DESTINTES POLÍTICOS

Por David Medrano.

MISERIAS OCULTAS

En uno de los últimos corajes que hizo y causó que más de uno levantara la ceja, frunciera el ceño o imprimiera atónitos a su mirada, el ex gobernador Juan Manuel Carreras le espetó en una reunión del mes de septiembre del año pasado, a manera de recorrido por oficinas y pasillos de la Secretaría de Finanzas, a varios, su molestia porque disminuyeron en demasía el monto de la deuda pública bancaria.

«¿Perdón, señor gobernador?», por ahí deslizó alguno.

El ex gobernador hizo una rabieta, en la que sin atinar a algo en concreto, su enfado era ése, el que se hubiere disminuido de 4 mil 500 millones de pesos a cerca de 3 mil 800 MDP, mucho desde su sentir…. Y que derivó en que varias de las obras quedaran sin fuente de financiamiento, y por ende, inconclusas. En forma administrativa, conforme a una generalidad vista en las actas de Entrega – Recepción, los proyectos de infraestructura, fueron maquillados para cerrarse el expediente, no así en lo que refiere el desarrollo físico. 

No había una relación directa. El presumido logro de disminuir el monto de la deuda directa, no tiene fundamento ni de cerca ni de lejos. La cantidad en forma obligada iba disminuir porque conforme a la estructura de pago, año con año se hace una aportación a capital e interés, ya convenida con la institución bancaria. 

Como muchas veces, las amortizaciones más pesadas en la vida del crédito, se dejan para después, no en los ejercicios en curso, en los que se trata de atraer la mayor cantidad de los recursos para el gasto. 

Red Metro por esa razón se volvió una triquiñuela que escaló en montos, órdenes y contra órdenes. 

Carreras pidió que su secretario de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obras Públicas, hiciera el gasto para el sistema de movilidad, con recursos en millones de pesos entregados, desde el sexenio anterior de Fernando Toranzo, vía el Fondo Regional, al inicio de su administración. 

Sin mucho orden, pero cuando ya empezaba a vislumbrarse que algo no iba bien, solicitó continuar con Red Metro que no conectaba con nada, unía puntos, pero por el que se liberaban con frecuencia actas circunstanciadas, en las que se avalaban avances físicos inexistentes, y la comprobación de gasto. 

La Auditoría Superior del Estado en poco, sube a la palestra, en una condición que es complicada, primero porque se tiene un encargado de despacho, y que con instinto práctico, en respuesta a cualquier sospecha del fallido sistema, será un lacónico no sé. 

Pero la otra parte que la amarra y compromete, es la denuncia que arma la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en la que involucra a funcionarios del sexenio pasado y el antepasado. Poco más de seis años es muchísimo tiempo, para no haber concluido una obra que se hablaba como la más importante para la Zona Metropolitana. 

Tanto, a un punto que en los planes de gobierno propuestos por los entonces candidatos en turno, bajo el siglado del PRI o el PAN, propusieron como si se tratase de un invento, casi con doradura en las letras: sistema de movilidad urbano. 

Ni existe, y se le rastrea por el millonario gasto. 

Poco más de seis años, también es muchísimo tiempo para no haber detectado algo no caminaba bien, o que las anomalías eran constantes, y con un ritmo escalofriante.

Las actas del proceso de Entrega – Recepción están ahí, los hay casos de risa, desde piezas adquiridas a sobreprecio, las pagadas inexistentes, los vehículos adquiridos pero que no están, o hasta las falsas promesas de avance, cuando se sabía que no era así. Una muy recurrente al final del sexenio pasado, cuando prometieron que estaba casi lista la contratación de la empresa de gerenciamiento para Red Metro, y no existe por lo que se conozca. Ni hablar siquiera, el presumido Órgano Público Descentralizado, la OPD, para dar garantía al funcionamiento.

Carreras en sus maneras, gustaba decir «ya, me entendiste», para volver del marasmo a los funcionarios a los que minutos antes, tildaba de incompetentes.

Red Metro se le mostró varias veces en planos, colocados en la mesa del salón de juntas, a lado del despacho del C. Gobernador.

En una mohína que lo acompañó al final, hasta el 25 de septiembre, nunca dudo en dar los vistos buenos, y apremiar a las áreas de finanzas para que fluyera el dinero de pago, y pudiera continuar la ejecución del sistema de transporte masivo.

Nunca se conoció que el propio Carreras pusiera un alto, o hiciera reclamos por cómo se hacían las cosas, todavía sonrió sin ningún empacho, cuando en septiembre pasado también, posó para retratarse en un vehículo tipo Bus Transit Rapid, y hacer el recorrido por la infraestructura tendida para Red Metro.

Muy, pero muy, pero muy elocuente, su caminar pausado al descender de la unidad, y dar después algunas palabras en tono de pues está muy bien, nada más hay que ver pendientes.

Red Metro no servía para nada, y aún así en el mundo del ex gobernador y sus cuentas, quedó como el proyecto del sexenio.

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La primera baja ostensible en el gabinete del alcalde Enrique Galindo Ceballos, es Arturo Pérez en la dirección de la Unidad de Gestión del Centro Histórico, un ente inservible y poco funcional. 

Lo reconoce así el propio ayuntamiento de la capital, cuando inició el trienio la queja era que ese sitio estaba repleto de aviadores, y personal que incurría en duplicidad de funciones. 

Con la crisis COVID, mejor se trata de darle un uso a ese espacio subutilizado, por tanto, un plan es reubicar ahí algunas áreas de la Unidad Administrativa Municipal. 

En una medida que ahorra dolores de cabeza a futuro, el alcalde debería suprimir en definitiva la UGCH, y proponer un modelo más práctico, menos expuesto a torpedos políticos, como puede ser una oficina de gestión y punto. 

dmedranou@gmail.com

@MEDCORP 

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