EL MENSAJERO

Por Marco Antonio Zárate Mancha.

                                                              Para aquella extraña premonición en mi niñez.

Todo parece decir adiós 
El árido paisaje en lontananza:
Cadenas de cenicientas montañas descarnadas de su verde piel     

Minúsculas gotas de agua suspendidas sobre el pálido azul vespertino
Que escamotean al árido paisaje 
Su vital humedad

El desértico horizonte abolido
Que se pringa de fugaces sombras nubosas
Hay en este ambiente de seca postrimería primaveral
Un dejo de tristeza y de despedida

El mensajero celeste hará su franca aparición en el ciclo otoñal
Él revelará las cifras y los designios del cercano porvenir

06/06/2011
Trayecto SLP – DF

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