Por redacción.
La inflación afectará a las familias con los ingresos más bajos en México y Latinoamérica por lo que existe el riesgo de un descontento social, advirtió el lunes pasado Moody’s Investors Service, pues al subir los precios de los alimentos, los hogares más pobres deben destinar cada vez mayor proporción de su ingreso para su consumo, quedando una menor cantidad disponible para adquirir otros bienes y servicios básicos.
«El impacto macroeconómico en el aumento de la inflación es negativo porque genera dos desafíos directos. El primero es una reducción en los salarios reales que probablemente reducirá el consumo privado y pesará sobre la actividad económica y el segundo es la intensificación del malestar social a medida que aumenta el costo de las necesidades básicas para la población», informó la agencia.
El aumento en los precios de energéticos y alimentos tienen un efecto negativo en el bienestar de las familias, principalmente las de menores ingresos porque al destinar la mayor parte de sus recursos a la compra de alimentos tienen mayores posibilidades de caer en pobreza.
En México los productos que han reflejado mayor incremento en junio del presente año fueron: el jitomate, 48.9 por ciento, la naranja, 28.5 por ciento, la papa, 18.5 por ciento, el jabón de tocador, 16.2 por ciento, y el papel higiénico, con 13.8 por ciento”.
Los alimentos llevan 13 meses de incrementos consecutivos en estas mercancías y los bolsillos de quienes tienen menos recursos lo resienten más respecto a aquellos con mejores percepciones.
El 10% de los hogares más pobres en México tiene ingresos de cerca de 3,300 pesos mensuales y destinan más de 50% de éstos en la compra de comida. En contraste, el 20% de los hogares con mayores percepciones económicas en el país destina apenas 28.5% de su dinero para comprar alimentos, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2020, del Inegi.
Moody’s espera que la inflación en el 2022 esté por encima de las metas de los bancos centrales de las economías más grandes de Latinoamérica: Brasil, México, Colombia, Chile y Perú. En nuestro país la inflación ya alcanzó en la primera quincena de julio 8.16%.
Esto ha provocado que la política monetaria de los países en Latinoamérica, y por tanto en México se incrementen, la última realizada por el Banco de México fue de 75 puntos base y la próxima reunión de gobierno de Banxico, donde se tratará la política monetaria, será en agosto y se espera suban de entre 50 y 75 puntos base.
También el conflicto armado entre Rusia y Ucrania que ha provocado los elevados precios de los energéticos y los alimentos se mantendrán altos en la medida que no se llegue a un acuerdo de paz, Y es que en la agricultura se depende en gran medida de los fertilizantes rusos.
Al aumentar las cadenas de suministro y las materias primas, se presiona la inflación. El costo del transporte ha subido en lo local, pero también en lo internacional, como el de mercancías por mar que ha aumentado hasta 12 veces en un año.
«Es dudoso que los aumentos agresivos de la tasa de política por sí solos reduzcan efectivamente la inflación a los rangos objetivo, pero es probable que estos aumentos logren eliminar parte del exceso de oferta monetaria que se agregó a los sistemas financieros en 2020 para contrarrestar la crisis de liquidez durante la crisis del COVID-19», de acuerdo a Moody’s Investors Service.
Los pobres se hacen más pobres y los ricos más ricos. Las brechas sociales tan amplias producen que las familias más pobres tengan más carencias en alimentación, educación, vivienda, salud, servicios, seguridad social y desarrollo cultural y profesional. Al tener dificultades para acceder a estos derechos, quienes nacen y crecen entre los hogares más pobres tienen menos oportunidades para salir de la pobreza o vulnerabilidad económica.
La desigualdad social obstaculiza de manera persistente la movilidad social y la erradicación de la pobreza, y esto provoca un descontento social, por lo cual las políticas públicas encaminadas a reducir el impacto de la inflación en los hogares más pobres serán fundamentales para evitar que se borren los avances logrados en materia de desigualdad, seguridad alimentaria y pobreza, pero sobretodo eviten el conflicto social.
Con información de El financiero, El Economista, Gaceta comunidad Cuautitlán UNAM
