LA HERENCIA MALDITA QUE TENDRÁ QUE CARGAR EL SUCESOR

Por Tinta Oscura.

A casi tres años para termine el gobierno de López Obrador, diversos  analistas políticos auguran que morena perderá las elecciones presidenciales. Consideran que llegado el tercer año de esta administración la lucha por la sucesión se agudizará día tras día.

El presidente cree que él será el dedo que designe a su sucesor, como en los viejos tiempos del PRI que tanto añora, cuando el jefe verdadero del “partidazo” era el ejecutivo federal y los miembros del partido eran disciplinados. Los analistas consideran que la manifestación del primero de diciembre en el Zócalo  fue más una muestra de la debilidad que ya acarrea el gobierno y su dirigente, que una muestra de fuerza.

El ex militante del PRI cree que su palabra es suficiente para que las fuerzas dentro de morena se alineen a lo que él decida y bajo la premisa dictatorial, autoritaria del viejo priista no se atrevan a cuestionar y sobretodo sí a obedecer ciegamente, como en los viejo años de militante tricolor.

Todo apunta que Andrés ya decidió la sucesión y que la candidata sea Claudia Sheinbaum, aunque hay quienes piensan que esta solo es una pantalla para cuidar al que realmente será. Pero por lo pronto a ella, a Claudia, ya la hizo corcholata destapada.

Pero no todos al interior de morena están de acuerdo con lo que “aparentemente” ha decidido su pastor, como Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal.

Marcelo ya pagó en 2012 cuando cedió, algunos dicen sacrificó, sus aspiraciones y dejó que fuera López Obrador el candidato del PRD. Ahora considera le toca a él y al interior de morena existen varios que lo apoyan, bueno Mario Delgado, el dirigente nacional de los morados, pertenece a su club de fans.

El otro que jura y perjura que estará en la boleta para la sucesión presidencial, se trata de Ricardo Monreal. El actual líder del senado, con vasta carrera en los corrillos políticos. Otro expriista, formado para gobernar por los tricolores y que cuando no lo quisieron como candidato a gobernador de Zacatecas, cambió al PRD y ganó.

Al existir estas circunstancias y bajo el historial de la “llamada izquierda” mexicana o los grupos salidos de las “tribus” perredistas – o sea casi todos y todas- de dividirse y cada uno jalar agua a su molino, provocaría el quiebre de morena y una escisión anunciada.

Y si a eso se suma que los aliados de morena, partido verde y el del trabajo también podrían tener su propia estrategia frente a esta circunstancia y morena podría quedarse con Claudia, el Verde y PT con Marcelo para que Ricardo fuera acogido por Movimiento Ciudadano, al final el pastor naranja, otro expriistas, es viejo conocido del dirigente de la cámara de senadores.

Si bien este juego propiciado por el presidente se puede ver como el gran distractor de los graves problemas que atañen al país y que también serán piedra con la que tendrá que cargar cualquiera de los mencionados, no se podrán librar de estos.

La carga suma los ataques a los medios periodistas que realiza AMLO: los ataques a la UNAM, al CIDE y diversas universidades públicas, a la comunidad científica; la muerte de 600 mil personas por Covid-19; los 6 millones de nuevos pobres; el ataque a la clase media; los 15 millones de personas que se quedaron sin servicios de salud; las más de cien mil muertes por asesinatos dolosos; la militarización del país; un crecimiento que ha caído desde 2019 y que se ve no llegará a su fin con un porcentaje mayor al 2.5 del PIB y la caída del discurso mañanero de anticorrupción, cada día aparecen nuevos nombres y acciones que rompen el cero corrupción.

Pero sobretodo tendrán que cargar con la “herencia maldita”, llena de  las mentiras, una tras otra de día a día, con las que López Obrador pretende que “el pueblo bueno” siga creyendo en un proyecto inexistente o que si existe solo está en su anacrónica cabeza.

Deja un comentario