VACUNAS MAGNÉTICAS Y EFECTOS ADVERSOS

Por Marco Antonio Zárate Mancha.

En diciembre de 2019, las “autoridades” de la Organización Mundial de la Salud, OMS, alertaron sobre el contagio de un nuevo coronavirus surgido en Wuhan, China, aparentemente derivado del murciélago grande de herradura chino.

Tres meses después, el 11 de marzo de 2020, la OMS, sustentada en el reacondicionado Reglamento Sanitario Internacional, RSI, del año 2005, en que cambió los criterios para declarar una “emergencia de salud pública de importancia internacional”, calificó como pandemia el brote de Coronavirus SARS-CoV-2 y su consecuencia la COVID-19. Fue la primera vez en que la OMS utilizó tales criterios y por encima del número de defunciones causadas, que anteriormente era el criterio decisivo, las ponderaciones determinantes fueron la propagación del virus y número de contagios.

A 17 meses de esa crucial decisión, buena parte del planeta está en pausa con consecuencias que se comienzan a destapar:

DERECHOS HUMANOS

Varios derechos humanos han sido pisoteados, vulnerados o no respetados, como la garantía del derecho a la verdad, ante su flagrante violación.

Estamos gradualmente empezando a desentrañar la orquestada maquinación “global” acerca de la “pandemia”. Comenzando por la OMS que ha manejado muy mal la emergencia sanitaria y se plegó al discurso de las poderosísimas farmacéuticas. Su versión sobre el origen del virus no deja satisfechos porque, entre otros aspectos, no se han hecho públicas las investigaciones que sustenten sus conclusiones. Y en este caso, como en otros, no son aceptados “argumentos de autoridad”.

La recomendación de no hacer autopsias a cadáveres; la machacona reiteración en la inexistencia de medicamentos para un “virus desconocido” mientras se mantenga dicho criterio de la carencia de medicamentos aprobados para tratamiento de la COVID-19, la OMS y las farmacéuticas no detendrán su propaganda mediática y multimillonario negocio de la vacunación; su criminal omisión de protocolos para fortalecer el sistema inmunológico, entre otras omisiones y tergiversaciones…, dan pie ala fundada sospecha de que el teatro de la pandemia tiene otros propósitos que la búsqueda de tratamiento efectivo contra la peste del nuevo milenio.

Durante los últimos dos meses se comenzaron a presentar testimonios de personas vacunadas y otras que sin recibirlas se les pegaban objetos metálicos en los brazos y otras partes del cuerpo. Los imanes también se adhieren a sus cuerpos y aunque la página de los CDC (Centers for Disease Control and Prevention) advierte que ninguna vacuna autorizada contiene elementos magnéticos, no se explica el creciente fenómeno de la magnetización humana.

No obstante esa negación de los CDC estadounidenses, médicos e investigadores de la Coalición Mundial Salud y Vida, Comusav, con presencia en alrededor de treinta países, se dieron a la tarea de analizar viales de las diferentes vacunas y encontraron que en todas había nano cristales de dióxido de grafeno, sin importar la tecnología empleada —ARNm; Adenovirus o vector adenoviral; Virus atenuados, y Subunidades de proteína—. 

El Dr. Pedro Chávez Zavala, presidente de la Coalición Salud y Vida, encontró que la empresa Chemicell[i] vende una tecnología bajo la marca registrada Magnetofection™, que en palabras sencillas este desarrollo hace muy eficiente la Transfección[ii]que es el procedimiento de introducción de ácidos nucleicos en la célula. La magnetofección, dice la empresa Chemicell:

es un método novedoso, simple y altamente eficiente para transfectar células en cultivo. Aprovecha la fuerza magnética ejercida sobre los vectores genéticos asociados con las partículas magnéticas para atraer los vectores hacía, […] las células objetivo. De esta manera, la dosis completa de vector aplicada se concentra en las células en pocos minutos, de modo que el 100% de las células entran en contacto con una dosis significativa de vector”.

Hasta aquí todo está bien, solo que la empresa advierte que esa tecnología no debe emplearse en humanos ni en medicamentos. Solo con fines de investigación ex–vivo[iii], es decir en pruebas de laboratorio fuera de seres vivos.

De documentarse lo que ahora se sabe, se tendrán argumentos sólidos para actuar en contra de las farmacéuticas que, aunque no se hacen responsables de los efectos adversos de sus “vacunas”, cada día se documentan más casos de problemas, tal y como lo expresó ante un comité del Senado de EEUU el Dr. Ben Edwards:

De acuerdo al VAERS (Vaccine Adverse Effects Report System)[iv], durante los últimos 20 años el sistema reporta 4,182 muertes por efectos adversos de las vacunas, durante el mes de mayo pasado. ¡El mismo sistema en los últimos 4 meses reporta casi la misma cantidad de muertes: 4,178, asociadas a las vacunas contra la COVID-19!

El Dr. Ben Edwards en su misma exposición advierte que de acuerdo a estudios del Departamento de Servicios Humanos en 2010 en colaboración con la Universidad de Harvard y Tom Shimabukuro en 2005, un estudio similar, concluyeron que solo el 1% de los efectos adversos de las vacunas se reportan al sistema. Por lo que las muertes y efectos adversos reportados estarían subestimados en ¡99%!

Dentro de los efectos adversos el Dr. Edwards reportó que sus pacientes después de haber recibido las “vacunas experimentales” han presentado:

“Ataques Cardio vasculares, ataques cardíacos, embolias pulmonares, coágulos de sangre, muerte súbita…” Se sabe de parálisis facial y del síndrome de Guillian Barré.  

Las vacunas experimentales debieran ser objeto de estudio de los centros de investigación del país. Debiera haber paneles de discusión sobre este azote llamado “Dictadura Sanitaria”, impuesta por las farmacéuticas que son las que financian a la OMS. No obstante la magnitud de lo que estamos viviendo, hay un silencio cómplice de profesionales de la salud e investigadores. No se diga ya de nuestras autoridades que dócilmente se han plegado al mandato de la dictatorial OMS. 


[i] http://www.chemicell.com/products/magnetic_particles/magnetic_particle_separation.html
[ii] La transfección es el proceso por el cual se introducen ácidos nucleicos en células de mamíferos.
[iii] Afuera del cuerpo vivo. Se refiere a un procedimiento médico mediante el cual se extirpa un órgano, células o tejidos de un cuerpo vivo para un tratamiento o procedimiento, y luego se devuelven al cuerpo vivo.
[iv] Sistema de Reportes de Efectos Adversos de las Vacunas.


Marco Antonio Zárate Mancha

Estudió ingeniería mecánica en la Universidad Michoacana. En sus inicios trabajó en el Grupo ICA. Posteriormente colaboró en la Secretaría de Programación y Presupuesto, en el Sistema Alimentario Mexicano de la Presidencia de la República. A su paso también se ha desempeñado en la Canacintra México, en el programa TIPS de Bancomext, en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, en el Gobierno de Michoacán y en el municipal de San Luis Potosí. Ha sido y es empresario y esporádicamente ha colaborado en diversas publicaciones impresas y electrónicas, como: Quadratín, Homozapping, revista AM Blues, Alternauta, Revista Transformación de Canacintra y Fórum Financiero, entre otros.


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