SALGAMOS QUE LAS CALLES NO SE CALLAN

 Por Claudio García.

Una marcha que convocó a miles de personas y que llenó la plancha del Fundadores en la capital potosina. Una marcha que recordó los años en que la convocatoria la hacía el doctor Salvador Nava Martínez en años convulsos de la política en San Luis Potosí. Hoy ya no esta Nava, pero como decía el slogan aquel “La lucha sigue…”, pero ahora debemos decir que el INE vive. Una marcha en donde la defensa por el respeto a la decisión ciudadana volvió a las calles en diversas ciudades del país, porque “El INE NO SE TOCA”.

Esa estructura ciudadana que tuvo sus inicios en San Luis Potosí por los años 90 y que para finales de esa década logra que nazca el Instituto Federal Electoral y se nombra un consejo ciudadano, al frente quedaría José Woldenberg. 

Los cambios a las reformas electorales se han dado pasó de IFE a INE, todo es perfectible, pero no regresivo, porque lo que propone el habitante de palacio nacional es una regresión a los tiempos en donde todo, todo lo electoral lo decidía el gobierno en turno, bueno el presidente en turno.

Fueron las calles, las que no se callan, desde donde se logró en San Luis Potosí que la voluntad política tuviera que ceder al cambio y los procesos electorales quedarán ordenados y dirigidos por representantes ciudadanos.

El domingo salimos a marchar en varias ciudades, porque se atenta contra la democracia, guste o no, el grito de que el INE no se toca y no desaparece, pues como tal, como parte de la voluntad ciudadana no debe cambiar ni desaparecer y no como ahora propone que regrese a la voluntad del gobierno. Basta checar lo que quiere, elecciones por listas; elecciones abiertas para elegir consejeros, claro propuestos por quién, por los partidos políticos o por el presidente en turno y podríamos seguir. Porque el padrón electoral sería nuevamente controlado, manipulado por el gobierno en turno. 

Conociendo el espíritu autoritario, totalitario que anima a López Obrador e impulsado por el revanchismo por lo sucedido en el año 1996, que remite a su cabeza enferma a la venganza por no haber logrado ganar aquella elección. 

Sabemos que no se debe permitir en estos momentos cambios a la normativa del INE, porque todo lo que propone beneficiaría a su “proyecto de nación” y por tanto a un regreso al manejo electoral desde gobernación.

Hoy como hace 30 años los ciudadanos debemos de seguir en la lucha por la democracia, por la no destrucción del INE, por hacerle ver al tal López Obrador que quienes mandamos somos los ciudadanos libres y conscientes y no sus huestes amenazadas por retirarles apoyos si no hacen lo que él les pide. 

Así que volvamos a las calles, porque esas no se callan.

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