” y “bacalao”. En el primer caso (el cazón) la problemática se presenta toda vez que esta categorización comercial engloba sólo 8 especies distintas de tiburón, ninguna de las cuales se pudo identificar en las muestras recabadas por este estudio. De igual manera, encontramos que la especie anunciada como bacalao en realidad era tiburón azul.”

De esta manera apunta el estudio que “Las muestras recolectadas por los detectives ciudadanos mostraron nuevamente que la sustitución de especies del mar es una problemática que aún existe en México y que cualquier persona que acuda a un restaurante, pescadería o supermercado puede ser sujeta de engaño al momento de comprar pescado y creer que esta comprando la especie anunciada cuando en realidad es una especie completamente distinta.”

Estas muestras se tomaron en la Ciudad de México y en Mérida y agrega que en la primera los resultados de sustitución alcanzaron el 37%  y 31%  en la denominada ciudad Blanca. El porcentaje incluye pescaderías, supermercados y restaurantes. El estudio es completo y las cifras alarmantes, pero la autoridad no hace nada por darle respuesta y se mantiene el engaño.

Para conocer más a fondo y darnos una idea de lo que quizá nos dieron como “GatoXLiebre”, le dejamos la página para que consulte completa la investigación: https://delbarcoalplato.org/GATOXLIEBRE-ciencia-ciudadana_web.pdf Y ¿usted sabe que cenó o cenará, si adquirió bacalao o alguna otra especie del mar para preparar esa fiesta familiar o con amigos?


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