DESTINTES POLÍTICOS

AHOGADOS SIN REMEDIO

Por David Medrano

No hay por donde se le vea, un aspecto que le puedan conceder al organismo operador del agua metropolitano, el Interapas, algún asidero para desechar el rosario de calificativos que le han concedido las últimas semanas, y que van desde inoperante, asfixiado, sin signos vitales, hasta terrorista. Lo es.

Ese severo último calificativo, desdoblado en las vertientes de recurrir a modos más propios de desalmados aboneros que cobran las deudas, y a la inhumana ineficiencia del organismo, para garantizar el abasto regular del agua.

El Interapas es malito, malito, en cumplir con esa responsabilidad, la cartera vencida por usuarios domiciliarios -no comerciales o industriales-, estimada entre los 300 y 400 millones de pesos, en la mayoría de casos está justificada, las personas no van a pagar porque cada que abran las tomas de sus casas, escuchen un ruin soplido de aire, sin una gota, pero con resonancias de mentadas de madre.

El Interapas a como está no funciona para su propósito de garantizar agua, más que ser reducto al que se conecta a la parentela y los compromisos políticos, a chambas por las que sí cobran, y se cometen tropelías y abusos en los pocos recursos disponibles que tiene un organismo devastado desde su interior.

A la cartera vencida, la muy deficiente red de distribución destruida por la que todos los días se pierden cientos de litros de agua; se le agrega como pudo verse en su pasada gestión, un gasto sospechoso en el desarrollo de obras a sobrecosto, presumidas como la solución pero que en los hechos, tiene a una ciudad sin agua.

Ni se diga el pecaminoso sistema de drenaje que en temporada de lluvias, convierte las alcantarillas en manantiales desbordados de aguas residuales.

Menuda tarea tiene por delante el alcalde capitalino Enrique Galindo, por insulfar vida a un organismo que es evidente requiere de una profunda reingeniería y orear bastantito lo poco útil que le queda. 

Para esos trabajos preparan terreno a la llegada de un funcionario directivo, con el expertise acumulado en el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León, Guanajuato, uno de los organismos operadores estrella del país, por su eficiencia en el cobro de las tarifas, pero también en el suministro. 

También le presumen su altísimo nivel de transparencia, en la contratación de las obras necesarias. 

Ojala y el nuevo funcionario no se dé de palmadas en la frente, cuando conozca la turbia realidad del Interapas. 

No será sencillo, mucho menos con lo diferente que es el esquema de operación del Sapal. 

En entrada ahí está totalmente conjurado el vicio de hacer del agua, un lucro político, los intentos pasados del Interapas, por incrementar las tarifas fracasaron las últimas ocasiones, por la negativa de los diputados. 

El último ajuste satisfactorio, pudo ser posible previo cabildeo de meses, y empapelada en billetes que le dieron a los integrantes de esa Legislatura. 

En el Sapal las cosas funcionan diferente, en su Junta de Gobierno, la mayoría de los integrantes con representación ciudadana, no hay cabida a personajes con vínculos políticos, lo que de entrada es un alivio. 

La muy amigable disposición de recursos propios, entre 400 y 500 millones de pesos anuales, les concede un margen de autonomía, para ejecutar obras, garantizar el servicio, una gestión eficiente por la que los usuarios no tienen empacho en pagar sus tarifas. 

Los cobros en una ciudad que no se conoce recurran al ominoso tandeo, son con base a un diagnóstico por fórmula, en el que se considera disponibilidad de agua, usuarios, eficiencia y otros factores. Eso permite eliminar el criterio político. 

Con esa autonomía financiera, la Junta de Gobierno en el Sapal, puede concentrarse en realizar una atinada gestión. 

En contrapartida, el Interapas, cojea por donde se le vea. 

El reto de por sí es grande, más aún con el añadido de que entregaron a la actual administración municipal, un organismo caro, obsoleto y que data de un modelo precámbrico sumamente ineficiente, inadecuado para una ciudad que no ha parado de crecer en los años recientes, y que justamente derivó en la minita de algunos de sus funcionarios salientes, por los moches recibidos de desarrolladores de vivienda, para autorizarles las tomas de agua en fraccionamientos. 

Tarea inmediata la revisión profunda del organismo, depuración obligada que permita hacerlo más funcional, pero claro está que no es solo desde sus cabezas, sino la reingeniería completa de toda la estructura. Y eso cuesta. 

Las buenas intenciones están, ni duda cabe, el ofrecimiento es rescatar al organismo colapsado, ojalá y se cumpla el propósito, en caso que no prepárese para desesperantes tres años con calles rotas por doquier y ni una gota. 

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Es muy escabroso el caso, falta de pericia, desorganización y total descoordinación propiciada por una larga demora. 

Red Metro es inoperante, pero el transporte masivo que prometió la pasada administración gubernamental, tiene más complicaciones que esa. 

El gobernador anterior las hubo veces que gritoneó al responsable de SEDUVOP, porque no había los avances suficientes, en la infraestructura del carril, también hubo mucho tiempo perdido.

La obra no ha sido entregada, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes rehusó aceptar para su operación esa infraestructura que consideró no era funcional. 

El carril confinado tendido desde el distribuidor vial Juárez hasta el eje 128 es una obra observada, por lo que hasta que se desahogue esa parte jurídico – administrativa, no se verá que por ahí circulen unidades BTR. 

Una solitaria unidad que lo hace, es una perteneciente a una de las rutas del transporte urbano, ni siquiera consiste en una prueba piloto. 

El hilo que halan en la madeja, por sospecha de anomalías en Red Metro, lleva a las empresas que contrató SEDUVOP para los primeros tramos. 

dmedranou@gmail.com 
@MEDCORP

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